𝟏𝟓- 𝐰𝐚𝐫𝐫𝐢𝐨𝐫𝐬

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 -- 𝐠𝐨𝐨𝐝 𝐥𝐮𝐜𝐤, 𝐬𝐢𝐬𝐭𝐞𝐫 --

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 -- 𝐠𝐨𝐨𝐝 𝐥𝐮𝐜𝐤, 𝐬𝐢𝐬𝐭𝐞𝐫 --

Irina y Murphy se cruzaron por los alrededores del campamento, y cuando se vieron, ambos pararon en seco. Irina sonrió divertida.

—¿Tu no estabas encerrado? —preguntó la rubia, acercándose a él. Hacía apenas unas horas que habían llegado los Trikru al campamento Jaha, y al parecer John ya se había buscado problemas. Por eso le extrañaba verle paseándose por ahí. 

Murphy soltó una risa, y negó con la cabeza.

—Jaha llegó y me soltó. —explicó —y además me dio esto.

Irina abrió los ojos un poco sorprendida al ver las pistola que traía en sus manos. Y lo que le causaba sorpresa no era el arma como tal, si no que estuviera en manos de Murphy, un chico al que nadie le entregaba un arma.

—¿Jaha te ha dado una pistola? —cuestionó, extrañada. John asintió orgulloso.

—Quiere que lo lleve al transbordador, a la tumba de su hijo. Supongo que el arma ha sido para convencerme.

Irina asintió tras unos segundos, aquello tenía sentido.

—Ten cuidado, John. Jaha no me da muy buenas vibras. 

—Creo que la última vez que me dijiste eso fue cuando el médico que me atendía en el arca me daba chuches para animarme. —le recordó el chico con una sonrisa en su cara al recordarlo. Irina soltó una carcajada.

—Y las chuches te sentaron mal —puntualizó, alzando la ceja.

—Sí, quizás debería tomarme más en cuenta lo que dices.

—Sin duda deberías. —asintió Irina, causando que la sonrisa de Murphy se agrandara. —¿Cuándo volverás?

—No tengo ni idea, pero en cuanto lo haga iré a verte, tenlo seguro. —remarcó.

Irina sonrió, entre divertida y feliz de que por fin las cosas fueran bien con su amigo. Ambos se despidieron, y la rubia se dirigió a la entrada del campamento, en las puertas. Se quedó allí quieta unos minutos, observando al grupo de terrestres que practicaban la técnica de lucha delante de ella, a la vez que los Skaikru agarraban varias armas para empezar a hacer lo mismo.

Octavia llegó un tiempo después, y se puso a su lado.

—¿Cómo estas, I?

Octavia le había puesto ese apodo, diciendo que era lo justo, teniendo en cuenta que Irina la llamaba "O"

—Hay que asumir lo que está pasando. —respondió la rubia encogiendo sus hombros. —Hay que amoldarnos a ellos.

—Sí. —asintió la morena. —Pero estamos juntas en esto. —le recordó, agarrando su mano. Octavia sabía lo mal que lo estaba pasando por Finn, y hasta ahora no le había dicho nada. —No tienes por qué hacerlo sola.

Los 100 | Bellamy Blake ②Donde viven las historias. Descúbrelo ahora