-Tenía que ser suficiente, debía aguantar, como su madre le había dicho, como llevaba repitiéndose toda la vida.
Se fuerte, Irina. Lo suficiente como para acabar con los del Monte Weather, para ser más inteligente que ellos. Lo suficiente como para...
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Todos en línea recta frente a la valla del campamento, uno al lado del otro. Primero Bellamy, después Irina, a su lado Kane y Abby, Raven, Hunter y Clarke.
Mirando como los terrestres frente a ellos estaban alzando un tronco alto y clavándolo al suelo, todos sabiendo que harían en él. Aun así, Hunter preguntó.
—¿Para qué es?
—Ahí ataran a Finn —contestó Irina, con voz grave, pero entrecortada por el nudo que había en su garganta. Todos pudieron notar el enfado detrás, pero ninguno dijo nada. Incluso Hunter. —Quieren que lo veamos.
Todos se quedaron callados, sintiendo sus estómagos revolverse. Por que no era para menos.
—Vamos a por él —comentó Bellamy, decidido. —Nos acercaremos y atacaremos con todo —sugirió, mirando a Kane.
—Hijo... nos superan por mucho. Aunque matáramos a cientos... arrasarían el campamento y tu amigo moriría igualmente. —respondió, tratando de sonar suave.
Pero no lo logró, por que de todas formas Irina sintió un pinchazo en su corazón. Era puro miedo.
Se removió en su sitio, y Bellamy supo al instante lo mal que lo estaba pasando. Si él estaba sufriendo, que Finn estaba comenzando a ser su amigo, no quería ni imaginarse como lo estaría pasando ella.
—Hay que intentarlo —insistió.
—Abby, tenemos que hacer algo. —concordó Raven, mirando directamente a la canciller.
—No, Raven —contestó, duramente. La morena ahogó un sollozo, conteniendo al máximo sus lágrimas. Irina, instintivamente y sin importarle el pequeño enfado que tenía con ella, se acercó y agarró su mano con fuerza, tratando de recomponerla. La mecánica levantó la mirada, realmente agradecida por tenerla. Ni enfadada le dejaba de apoyar. Tenía mucha suerte de tenerla.
Clarke le hizo una seña a Bellamy, si Abby y Kane no iban a hacer nada, lo harían ellos. Como siempre. Raven e Irina también se dieron cuenta de esto, y no tardaron en salir de aquella fila para seguirlos. Hunter hizo lo mismo.
—¿Qué vas a hacer? —interrogó Bellamy, siguiendo los pasos de Clarke, que iba muy decidida en su camino.
—Hablar con la comandante. —se limitó a responder, sin si quiera mirarlos.
—¿Y qué le vas a decir? —preguntó Hunter, alcanzándola con un tono incrédulo.
—No lo sé... no lo sé.
Irina suspiró, parándola en el camino. Le gustaba la idea, pero si no la pensaban bien podría salir...fatal.
—No puedes ir tu sola a hablar con ella y encima así. —comentó, analizando su cuerpo. Clarke frunció el ceño.
—Así ¿Cómo?
—Tan desprotegida. Podrían matarte solo por dudar de su decisión. —argumentó, segura de sus palabras. Raven asintió, había pensado lo mismo. Por eso sacó de su manga una pequeña navaja de metal, y se la entregó.
