Comienzo a dirigir mis pasos hacia la habitación de Poseidón. Con cada que me acerco más las dudas me van invadiendo.
¿Y si me descubren?
¿Y si encuentro algo lo que en realidad no quiero ver?
No lo sé, pero tendría que arriesgarme.
Una vez dentro de la cabaña observo que la mayoría de las personas estaban devorando aquellas pizzas que Martha había pedido hace un rato.
Miro el panorama a mi alrededor, veo a Brandon sentado junto con Martha frente a la mesa del comedor, Pete está junto a él. Noto como Sebastián se encuentra comiendo su pedazo de pizza solo sobre la encimera de la cocina, seguramente estaba esquivando al moreno por su discusión en la habitación. Los del equipo de fútbol comían como cerdos sentados en la sala de estar mientras que las porrista del mismo equipo comían de pie junto a la fogata.
Vaya caballerosidad.
Sé que Poseidón no estaba aquí ya que lo había visto esfumarse como si fuera por arte de magia frente a mis ojos allá en la playa. Puedo admitir que el que todos estuvieran tan enfocados en sus pedazos de pizza grasientos hacía de esta la oportunidad perfecta para infiltrarme en la habitación de esos chicos.
Dando algunos pasos hacia atrás, me arrincono en la pared justo al lado de la puerta del cuarto del chico de los ojos color azul celeste. Saco mi celular y comienzo a mirarlo, disimulando.
Con la esquina del ojo me aseguro de que nadie me prestase mucha atención o me mirase. Tenía que pasar completamente desapercibida, nadie podía notar mi presencia si es que quería que mi plan funcionara.
Dando pequeños pasos a mi izquierda, comienzo a acercarme hacia la puerta con mucha cautela de no ser descubierta. Una vez me encuentro frente a esta rápidamente tomo la manilla y me adentro en la habitación cerrando la puerta silenciosa pero velozmente tras de mí.
Mi corazón palpita muy rápido ante el hecho de haberme infiltrado en la habitación del rey de los mares.
Mi juicio me dice que solo salga de aquí antes de que logre arrepentirme y sea demasiado tarde, pero mi curiosidad me dice a gritos que siga adelante.
Tenía que intentar hallar algo que me ayudase a descubrir el porqué Poseidón no me quería ver... el porqué me alejaba. Necesitaba entender la razón de que a pesar de sus obvios sentimientos por mí éste continuaba rechazándome.
Comienzo a mirar a mi alrededor, la habitación no era muy diferente a la de Sebastián, Pete y mía. Tres camas dispersas y separadas a su vez por mesitas de noche al igual que la de nosotros. Un armario de madera en una esquina cerca de la entrada y la puerta de los aseos a mi derecha.
Nerviosa, me acerco al armario siendo ese el primer lugar en el que revisaría. Con mis manos un tanto temblorosas por la inquietud de ser descubierta con las manos en la masa, procedo a halar las hojas de aquel armario, abrir las gavetas y mirar el contenido en su interior.
Observo algunas camisas y pantalones muy bien doblados en alguna de las gavetas, en otras no tanto. No tenía forma de saber cuál pertenecía a quien, toda la ropa parecía verse igual.
Fallando en mi intento de búsqueda en el armario, cierro las puertas y rápidamente me dirijo hacia el área de las camas.
¿Cuál es la de Poseidón?
No podría saberlo.
Me acerco a la primera mesita de noche y abro el cajón. Miro, pero solo encuentro un cargador de celular junto con unos... ¿preservativos?
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Poseidón ©
FantasyEbba es una joven universitaria, la cuál, a perdido y sufrido demasiado durante el transcurso de su vida. La muerte de su madre, la dejó sola, con un corazón roto y viviendo con su abuelito José; quién es la única persona que le queda en este mundo...