♟️20 : Tres millones ♟️

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Alexander Collins

-Oye, te atrape - me señala Sarah con una sonrisa diabólica cuando me ve - ¡Damon ven!¡Encontré a papá!

-Voy - la voz de mí hijo se escucha en toda el piso de abajo

-¿Segura que lo hiciste? - pregunto. Me levanto de golpe viendo cómo venía hacia mi cómo flash

-Claro, siempre lo estoy - veo por arriba de ella como Isabella se acerca atranpandola - ¡oye, mamá!¡Eso fue trampa! - grita mientras que pide de mí ayuda - ¡ayuda papá!

-Deja a mí niña - se la saco de las manos de Isabella yendo hacía atrás del sillón

Tres semanas pasaron desde que la idea en mí cabeza paso e Isabella aceptó. Los niños preguntaron y nosotros le contamos de una manera para nada escandalosa. También mis cosas ya estaban aquí, y también estaba por vender el maldito apartamento. Isabella se sorprendió tanto que lo único que me dijo fue: "Vendelo, ahora está es tu casa". Y no crean que no lo hice yo también, porqué si lo hice. Me sorprendí tanto a sus palabras que termine poniendo mí departamento en venta.
Despues el tema de Charly quedó zanjado, no había aparecido nada por parte de él y nosotros, más el FBI, estábamos atentos a todos los movimientos posibles, yo no quería errores y por lo que veía ellos tampoco. Sin embargo, seguíamos sin encontrar ningún rastro de él. Cómo último está Isabella, la gran mujer que me aceptó en su casa después de todo lo que le hice sufrir. Con ella había muchas tensiones. no hacíamos nada. seguía cumpliendo su condición de nada de sexo e insistir en el tal tema, pero lo que si pasaba era los besos. Siempre que llegábamos a la parte más deseosa era ella que se detenía diciendo que no era el momento, aún así la seguía respetando. El tema de las provocaciones se terminó rompiendo, así como ella y yo nos provocamos mutuamente y siempre llegamos a los besos en dónde suben mucho de nivel.

Ahora mismo estábamos jugando a las atrapadas con Sarah y Damon, nos habían insistido tanto cuando comíamos la cena que terminamos aceptando. Estábamos cansados, pero no podíamos negarnos a sus insistencias. Un viernes, nuestros hijos nos obligaron a jugar a las atrapadas, el trabajo a los dos nos tenía cansados, pero al estar con los niños era otra cosa.

-Quiero ver una película - dice mí hija a mí lado - si es posible, la princesa y el sapo

-No otra vez no - dice Damon sentándose en el sillón

-Damon... - le advierte Isabella

-Pero siempre la vemos mamá - mira enojado y eso hace que me separé de Sarah yendo a por mí pobre hijo

-Eu, mírame - lo hace con cara de enojado - tu hermana también tiene derecho elegir

No me habla, odio que no lo haga, me hace sentir un padre malo

-Te habla tu padre Damon

-Damon - la vocecita de Sarah hace que su hermano la mire haciendo un puchero - se que no te gusta la película, pero gracias a verla papá está con nosotros - se acerca a él para poder estar a su lado.

Miro a Isabella quien se había puesto madre melancólica, les hacia puchero y yo lo único que hacía ahí era escuchar a los dos charlatanes hablar, me acerco a la terca de Isabella para ver desde su vista como hablan entre ellos dos

-Cinco años tienen y siguen creciendo - susurra - necesito a esos bebes que lloraban y sonrían cuando les contaba de ti - me mira melancólica

-Siempre puedo darte los bebés que quieras

-Si eres estúpido - me pega en el pecho yendose a sentarse en el sofá para estirar sus piernas y apoyarse en la pared de este mismo -¿Que película vamos a mirar?

Fin del juego [Completa] +18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora