La calidez del sol en su piel, el canto de las gaviotas, y el sonido del mar chocar con la orilla, arrastrándose devuelta hacia su oscuro vacío en las profundidades del Osceano, eran el agradable ambiente que acompañaba esa tarde a las chicas, cuando llegaron a la pequeña casa en la playa como parte de sus vacaciones, luego de un año de noviazgo, y próximas a graduarse el siguiente año, solo podían agradecer que su relación había avanzado de manera positiva, conocer a los padres de Enid al principio fue un poco agotador, pero luego de Merlina presentarse como la Addams que es, y el poder que tiene su familia, Enid casi sintió que fue vendida para que su familia ganara renombre, por lo que, Merlina limitó el contacto que Enid tenía con su familia, tampoco es como si la rubia se negara mucho a eso, pero de vez en cuando extrañaba a sus hermanos, los que si le caían bien.El auto se detuvo, justo en frente del lugar, estaba bastante alejado de la gente, tenían preferencias por la privacidad, o talvez amaban que su tiempo a solas no fuera interrumpido por nadie, ni nada.
- Llevaré las cosas adentro - La pelinegra cargaba con dos mochilas hasta la puerta de entrada de la casa, mirando detenidamente el exterior de esta.
Yoko y Divina fueron tan amables como para recomendar un buen lugar para vacacionar, a parte de que tenía todo incluído, como un bar y sala de entretenimiento, era muy acogedor, y la playa se veía genial desde ella.
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.Las chicas fueron a caminar por la orilla, un poco lejos del lugar de alojamiento, sintiendo la arena húmeda acariciar las plantas de sus pies, y la olas besarlas con delicadeza, alcanzando a las personas que visitaban el lugar en un área turística.
- Oye Mer, ¿Te parece si echamos un vistazo a esos puestos de comida? - Enid tomo su mano, jalando está hacia ella, y hacia los lugares señalados, mirándola con ojitos de cachorro triste.
Merlina suspira, sabía muy bien que cuando a su novia se le metía algo en la cabeza era difícil cambiar su opinión - Claro, vayamos a ver.
La rubia sonríe alegre ante la aprobación, guiando a la morena por la playa.
- Hola hermosuras, ¿Que les gustaría comer? - Un hombre moreno por su bronceado las saluda detrás del mostrador en lo que parecía ser un puesto de hot dogs, con una sonrisa radiante y su cabello largo un poco húmedo, intentando lucir lo más agradable posible.
- Por favor, deme dos hot dogs y dos malteadas de piña - La rubia se apresura a contestar, igual de radiante, aún sin liberar a Merlina de su agarre, y manteniéndola lo más cerca de ella que puede.
- Claro presiosa, dos hot dogs saliendo - Enid hace mala cara ante el halago del chico, volteando a mirar hacia su novia, impresionada porque está ni siquiera estaba prestando atención a lo que pasaba, en su lugar, Merlina contemplaba a un grupo de chicas que se encontraban jugando voleibol playero, con sus bikinis de colores y riendo por todo y nada.
Ante la mirada perdida de Merlina, Enid soltó su brazo, y se alejo un poco de ella.
Merlina, sintiendo la repentina sensación de tristeza en su Omega, gira para mirarla, y dedicarle una mirada confundida, al no saber que la provocó.
- ¿Estas bien? - La morena extendió su mano, para acariciar la mejilla de la rubia, pero fue interrumpida por el chico que extendía la suya para entregar los hot dogs.
- Todo listo gatitas, acá tienen - Enid se apresura a tomar el suyo junto a su malteada, retirándose del lugar hacia lo que parecía una pequeña cantina un poco más lejos.
No entendía lo que pasaba ¿Porque de repente se comporta así? ¿Si estaban tan bien?
La morena le dedica una mirada de muerte al de cabello castaño, para luego arrebatar su hot dog y malteada de sus manos, entregando el pago por estos, siguiendo a la rubia en su berrinche.