Poseidón ©

Introducción

Siempre contemplé las olas del mar cómo un pasatiempo y un método de relajación cuándo me sentía sola y aislada.

Siempre, vi el océano como aquel tumulto de agua inmenso, en el cuál, podías desahogar tus penas y lamentos siendo siempre escuchado por su silencio y serenidad.

Pero, no fue hasta que vi, que este escondía algo más grande bajo su manto azulado; algo más intenso e intrigante que tan solo sal y arena cómo pensaba en un principio.

Describí, de la forma más extraña; que un ser increíble habitaba bajo sus aguas; un dios capaz de hacerme perder la razón y la cordura al mismo tiempo.

Un rey, que me llevó a conocer mis extremos y debilidades... mis miedos y pasiones.

Su pasión y su rebeldía, me enredaron en sus más oscuros deseos, haciendo, que mi vida diera un giro total, y de que mi alma... se sumergiera hasta lo más profundo de su ser.

Fue ahí, que conocí su ímpetu; su intensidad... todo de él.

Fue así, que conocí al dios de todos los mares, al rey de los océanos... a Poseidón.