Planes y accidentes

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Sabiendo que los dioses no tardarían mucho en atacar de nuevo, Juan penso en cual seria la mejor forma de prepararse, antes que nada busco runas de protección particularmente protección de la mente, el ya sufrido de primera mano la magia de Toska y hará todo lo posible para evitar que alguien mas la sufra. Nuevamente Spreen tuvo una increíble facilidad para replicar las runas en cuestión, Juan a pesar de estar un poco celoso de ello le pidió a su novio que le enseñara como hacerlas, el híbrido se ofreció a hacerlas todas diciendo que no era necesario pero bueno, es Juan digamos que no se dio por vencido hasta que el oso accedió a ayudarlo con esa runa en especifico hasta que pudo perfeccionarla.

Una vez tenían suficientes papeles con las runas, consideraron que lo mejor seria hacerlos venir en pequeños grupos para comenzar con el plan de contrataque. Cuando llegaba cada grupo Juan no decía nada hasta que todos estuvieran dentro del santuario, así se aseguraba de que Argentus no intentara hacerse pasar por alguno de sus amigos o bien que este transformado en algún animal escuchase sus planes, los dioses o por lo menos Argentus era inteligente, así que el hechicero tenía que serlo aun mas. Una vez estaba seguro de que los dioses no podían escucharlos le daba a cada persona un papel con las respectivas runas, pidiéndoles que la llevaran consigo en todo momento escondido en algún bolsillo o algo por el estilo solo como precaución, además a cada grupo le dio un color clave con un propósito bastante simple, aquel que no lo supiera probablemente era un impostor. Les recalco muchas veces que no hablaran por ninguna razón sobre el plan fuera del santuario, la única ventaja con la que contaban era la sorpresa del que el contrincante no supiera nada de su plan y el hechicero necesita cualquier ventaja si quiere ganar.

Cada grupo también tenía unas cuantas horas de entrenamiento en combate mano a mano tal como Juan estaba recibiendo por parte del híbrido, además Spreen considero que seria bueno para Juan practicar con gente nueva, ya que entrenar con una misma persona te termina acostumbrado a una forma especifica de defenderte, aprendes a contratacar a esa persona en lugar de aprender a adaptarte a cualquier pelea. Spreen siempre prestaba especial atención a Juan durante las practicas, no quería que por algún movimiento o posición llegara a ponerse mal, Juan había mejorado mucho y era probable que el mismo pusiera un alto a la pelea si sentía que algo así estuviese pasando, aun así Spreen no podía evitar preocuparse, que puede decir ese mago de fiestas se había vuelto su mundo entero.

Juan espero a que Spreen se quedase dormido antes de levantarse y hacer una pequeña llamada, sabia perfectamente que el híbrido tenía un oído mas agudo que el normal así que hacer algo a sus espaldas era bastante complicado. El castaño llamo a Zorman, uno de los miembros del grupo de mañana, el científico no estaba particularmente contento por ser contactado a esa hora. “¿Juan? ¿Por qué coño llamas a esta hora?” Bien, quizá Juan sentía un poco de culpa por molestar a esa hora sabiendo que mañana seria un día un tanto cansado, pero esto era importante para el. “Lo siento, pero necesito pedirte un favor.” Pudo escuchar al científico gruñir con cansancio. “¿Y no podía esperar a mañana?” Quizá no era el mejor momento para pedir favores. “No, mira es que ya sabes que Spreen me regalo los lentes nuevos y yo también quiero hacerle un regalo, así que necesito que me traigas unos pocos materiales te lo juro que no es mucho y te lo voy a pagar todo una vez que pueda salir!” En cualquier otro momento que no fuese la madrugada, Zorman estaría mas que encantado de escuchar a Juan y sus dilemas amorosos que complica demasiado sin razón aparente, incluso se reiría de el pero ahora mismo solo quería volver a dormir. “Sigo sin escuchar porque esto no podía esperar a mañana.”

“Es que si te llamo a otra hora el va a escucharme y ya no será una sorpresa.” Para Juan esa era una razón completamente valida, Zorman se estaba considerando seriamente el simplemente colgarle y lidiar con esto despues. “Juan, ¡¿No se te paso por la mente la idea de mandarme un mensaje con lo que querías?!” El hechicero puso una expresión de culpa a pesar de que Zorman no pudiese verlo, el científico tenía razón pudo solo mandarle un mensaje y todo hubiera sido mas sencillo y cómodo para ambos. “… Lo siento ¿si?, hablarte es mas rápido y quizá no hubieras visto el mensaje antes de venir!” Dijo Juan intentando justificarse, la verdad es que esa idea realmente no se le ocurrió, Zorman suspiro con pesadez. “Esta bien, ¿Qué necesitas?” Juan sonrió emocionado pidiéndole a Zorman los pocos materiales que necesitaba para su sorpresa. El científico estuvo a punto de reclamarle a Juan por haberlo despertado solo para dos materiales y unas cuantas herramientas, sin embargo, Juan escucho otra voz al lado de la llamada. “Peluchita, ya cuélgale a ese mamahuevo y vuelve a dormir.” Tanto Zorman como Juan se quedaron en completo silencio despues de escuchar a un tercero en la llamada, siendo el castaño quien rompió el silencio con una voz incrédula, Zorman estaba seguro de que su amigo estaba intentando no reírse. “¿Peluchita? Espera, ¡¿Ese era Drako?!”

Matar a un dios • SpruanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora