Juan fue el primero en despertar la mañana siguiente, lo primero que vio fue la cara de su ahora novio durmiendo plácidamente. Un ligero sonrojo apareció en su cara al pensar en la noche anterior, había sido un momento realmente mágico que ninguno de los dos había visto venir, la idea de que Spreen ahora era su novio le hacía sentir algo que no podía entender, solo sabía que le gustaba como lo hace sentir.
El castaño se movió con cuidado para salir de los brazos del oso sin despertarlo, logrando ser remplazado por una almohada. Normalmente era Spreen quien se levantaba primero, pero Juan pensaba aprovechar esa oportunidad para preparar el desayuno y sorprenderlo, además el oso siempre lo dejaba descansar mas tiempo, esta vez podía hacer lo mismo por el. Entro al baño para limpiarse la cara y despertar por completo, al mirarse en el espejo noto como una flor estaba en su cabello, era un narciso anaranjado, este no estaba enredado en su cabello y tampoco era de la noche anterior, simplemente parecía haber florecido ahí, Juan decidió dejarlo en su cabello.
Una vez listo bajo a la cocina a hacer algo sencillo, huevos revueltos y tocino, aunque antes de eso se aseguro de dejarle su desayuno al puerco araña en su cuarto para que no tuviera que salir de ahí, el puerco seguramente no comprendía que el tocino eran otros puercos pero Juan se sentía mal con la idea de que su amado cerdito lo viera cocinar a sus posibles hermanos. El castaño estaba cerca de terminar cuando escucho al oso bajar por las escaleras, no tardo mucho en abrazarlo por la espalda y colocar la cabeza sobre su hombro. "Buenos días~" Spreen aun sonaba bastante adormilado.
Juan no pudo detener la sonrisa que apareció en su rostro. "Buenos días, espero tengas hambre." Gracias a las clases de cocina con Spreen ya casi no se le quemaba la comida, el puerco no estaba del todo feliz con ese cambio pero que se le va a hacer. Spreen solo dio un pequeño suspiro sin moverse demasiado, una vez el castaño termino de cocinar apago el horno y se dio la vuelta para quedar frente a frente con su novio, el simple hecho de pensar en esa palabra, el asimilar que eso es lo que son ahora le hacía sentir mariposas en el estomago. El híbrido deposito un beso en la frente de Juan antes de juntar la suya con la de el, quizá era por la noche anterior o el hecho de que nunca había confiado ni querido a nadie tanto como lo hace con Juan, pero algo lo estaba a impulsando a ser mas cariñoso, a ninguno de los dos les molestaba.
Juan estaba apunto de decirle que se sentara cuando el oso pego su frente a la suya, dándose cuenta que algo no estaba del todo bien. "Tienes calentura." Spreen se separo levemente viéndolo con cierta extrañeza. "No es cierto boludo, y aunque lo fuera no creo que estés listo para-" No pudo terminar de hablar ya que el hechicero le dio un leve golpe en la frente con un par de dedos. "Así no pendejo, me refiero a que tienes fiebre." El oso dejo salir un pequeño "Ah." Sin saber que mas decir, haciendo al hechicero rodar los ojos. "Siéntate a desayunar, le diré a Zorman que venga a revisarte."
Spreen hizo caso tomando asiento. "No te preocupes, yo puedo ir." Juan puso el plato frente a el, notando como el suyo estaba mas lleno que el del castaño. Al hechicero no le fascinaba la idea de que Spreen saliera del santuario, si era cierto que los dioses del caos ya no habían intentado nada, pero tal vez era porque sus dos mayores objetivos estaban completamente seguros tras un hechizo. "¿Seguro? Es que, me tranquiliza mas que estés aquí." Juan sabía que no podían quedarse dentro de la seguridad del santuario por siempre, tenían que enfrentar a los dioses del caos en algún momento pero, ¿pueden culparlo por atrasar ese encuentro tanto como pudiera? "Che voy a estar bien, no tardo nada en quedar joya. Además, tenía que ir a verlo para que me quitara los puntos del hombro, algo sobre su laboratorio siendo un lugar mas sanitizado o algo así."
Juan aun se notaba bastante inseguro ante la idea. "Si queres podes venir conmigo." Una oferta para poder seguir juntos y que estuviera tranquilo, el castaño negó con la cabeza. "Esta bien, Zorman ni si quiera vive tan lejos solo me preocupo demasiado." Mas ahora que el oso se había vuelto aun mas especial para el, Spreen le sonrió. "No tardo ni una hora en volver, lo prometo." Juan debía perder el miedo tanto a que Spreen no estuviera cerca como al de salir fuera de la seguridad de su santuario, solo debe hacerlo una cosa a la vez. "Intentare seguir practicando con las runas mientras no estas, con suerte ya no explotare nada." Dijo Juan con una risa nerviosa.
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Matar a un dios • Spruan
FanfictionJuan y Spreen han tenido sus roces y peleas en el pasado, pero cuando Spreen encuentra a Juan tras ser atacado por un desconocido, se vuelve su misión personal el encontrarlo y hacerle pagar por todo. Sea una persona o un dios el mimso de encargara...