— Buenos días, ¿E-nid? — dice Bianca con una clara expresión de asombro.— Buenos días Bianca — responde Enid, con la voz algo somnolienta.
La rubia tenía ligeras ojeras, con sus ojos casi cerrados, mientras se tambaleaba, con un brazo sostenía libros y cuadernos, y en el otro, un vaso de chocolate caliente.
— Estuve apunto de preguntarte qué te pasó, pero creo que la respuesta es mas que obvia — añade Bianca, ayudando a la menor a cargar con sus libros — ¿y dónde está tu esposa?
— No somos esposas Bianca, no digas tonterías — dice está, con la voz aún más apagada, y mirando al suelo, con ojos abatidos — si preguntas por Merlina, ella está por allá.
Enid señala la entrada de la universidad, dónde claramente se podía ver a una Merlina siendo atacada verbalmente por Lily.
— !!Te estuve escribiendo todo el fin de semana y ni siquiera pudiste dejarme en visto!!, !!Eso duele más!! — dice Lily, jalando el cuello de la camisa de Merlina.
— Sabes que hago cosas importantes los fines de semana, nunca te contesto, ¿De que te sorprendes? — dice está, que de no ser por los matices oscuros al rededor de sus ojos, también se notaría la presencia de ojeras, por haber pasado toda la noche, corrigiendo la tarea de una irresponsable Enid.
Mientras Lily mueve de un lado a otro a Merlina, usando su camisa como base, el primer botón de la camisa se desabrocha, dejando expuesto el cuello de Merlina.
Y si, se podían ver algunas marcas rojas y de mordidas. Lily al ver esto, rápidamente vuelve a abrochar el botón, baja la cabeza y se queda en silencio un momento.
— Tu y yo en la biblioteca, ahora — no era voz de mando, ni siquiera la voz de Omega, era la voz de una claramente enfadada Lily, a punto de cometer homicidio, pero eso bastaba para que las personas a su alrededor se alejaran rápidamente.
— Jamás voy a entender como se pueden llevar tan bien — dice Bianca caminando con Enid hacia el salón — porque si lo piensas, esas dos no pueden ser más diferentes, y sin embargó, solo las ves sonreír cuando están juntas.
Enid honestamente no quería escuchar lo bien que Merlina se llevaba con Lily, no quería escuchar nada que tuviera que ver con Lily en general, porque ella misma no entendía, el cómo le podía desagradar tanto el aroma de un Omega, olor que le desagradaba más cuando lo percibía en Merlina.
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Al llegar a la biblioteca, Lily arrastra a Merlina hasta los lugares vacíos de el segundo piso, hacia la parte de atrás, la sienta en la mesa y se coloca enfrente de la morena.— No tengo derecho a decir nada, lo se, ni siquiera puedo hacerme la sorprendida porque fue parte de el trato que ambas acordaron, trato que yo misma estructure, aún así, en el fondo de mi ser, creia que harías lo mismo que conmigo, y solo ibas a tomar los inhividores, pero parece que subestimé a esa chica, quien claramente no se abstuvo de saborearte a fondo — dice Lily, con seriedad tanto en su voz como en su rostro.
— No veo la necesidad de alterarse por esto, ya que no cambia los planes, ambas nos estamos utilizando para evitar un problema ocasionado por nuestros propios descuidos, admito que no fue algo que hubiera querido, pero lo hecho hecho está — dice Merlina cruzándose de brazos, sin inmutarse.
El ambiente se volvió sombrío, pues tan extraño cómo es que estás dos se llevaran bien, era aún más extraño que no coincidieran en algo.
Lily tomo asiento frente a Merlina, suspirando, cómo intentando dejar ir el asunto, para luego abarcar otro tema.
— ¿Sabes lo que se acerca? — pregunta Lily, dedicándole una mirada no tan agresiva como la anterior a Merlina.
— Lo se, no tienes que recordarme cada que puedes — dice está, con una mirada algo inquieta, cómo preocupada.
La universidad Nevermore estaba por llevar a cabo uno de sus eventos más importante de el año.
El Festival Salvaje
En este eventos, los estudiantes con características sobre humanas, participarían en eventos deportivos, intelectuales y tradicionales de la universidad, todo para mantener la buena salud sobrenatural de los alumnos. Para esas fechas hay una regla especial, el ganador de el concurso: “La Bestia Blanca”, podría pedir lo que quisiera, y se le sería concebido, y como cada año es una tradición, se pedía la mano del Omega o Alfa más popular para el baile después de el festival. Evento social que tenía a todos muy emocionados.
— ¿Sabes quién está en el Top 1 de mi linda Omega? — menciona Lily, cruzándose de brazos también — estoy yo.
Merlina solo suspira ante aquello que le dicen, cierra los ojos y se queda en silencio un buen rato.
— Cómo es de costumbre, quieres que gane yo el concurso para pedir tu mano, antes de que lo haga algún idiota — dice Merlina.
— Así es, es como matar dos pájaros de un tiro, porque este año, quien se subió al Top 1 de el mejor Alfa, no fue otra si no tu — dice con cara de satisfacción, cómo orgullosa de que su amiga esté en un puesto digno de ella.
Merlina no terminaba de entender que le veían los Omegas, betas y algunos Alfas desviados, no era más que otra chica que vivía parte de su vida escribiendo, leyendo o durmiendo en algún sitio cómodo, y aún así, parecía que detrás de ella había una secta secreta, suena descabellado, pero en un lugar así, hasta podría ser normal.
— No te preocupes, no hay nadie en la universidad que sea capaz de igualar mi capacidad, ganar será sencillo, pero quiero que recuerdes lo que debes hacer después de que gane — dice está, poniéndose de pie.
— Claro, cómo olvidarlo, si eso es lo más emocionante de este evento, puedes jurar que cumpliré con mi promesa — dice Lily, con una sonrisa algo malvada en su rostro.
Ambas chicas se dedican una mirada, que de alguna forma hablaba por ellas, cerrando así el trato.
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Merlina llevaba varios días asistiendo a las clases complementarias, lo que la llevaba a salir muy tarde de la universidad. En su camino de rutina se topó con algo, o bueno, mejor dicho con alguien, que no esperaba ver tan pronto.— Sabes, escuche un rumor bastante divertido — dice una silueta femenina mientras se acerca Merlina — y dice, que estás actualmente en una relación con un Omega, cosa que incluso me dió algo de risa.
— No esperaba que llegarás tan pronto — dice Merlina, deteniéndose justo frente a esa chica.
— Bueno, digamos que como soy la número uno de mi universidad, no habían necesidades de detenerme, y me dejaron llegar una semana antes — la chica se acerca más, y rodea con sus brazos a Merlina.
— ¿Pero te imaginas Merlina?, ¿Llegar a un lugar y que te digan algo tan sin sentido?, Creí que moriría de la risa — la chica frota su cara contra el pecho de la Alfa, aspirando su esencia.
— Cuántas veces debo decirte que no me toques — dice la morena para apartar a la otra de su lado.
— No importa cuánto te resistas, al final serás mía, Merlina Addams, después de todo, no hay ningún Omega más digno de ti, que yo.
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