Capitulo 21

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Monoma

Camino en círculos una vez más, llevaba haciendo esto por casi diez minutos. Él señor de los helados ya me estaba viendo raro, pero la mirada era mutua, ¿Quién vendía helado en pleno invierno?

Ajusto más la bufanda en mi cuello y doy otra vuelta, Shinso me había citado en el parque, por mis nervios llegué media hora antes de lo acordado, necesitaba pensar, está podría ser nuestra última conversación si las cosas no se daban bien. Estoy inquieto, las respuestas aún no estan claras en mi mente.

Así que me repito las preguntas más esenciales.

¿Amo a Shinso?

Si, lo amo.

¿Estoy dispuesto a perdonarlo si hay un cambio de por medio?

Claro que sí, todos cometemos errores, pero debía existir un cambio, o se convertirá en vicio.

¿Tu amor es debido al compromiso?

No, a mis 15 años me había enamorado de su simple imagen, Shinso se había convertido en mi puerta de salida cuando sentía que ya no podía más. Al conocerlo mejor y compartir tiempo con el, mis sentimientos florecieron de manera sincera.

Si Shinso decide irse, ¿Estarías bien con ello?

No, no estaría bien, pero jamás se lo dejaría saber.

¿Lo dejarías ir?

Claro que sí, no pienso ser las cadenas que el deba arrastrar.

Inhaló y exhaló cómo me lo dijo el doctor y me siento en la banca, vuelvo a colocar la bufanda y espero pacientemente.

Pasan los minutos y Shinso llega. Aún traía el uniforme de la escuela. Se veía cansado, incluso esto me causa un Déjà-vu.

–Perdon por tardar.

–No llegaste tarde, solo yo llegue temprano.

Él se sienta a mi lado, traía unos girasoles en su mano y tímidamente me los da.

–Gracias, son mis favoritas.

Las tomo sin mucho ánimo y las dejo en mi regazo.

–Antes que nada quiero dejar en claro que no estoy rompiendo mi castigo, tengo el permiso para estar aquí.

Rio ante sus palabras, Shinso podía ser muy adorable si se lo proponía. Yo sabía bien que está cita era consensuada por toda nuestra familia y amigos.

–Ok Shinso, me alegra que no seas un prófugo.

Las cosas se tornaron un poco incómodas, Shinso estrujaba sus manos, al parecer estaba ordenando sus palabras.

–Yo... perdóname Monoma–mueve su cabeza de un lado a otro como si quisiera sacudirse algo–se que para ti unas simples disculpas no solucionan nada, pero creo que sí son un comienzo para mostrar el arrepentimiento, yo no debí descargar mi enojo contigo, tampoco echarte en cara algo que no te correspondía.

Shinso tomando mi mano y hace que lo vea directo a los ojos. Me dió gracia ver qué su mano tenía rastros de pintura.

–Tu no eres responsable de nada malo que me haya pasado en la vida, al contrario, eres algo bueno que ni siquiera se si merezco.

–Shinso, no digas eso–llevo mi mano a su mejilla y lo acaricio –mereces cosas buenas en la vida.

–Gracias, pero lo he arruinado una y otra vez, cómo si fuera un mal habito, pero prometo que ya no será así, por favor quédate a mi lado, se que cometeré muchos errores más, pero daré lo mejor de mi para cuidarte, amarte y hacerte sentir seguro.

Un corazón para dos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora