VI

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—Jimin—susurró contra las hebras de su cabello—. Es tarde. Nos quedamos dormidos.

Había despertado hace unos minutos, con el peso extra en su pecho, desde el accidente era más sensible, compensando la perdida de sensibilidad y movilidad en su parte inferior, el brazo de Jimin estaba sobre su pecho, doblado en su hombro, con la cabeza en su cuello, respirando profundamente, sentía cosquillas de su nariz, olía fantástico, no era un aroma peculiar, pero sí especial, dulce, muy dulce, pensaba que eso se debía al embarazo, Jin había olido de la misma forma cuando estaba esperando a su sobrino.

Enterró el rostro en su cabello rubio, le calmaba, pero, tenía que romper esa burbuja de seguridad. Acarició con su mano que estaba bajo su cuello sus hombros, tratando de despertarlo.

—Jimin, pasan de las siete de la noche—susurró sobre su cabello.

No entendía cómo es que habían dormido tanto, jamás durmió tan plácidamente en su vida, fue gloria, estaba tan cansado, todos los días lo atacaba el insomnio, sin medicamento no podía dormir, la ansiedad crecía y el pánico también, el trastorno postraumático estaba guiando su vida casi por completo.

—Jimin...aunque no quisiera despertarte, es tarde y no quiero que tengas problemas.

Jimin gruñó bajito, en protesta, al igual que él parecía cómodo, Yoongi rio por lo bajo y lo observó, sus labios estaban ligeramente separados, rosados y abultados, respiraba con profundidad, sus pestañas eran largas, su piel sonrojada, lucía muy lindo, era uno de los omegas más bonitos que había visto en su vida.

—Jiminie...despierta cachorro dormilón.

Lo escuchó gemir y volver la nariz a su cuello, olisqueando, antes de suspirar, lo removió un poco y fue así que Jimin comenzó a despertar, sus ojos se encontraron, y los de Jimin brillaron ante el reconocimiento, se levantó rápidamente sentandose en la cama mirándolo boquiabierto.

—Lo siento, no quise despertarte así, no te asustes, creo que nos quedamos dormidos, pero pasan de las siete, y tienes que regresar a tu casa.

—Oh, lo siento, yo... tengo que irme ya.

Jimin se levantó rápidamente y ni siquiera le miró cuando salió de la habitación, Yoongi le observó con una mueca y muchas preguntas en su mente ¿Tendrá problemas por llegar tarde? No sabía cómo era su alfa en realidad, pero, para Yoongi era una persona egoísta y con un problema grave, que no le importaba Jimin, sino sus propias adicciones. ¿Estaba avergonzado? Ellos apenas se conocían y aunque no iba a negar que había cierta afinidad, que creció algo extraño con aquellas platicas tan amenas que habían compartido, sin embargo, Yoongi estaba seguro de que eso no importaba, y aunque hubiera algo entre ellos que se atrajera, no había ninguna posibilidad de que sucediera cualquier cosa. Era un caso perdido.
















Jimin llegó a su casa con la mente hecha un nido revuelto, de tantos pensamientos y sensaciones, por una parte se sentía mal por haber tenido tanta confianza con Yoongi, sobrepasando una línea, estaba avergonzado de sus reacciones, de lo que había hecho, no podía pensar en verlo a la cara al día siguiente, y por otro, estaba aquella tranquilidad que le transmitió con sólo un toque, aún podía sentir sus manos sobre su hombro, o su voz cerca de su cabello, era extraño, pero, empezó a anhelarlo, estaba mal, se sentía miserable, ¿Por qué había dejado de sentirse así por su esposo y comenzó a sentirlo por un desconocido?

El departamento estaba solo, eso no le sorprendió ni tampoco le importó, al contrario, se sintió aliviado, así al menos no estaría Dogu para exigir cariño, uno que se le hacía difícil darle. Ya no quería tener relaciones con él, porque todo era tan frío y distante.

My Loved SunFlower *Yoonmin*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora