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Taehyung suspiró sintiendose impaciente, los minutos pasaban con tanta lentitud que lo estaba volviendo loco, el golpeteo que hacía en la mesa con su dedo también impacientó a JiMin, quien respiró hondo no queriendo decir algo al respecto, puesto que Taehyung se veía estresado, esperando la verificación en su portátil.

Sus ojos no veían otra cosa sino el computador frente a él.

JiMin le echó una mirada y comprobó que no solo estaba estresado, el enojo era evidente en sus ojos, tan así que podía jurar que tiraría la MacBook lejos de él. Arrugó su nariz poniendo toda su atención en Yoongi, las cosas habían cambiado o así lo creía él, desde que murió su gato ya hace tres días, Yoongi no volvió a salir con Choa ni a dirigirle la palabra. Cada capitán debía de cumplir las órdenes que impusieron ellos mismo y Yoongi dijo que las seguiría al pie de la letra.

Y eso le causaba gracia porque todos los días iba a verlo a su casa y le llevaba comida.

Sonrió llevando su bolígrafo a su boca, admirando desde lejos al dueño de sus suspiros, JiMin en verdad que gustaba de Yoongi, verlo le alborotaba el corazón, sentía un cosquilleo en su estómago que transcendencia a su cabeza, se apoderaba de esta causando que solo sea Yoongi quien esté allí día y noche. A cada hora y a cada segundo, Min Yoongi vivía en sus pensamientos.

— Mierda. — Especto golpeando la mesa. JiMin se giró a verlo enseguida, manteniéndose callado y solo observando a su amigo. — Jodida mierda.

— ¿Pasa algo? — Preguntó luego de unos cuantos segundos de estarlo viendo. Sus cejas se encontraban arrugadas y sus manos se movían cada vez más rápidas.

Taehyung respiró hondo contando hasta tres, no podía alterarse, tenía que tener su cabeza fresca para pensar qué hacer.

Cerró su MacBook y negó.

— Estaba intentando entrar en otra computadora pero no me dió paso — soltó en medio de un suspiro guardando el portátil en su mochila.

— Es mejor apurarnos, Soyeon le da jaqueca cuando alguien llega tarde a la práctica.

— ¿Qué estabas escribiendo? Te ví muy pensativo viendo a Yoongi.

JiMin se echó a reír con su dedo en su boca, sintiendo un revoltijo en su estómago por lo felíz que se sentía.

— Una carta, quiero escribirle sobre los sentimientos que tengo hacia él y la ilusión que me da. — Murmuró con sus mejillas rojas, tratando de controlar los latidos de su corazón — le daré la carta cuando JungKook venga por nosotros.

— Es lindo que alguien te confiese lo que siente por medio de una carta, digo; hoy en día ya casi no se ven ese tipo de cosas.

— Lo dices como si fuese más común ver tan normalizado el embarazo adolescente que enviarle una carta expresando tus sentimientos a alguien.

— Justamente eso es lo que creo.

JiMin mordió sus labios bajandose un poco más ese short tan pequeño que tenía, agradecía que debajo de este tuviera una licra o sino se le vería todo el culo. Tomó su mochila, subiendo la corredera de la chaqueta para que no se le viera su torso con la blusa tan delgada, aunque también para que no se notara que estaba utilizando top con esponjas para que se viera que tenía senos.

— Aquí vamos de nuevo — se animó a él mismo poniendo su bolso en las bancas. El entrenamiento le gustaba, podía hasta jurar que le estaba encantando ser parte del equipo de animadoras pero Choa era un problema muy molesto. Sus indirectas hacia su persona, las provocaciones que le hacia, todo de Choa o lo que tenía que ver con ella le irritaba en demencia.

𝐂𝐇𝐄𝐄𝐑𝐋𝐄𝐀𝐃𝐄𝐑 |YM| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora