Nunca más

10.3K 1.6K 522
                                    

Escuchabamos las sirenas a lo lejos. 

La noticia de que el héroe número 2 había perdido sus retoños a manos de alguien a quien catalogó cómo 'villana' era sensación nacional. Y movilizarían pronto una redada para buscarme. 

Lo más lógico habría sido ir a la prensa y decir que todo había sido un malentendido. Pero a penas lo intenté, dispararon contra mi vehículo. Supongo que Endeavor ya les había alertado sobre mi quirk y se tomaron lo de indestructible muy literal. 

Pero aún así, no me imaginaba a Endeavor tratando de matarme con sus hijos ahí dentro, sin siquiera preguntar nada. 

Salí disparada, intentando maniobrar lo mejor que pude sin matarnos. Ya habían tomado mi matrícula y todo iría cuesta abajo si seguía mucho tiempo en ese auto.  

No podía arriesgarme a que los niños salieran lastimados por culpa mía. Debería buscar una forma de hablar con Enji o Rei directamente.

También, tenía el problema de los otros dos niños, Fuyumi y Natsuo. A quienes debía recoger y buscar en quien sabe dónde. Esperaba que estuvieran bien, después de todo, había demasiados villanos sueltos por ahí. 

Una llamada llegó a mi celular, el que por cierto pronto debería tirar.

—¿Oboro? 

—¡Jefa! Escucho patrullas que vienen hacia acá…¡Estamos muy preocupados! —exclamó susurrando— La prensa la culpa de haber asesinado a su abogado por supuestamente saber algo malo de usted…¡Debe decirme qué está pasando!

Abrí los ojos y me recorrió un escalofrío por todo el cuerpo. De pronto un juego de niños se había transformado en algo grave. 

Cómo sospechaba desde que me trataron con tanta agresividad, la prensa ni Endeavor se atreverían a culparme de algo así. Claramente había la mano de alguien más en todo esto. No había que ser un genio para averiguarlo.

—Oboro, ¿confías en mí? —pregunté, recordando que además de mi niñero, Oboro era un aspirante a héroe que pronto debutaría cómo un héroe profesional.

—Por supuesto. Usted es como una hermana mayor para mí —dijo, sin dudar. 

—¡No quise meterte en algo como esto, lo siento! Es realmente un malentendido y puedes estar seguro de que no he hecho nada de lo que dicen sobre mí. Pero si mis bebés se equedan ahí, se los van a llevar. Por favor, te suplico que los saques de la casa…

Tenko no resistiría ser separado de mí, aunque fuese solo por un tiempo. Keigo estaría con el miedo de volver con su madre, o aún peor, con su padre que había salido bajo libertad condicional, y sin duda, volver al entrenamiento de héroe. Y que decir de Himiko, que era tan pequeña. 

—¡Entendido, Jefecita! 

—Y también, si es posible…usa mi dinero y comprale a alguien una furgoneta.

—¿Eh? 

—Tengo que tener espacio suficiente para ocho niños…

—¿Una furgoneta escolar entonces?

—¡Sí, justamente!

— Supongo que también necesitará celulares desechables y cinta adhesiva…

—¿Qué? ¿Cinta adhesiva? No necesito callar a nadie. No es un secuestro real…—afirmé, hasta que ví a Touya atrás—. Pensándolo bien, puede ser que la necesite. ¡Pero apresúrate!

Una vez terminé la llamada, tiré el chip de mi celular por la ventana, lamentando todo lo que perdería ahí.

—¿Vamos a ir con mi papá? —preguntó Touya. 

Madre no hay una sola (BNHA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora