Metanoia

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A la mañana siguiente ambos chicos se encontraban sentados en la cocina intentando lidiar con el cansancio de no haber dormido anoche. Juan había traído varios libros de su biblioteca con tal de investigar sobre todo lo que había pasado, quienes eran los dioses del caos, que son las runas y como se usan, pero sobretodo magia corrompida y como sanarla. Hasta donde sus libros podían decirle, la única forma de corromper la magia es que el hechicero usara magia oscura, pero el jamás había hecho nada parecido, además no podía encontrar información sobre las marcas que usar esa magia le estaba generando.



Spreen miro como el hechicero cerro su libro y tallo sus ojos con un sonido frustrado. "¿Aun no encontras nada?" Juan negó con la cabeza. "Es como si los dioses del todo no quisieran que sepa de nada de esto." Juan no lo sabia, pero ese era exactamente el caso, los dioses del todo no querían agobiarlo con esta información cuando el seguía siendo un mortal, querían lidiar con los dioses del caos por su cuenta y dejar que su elegido viva su vida hasta que llegue el momento de unirse a ellos, quizá ese plan no fue su idea mas brillante.



"Dale, tomate un descanso. A este paso se te va a freír el cerebro y de por si ya sos un pelotudo." Quizá era el cansancio, pero ese comentario le saco una pequeña risa al mago, un descanso no estaría mal, pero realmente tampoco tenia mucho que hacer debido al estado de su magia. Juan cruzo sus brazos sobre la mesa recostando su cabeza sobre estos. "Me gustaría, pero tengo que encontrar algo ... además, no quiero entrar a mi cuarto por un tiempo." Lógicamente sabia que el dios del caos ya no estaba ahí y que despues del ataque de Spreen era muy poco probable que volviese a dar la cara mientras el oso estuviera ahí, pero aun así prefería no arriesgarse.



"¿Queres salir entonces?" La idea no era mala, quizá podría encontrar un libro nuevo en el pueblo que tuviera las respuestas, además, ver a sus amigos seguramente le haría bien. "Estoy tan cansado que no me quiero ni levantar." Pensándolo mejor, era poco probable que las respuestas estuviesen afuera, y aunque quisiera ver a sus amigos esto era mucho mas importante, entre mas rápido encontraba lo que buscaba, mas rápido regresaría a su vida normal. Spreen levanto una ceja incrédulo. "Si queres te vuelvo a cargar por las escaleras." Juan se levanto de inmediato de su silla. "¿Sabes que? De repente me siento con mucha energía!"



Spreen se rio levemente ante la reacción del mago. "Sentate Gafotas, primero desayunas y luego lo demás." ¿Qué? El hibrido tiene hambre, despues de todo los osos comen mucho, además, Spreen tiene el presentimiento de que si no le recuerda a Juan comer, es probable que simplemente no lo haga. Tal como la noche anterior fue Spreen el que se encargo de cocinar, a Juan le gusta pensar que al menos salió una cosa buena de esta situación, tenia un chef personal muy talentoso.



Era relajante empezar la mañana sin olor a pan quemado, hornear simplemente no se le da bien ... tampoco tostar un pan, al menos a su querido puerco araña no le molesta el sabor a quemado. "Por cierto, ¿Cómo hiciste para darme fuerza anoche? Jamás me había sentido tan vivo." Juan miro al azabache perplejo por su pregunta, seguramente fue la adrenalina del momento pero el no recuerda haber hecho algo así. "Yo no puedo hacer eso." Juan era muy poderoso, despues de todo era un catalizador directo de los dioses, pero los hechizos para darle habilidades a los demás nunca se le habían dado muy bien.



"¿A que te referis con que no podes?" Spreen no entendía mucho de magia, despues de todo su especialidad eran los negocios, pero sabia que en un momento se estaba cansando y al siguiente que podía pelear por días enteros sin siquiera derramar una gota de sudor. "Pues a que no puedo bobo. Ese tipos de hechizos nunca me han salido bien, ni siquiera recuerdo haber hecho un hechizo anoche." Fue una reacción causada por su propio pánico, un mecanismo de defensa que activo sus poderes pero lo dejo en algún tipo de trance, pero Juan no tenia idea de eso, despues de todo nunca le había pasado antes.

Matar a un dios • SpruanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora