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—¿A qué te refieres con que mamá se ha enloquecido…? —la voz de Touya resonó asustada.

—Se la llevaron a un manicomio…

Apenas escuché ese murmullo en la habitación, entré con una expresión sería y firme, pero intentando guardar la calma. 

—¿Quién te ha dicho eso, Natsuo? ¿Por qué le dices eso a tu hermano?

—Yo…solo lo escuché. 

—Tu madre no está loca. Solo fue a un hospital para sentirse mejor…todo esto de la demanda a Endeavor la ha dejado muy agotada mentalmente. 

—Yo fui cruel con ella, quizás fue por mi culpa que…—Touya se apresuró a responder.

—No fue culpa de ustedes. Hay cosas de adultos implicadas aquí. 

—¿Cuánto tiempo nos quedaremos aquí contigo? —preguntó Natsuo. 

—No lo sé aún, cariño. Sé paciente —respondí, mientras bajamos las escaleras.

Natsuo asintió y me miró de medio lado, resignado a su nueva situación.

Tanto Rei como Enji  después de múltiples encuentros no amistosos) estuvieron de acuerdo que podía hacerme cargo de los niños mientras ellos estuvieran en el retiro espiritual llamado "resolver problemas legales en corte de familia". Rei fue internada en un centro de salud mental por algún tiempo, mientras que Endeavor estaba lidiando con perder la custodia de sus hijos…y también arriesgando su carrera de héroe. Eso último no me hacía gracia, pues para mí Endeavor era un héroe fantástico que había salvado a muchas personas, incluído mi Keigo. 

Así que por efecto colateral, Keigo estaba deprimido. Touya le lanzaba cojines cuando lo veía tirado en el sofá sin ganas de vivir. 

—¡Vamos, niño pollo! Ni yo que soy su hijo estoy tan afectado…¡no te puedes echar a morir! —él lo sacudió de la sudadera.

—La rata blanca tiene razón —Kai admitió, mientras escribía en sus cuadernos— hace días que no haces tus deberes ni sales de casa a jugar. 

—Estoy a un pelo de quemar tu habitación.

—Ya me estoy aburriendo hablando solo con las paredes —añadió Tenko— Solo Himiko me entiende…¿Verdad Himiko? 

Himiko estaba concentrada en la cuna, mirando a Shoto. En realidad era Shoto quien no le apartaba la vista de encima a nadie, ese niño apenas pestañaba. 

—Bebe extraña a mamá…—balbuceó Himiko, señalando al bebé. 

Shoto no balbuceaba hasta que yo lo cargaba, algo que debía hacer seguido para que se sintiera bien. Lo último que queríamos era criar a un niño frío sin afecto. Lo tomé en brazos y pareció satisfecho de poder pestañar.

—Keigo, por favor sal a jugar con tus hermanos y amigos. 

—No tengo ganas…

Fuyumi bajó de las escaleras. Era quien más se asemejaba a la edad de Keigo y se llevaban muy bien, de hecho nacieron en el mismo mes del mismo año. Como ella no tenía rencores contra Endeavor, era la única capaz de entender a Keigo.

—¡Juguemos a la pelota, Keigo! ¡No seas aburrido! —exclamó ella— ¡Jin nos está esperando hace media hora!

—De acuerdo…

—¡Ah, a ella si le haces caso! —gruñó Kai— ¡¿Qué debo hacer para que la gente me obedezca?! 

—Ya tranquilo, Kai —dije, dándole una palmadita en la cabeza.

Madre no hay una sola (BNHA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora