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JiMin se bajó de la moto cuando Yoongi se detuvo en el estacionamiento, respiró hondo casi sintiéndose aliviado de haber llegado a su destino.

— ¡Estás loco! — Exclamó tratando de recuperar el aliento. — Yo no me vuelvo a montar en esa cosa, eres un monstruo, yo ví a Dios recibiendome en el cielo con los ángeles.

— Eres una exagerada, aparte has dicho que soy un gato, por lo poco tanto no puedo ser un monstruo. — Dice quitándose el casco, revolvió sus cabellos para después ponerse un gorro de color negro. — Dame un voto de confianza, no te dejaré morir linda, confía en mí. — Sonrió caminando hacia el elevador. — Camina.

— Aún así, eres un loco manejando. — Murmuró acomodando sus cabellos frente al espejo una vez que estuvieron dentro del ascensor.

— Cambiando de tema, ¿Si estás bien como para caminar? Pregunto porque ví su entrenamiento y estuvo fuerte, quizá estés cansada o no sé. — Cuestionó recostandose en la pared, viendo cada movimiento que hacía la chica.

— ¿Me estuviste observando?

— Es imposible no hacerlo, desde que llegaste al equipo de animadoras los alumnos no dejan de hablar de ti, si no es por tu cuerpo; es por lo bonita que eres o por todas las caídas que has sufrido, Soyeon creo que se llama la capitana, ¿Ella no utiliza algún tipo de protección a la hora de hacer las coreografías?

JiMin se echó a reír levantando sus hombros.

— Estoy bien para caminar el centro comercial contigo. — Murmura. — Por lo que me comentó Soeun, antes practicaban en el gimnasio pero no sé, este año ella quiso comenzar hacerlo al aire libre. — Dice saliendo del elevador, dándose la vuelta para ver a Yoongi. — ¿A dónde iremos primero?

— Compraré algo pero me equivoqué de piso, está en el tres. — Suspira caminando hacia las escaleras eléctricas. — Ven.

JiMin asintió yendo hacia él, poniéndose detrás suyo ya que otras personas estaban a su lado. Y desde atrás, pudo observar a Yoongi, sus ropas que eran negras, su cabellos largo, suspiró gustoso; cómo le gustan los mechudos, sin contar que con lo poco que vio de su cuerpo, quedó locamente fascinado.

Tragó duro cuando al llegar al piso tres, tropezó contra la espalda de Yoongi, gimió sobándose la frente.

— Pe-perdón.

— Yo creo que  lo que tienes con el suelo es personal. — Se rió, ganándose una mala mirada por parte de JiMin. — Andando, la noche es larga pero mi tiempo no.

— Que gracioso. — Soltó con sarcasmos caminando aún lado suyo. — ¿Que comprarás?

— Recientemente empecé a trabajar como programador en una empresa...

— ¿Tan rápido ya trabajas?

— Tengo 22 años y vivo solo, de algo tengo que vivir, bueno, ni tan solo porque Hoseok se vino a vivir conmigo y entre los dos pagamos el alquiler, servicios y todo eso. — Cuenta ingresando el almacén. — Trabajo desde casa aunque por lo general siempre debo cargar mi portátil para todos lados por si ocurre un problema.

— Yo tengo 19 y aún vivo con mis papis. — Sonríe un tanto tímido, haciendo reír a Yoongi. — ¿En qué trabajas?

— Trabajo para una empresa que se encarga de darle internet a locales, es como ir a alguna tienda y que en esa tienda haya wifi gratis para los invitados, o como en los coworking, ¿Me hago entender?

— Si pero aún no sé en qué trabajas.

Yoongi tomó la muñeca de JiMin y tiró de ella.

— Soporte técnico pero tirando a programador, te lo había dicho. Para que lo entiendas, si se cae alguna red, yo me encargo de arreglarla. — JiMin asintió dejándose llevar por el mayor.

𝐂𝐇𝐄𝐄𝐑𝐋𝐄𝐀𝐃𝐄𝐑 |YM| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora