Matar a un dios • Spruan

Inicio del fin - Parte 2

Spreen se había quedado en shock por un momento, ni si quiera la fría lluvia que azotaba con fuerza a la plaza central lograba sacarlo de sus pensamientos. La mirada de terror en los ojos del hechicero al ver que no logro alcanzarlo quedaría grabado por siempre en su memoria acompañado por el desesperado grito de su nombre, estuvo tan cerca y a la vez tan lejos de alcanzarlo, de evitar que lo alejaran de su lado o bien de haber sido consumido por el portal junto con el. Pero fallo, no fue lo suficientemente rápido y ahora ese monstruo se había llevado a Juan a quien sabe donde, Spreen temió que lo llevara a aquel lugar donde estaba ese enfermizo cuarto diseñado para contener y abusar del castaño, nadie sabía donde estaba ese lugar ni si quiera el.

Un fuerte relámpago a sus espaldas finalmente logro sacarlo de sus pensamientos, al darse la vuelta noto a sus compañeros saliendo de la sugestión de Toska, muchos viéndose agitados incapaces de comprender que es lo que acababa de pasar, Spreen jamás sabrá que es lo que vieron sus aliados y quizá las cosas eran mejor así. El híbrido se acerco tan rápido como pudo a Drako sujetándolo de los hombros, la mano derecha del Profeta también se encontraba recuperándose de su propia visión. “Necesito que me lleves con Juan ahora!” No era una petición, si no una orden, el oso sabía que Juan era fuerte y que podía defenderse pero no quería que lo hiciera solo, no quería que Juan tuviera que enfrentarse a ese monstruo que plagaba sus pesadillas por su cuenta sin algo o alguien que lo ayudase a anclarse en la realidad. “¿No esta aquí?” Pregunto Drako confundido, claramente nadie además de Spreen había visto lo que sucedió, nadie sabia el peligro en el que su querido amigo se encontraba. “No y no tengo tiempo de darte explicaciones! Usa tus poderes y llévame con el!” Drako al igual de la gran mayoría estaba temblando por culpa de las visiones, forzado en recuerdos que ni si quiera sabía que tenia. “¿Dónde esta? N-no puedo llevarte sin saber a donde.”

Y ahí estaba el problema, Spreen podía hacerse a la idea de donde podía estar Juan pero no podía saber exactamente donde y aun si así fuera no conoce la ubicación exacta de ese lugar. Spreen soltó a Drako rugiendo con fuerza por su propia frustración, no podía dejar a Juan solo con ese monstruo, debían hacer esto juntos. Spreen fue rodeado por un aura roja, en su mente la imagen de aquel pueblo abandonado se hizo presente acompañado por una voz masculina desconocida. “Apresúrate chico.” Spreen no sabía bien quien le hablo y tampoco tenía el tiempo de hacer preguntas, se movió rápidamente gracias a la magia que lo rodeaba tomando su hacha del suelo y dirigiéndose hacía ese pueblo con una velocidad inhumana. Esta vez no pensaba llegar tarde.

Por su parte Juan cayo del portal tropezándose sobre sus propios pies, sintió un nudo en su garganta al notar donde estaba, Toska lo había regresado a ese maldito pueblo tan lejos de todo, nuevamente estaba aislado de cualquier tipo de ayuda o soporte, no necesitaba ser un genio para saber que el dios lo hizo apropósito. “Este lugar me trae tantos buenos recuerdos, ¿a ti no?” Juan se apresuro a levantarse una vez escucho la voz del dios detrás suyo, no quería verlo ni en pintura, pero prefería tenerlo en su campo de visión a solo poder escucharlo. “Aquí nos conocimos por primera vez princesa! Compartimos una noche tan mágica!” A Juan se le revolvió el estomago, Toska vivía en su propia enfermiza versión de la realidad donde lo que hizo fue algo correcto, fue algo mágico e incluso romantico en sus ojos. “… Estas loco.” Juan no quería ver al dios y al mismo tiempo no podía dejar de verlo, un segundo es todo lo que Toska necesitaba para desmoronarlo y Juan no pensaba dárselo.

Por cada paso que Juan daba hacía atrás, Toska daba uno al frente, el dios podía pegarse a Juan en un abrir y cerrar de ojos si así lo quisiera, pero verlo desesperarse es mucho mas divertido. “Si, estoy loco de amor por ti, fue amor a primera vista. Cuando mis ojos se fijaron en ti supe que eras perfecto.~” Juan esta bastante cerca de querer vomitar, lanzo una ráfaga de magia contra el dios como advertencia para que este se mantuviera lejos de el, Toska simplemente desapareció y reapareció para evitar el ataque. “Despues de todo aun tienes esa pelea dentro de ti, realmente eres mejor de lo que pude imaginar cariño.~” Eso le gano otro ataque de Juan que nuevamente fue esquivado con demasiada facilidad. “NO ME LLAMES ASI!” Esos eran apodos extremadamente cariñosos, apodos que jamás querría escuchar de nadie que no fuera Spreen, Toska no tiene ningún derecho para llamarlo de esa forma. “Te hice mío hechicero.~ Me perteneces.~ Puedo llamarte como se me de la gana.~” Dijo Toska con una sonrisa lasciva dejando que sus manos se iluminaran con su magia, sabiendo que eso era suficiente para incitar terror en el hechicero, aun así Juan se mantuvo firme en su sitio.