¿Chica bonita? // DekuKami #1

Capítulo 24

Denki se siente demasiado feliz y cómodo estando con el chico de pecas, la cita salió mejor de lo que se habían imaginado, es por esa misma razón que ambos se encuentran en el parque, mirando el atardecer, un paisaje simplemente hermoso.

Izuku realmente parece amarlo de forma sincera, sin embargo, eso no quita la sensación de miedo que siente ante la idea de contarle su secreto, sabe que en algún momento debe contarle... ¿Debería hacerlo en ese momento?

—Den, ¿estas bien? —la voz del pecoso lo regresa a la realidad.

—¿Ah? Si, estoy bien, solo estaba pensando en algunas cosas —suelta un pequeño suspiro.

–¿Quieres hablar de eso? —pregunta Izuku tomando su mano para darle seguridad.

El rubio voltea a verlo, ambas miradas conectan, aquellos preciosos ojos verdes lo miran con atención, es en ese momento que lo entiende, es el momento de decirle.

Pero antes de siquiera decir algo el teléfono del pecoso suena, el chico se disculpa y atiende a la llamada, Denki suelta un suspiro, eso debía ser una clase de señal, decirle es una mala idea.

—Lo siento, bonita. Surgió un imprevisto y debo irme —dice una vez que cuelga la llamada.

—Está bien, no te preocupes —le sonríe dulce—. Podemos hablar otro día con más calma.

—Está bien —se acerca a la chica y le da un besito en la mejilla—. Nos vemos luego —se despide y se va.

Denki suelta un largo suspiro, se levanta y se dirige a la casa se Jiro, les había prometido a las chicas contarles todo y tener una pijamada con ellas.

Y eso es lo que hará.

Justo como lo prometió, Denki les contó a las chicas todo sobre su cita, las tres escucharon todo el relato con atención y cierta emoción por todo lo relatado.

—Midoriya es realmente dulce —habla Momo una vez que el rubio termina su relato.

—Lo sé, es demasiado tierno —Denki no puede evitar sonreír al pensar en él.

—Sería tan lindo tener una relación como la tuya —dice Mina con un pequeño puchero.

—Bueno, aun no es oficial y no se si lo será —susurra lo último bajando la mirada.

—¿Por qué dices eso? —pregunta Jiro llamando la atención del rubio.

Denki se tensa un poco ante aquella pregunta, levanta un poco la cabeza y se encuentra con la mirada curiosa de las chicas, en ese momento se siente como un niño pequeño con miedo.

YaoMomo parece darse cuenta de eso y la toma de la mano para darle seguridad.

—¿Hay algo de lo que quieras hablar? —pregunta la chica con cariño y de forma calmada.

—De hecho si, hay algo de lo que quiero hablar con ustedes —suspira y las mira—. Solo quiero que me escuchen hasta el final.

—Lo prometemos, no te vamos a interrumpir —Mina sonríe y alza la mano en señal de promesa.

Denki decide contarles la misma historia que le había contado a Kirishima, con ellas necesita ser más claro y no sonar como si hiciera esas cosas solo porque si, quiere que ellas entiendan la historia detrás de su secreto, porque lo que menos quiere es perder la amistad de ellas.

—Ahora entiendo todas esas veces que te quedabas de último —Mina es la primera en hablar cuando Denki termina su relato.

—O las veces que te incomodaba entrar al baño de chicas —murmura Jiro.

El rubio asiente de forma tímida, con la mirada clavada en el suelo, no es capaz de mirarlas a los ojos.

—Gracias por tener la confianza de contarnos, Kaminari —Momo le toma la mano llamando su atención.

Denki levanta la mirada y se encuentra con la mirada de las chicas, quienes se veían comprensivas ante todo lo que el rubio les contó.

—¿No les incomoda saber la verdad? —mira a las chicas con atención.

—Claro que no, Kami —Mina sonríe ampliamente y abraza al rubio—. Nunca hiciste las cosas con mala intención, así que lo entendemos —dice Mina con una amable sonrisa.

—Exacto, Kaminari. Al fin de cuentas eres nuestro... Amigo —Jiro sonríe de forma dulce.

—Gracias, chicas. Realmente me dolería si ustedes me odian —hace un puchero ante la idea.

—Oww, eso nunca, Kami —Mina lo abraza más.

—Si, olvidemos este tema y disfrutemos de la pijamada —propone Momo—. Dame unos momentos y te ayudo a estar más cómodo.

Denki sonríe sintiéndose bastante tranquilo con ellas, se había imaginado la peor de las situaciones, pero ellas son comprensivas y entendieron la situación en la que se encontraba.

Esa noche el rubio disfrutó de la pijamada junto a ellas, hablando de varias cosas, no las había perdido y eso era un verdadero alivio para él.