Jimin suspiró levantándose de la cama, había dormido solo nuevamente, su esposo no estaba ahí al dormir y tampoco al despertar, no contestaba su celular, le preocupaba, pero era algo que hacía seguido desde hace un año, se metió al baño, tomó una ducha con agua fría, porque no tenía agua caliente desde hace meses, se cambió con un suéter abrigador, fue a la cocina tomando el último paquete de galletas que tenía y un poco de agua del grifo, no tenía hambre, pero debía comer, no por él sino por el bebé que ahora cargaba.
Sus ojos estaban hinchados, lloró toda la noche al descubrir que estaba embarazado, no fue una noticia que lo llenará de felicidad como siempre creyó, sino que fue aterrador, no tenía dinero para mantenerse, mucho menos para cuidar de un bebé, quería hablar con su alfa, pero no estaba ahí. Eran las seis y media cuando salió de su pequeño departamento, rogando no encontrarse con su casero, porque debía más de seis meses de renta, era un alivio que este no lo hubiera echado ya.
La tienda no quedaba lejos, así que caminó unas cuadras, hacía frío, era el frío de noviembre, que se colaba en su suéter viejo y le llenaba de escalofríos. Estaba nervioso, nunca antes había trabajado, siempre fue un niño de familia, sus padres pagaban todo, hasta que se casó, ellos dejaron de verlo, a veces le daban algo de dinero, porque no sabían su situación, de saberlo, estaba seguro que lo habrían obligado a volver, quería volver, pero, no estaba listo para escuchar las duras palabras de sus padres respecto a su vida.
La tienda estaba con las luces prendidas, la puerta abierta, entró y el calor le hizo sonreír, no había nadie cerca, caminó al mostrador, esperaba paciente, hasta que una mujer salió, era linda, pequeña, con pelo corto hasta los hombros. Ella al verlo sonrió.
—Buenos días ¿Busca algo en específico?
—Oh, no, yo...el señor Min me contrató ayer.
—¿Eres el nuevo empleado? Bien, necesita ayuda, está desayunando, puede que tarde un poco, puedes comenzar quitando el letrero de solicitud de empleado, él te dirá después qué hacer.
—Muy bien.
—Soy Mina, por cierto—alargó la mano.
—Soy Jimin, es un gusto—tomó la mano y la apretó ligeramente. Cuando se soltaron, ella tomó sus cosas y se dirigió a la puerta.
Jimin pensó que ella era la pareja de Min, era dulce y linda, una omega pulcra y hermosa. Se sintió fuera de lugar, no era que siempre pasara su vida triste por su aspecto, casi trataba de no pensar en ello, porque sabía que se veía lamentable para los demás, pero eran momentos como ese dónde se daba cuenta de su suerte. Se encaminó a la puerta, quitó el letrero y regreso, había mucho por hacer, demasiadas cosas que limpiar y acomodar. Era un desorden total.
Tomó un trapo que estaba cerca del mostrador y comenzó a limpiar uno de los estantes que contenía discos de acetato, había artistas que no conocía, no era muy bueno con la música, hacia años que no escuchaba nada, relamió sus labios pensativo, el señor Min tenía un desastre y se preguntaba la razón.
—Vaya, volviste.
Dió un respingo cuando escuchó la grave vos, que llevó un escalofrío a todo su cuerpo, se volvió e hizo una reverencia.
—Sí señor Min. Muchas gracias por lo de ayer.
—Está bien—dijo mirándolo con algo de sorpresa, él no había esperado que el chico volviera después de haberle dado dinero—. No hay muchos clientes, puedes limpiar y ordenar un poco.
—Lo haré—asintió.
Jimin siempre trataba de no mirar de más a los demás, de no meterse en la vida de las personas, mucho menos de hacer preguntas cuya respuesta no le interesaba, así que en todo momento su mirada estuvo fija en el rostro de aquel hombre, no desvió la vista a la silla de ruedas. Era descortés, pero era curioso y se preguntaba la razón por la cual estaba en ella.

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My Loved SunFlower *Yoonmin*
FanfictionJimin estaba casado, pero, su matrimonio era un infierno, cuando decide trabajar por su cuenta y sacar adelante lo que queda de su relación, conoce a la persona que pondría de cabeza su mundo. Una persona que no creía en el amor, pero, que por él es...