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Enid estaba concentrada en su clase, a pesar de lo que había sucedido el día anterior, parecía estar bastante bien, talvez se sentía en paz, al ser capaz de percibir las emociones de Merlina debido a la unión, emociones, oscuras y psicópatas que la ponían de buen humor, talvez se estaba empezando a acostumbrar al entorno gris que ronda al rededor de la morena. O solo la ponía feliz, el ver a lo que Merlina estaba dispuesta a llegar por ella.

Por otro lado, en uno de los asientos desocupados al final de el salón, resaltaban unos dedos grises, llenos de suturas, y, bueno, una mano amputada que podía moverse por obra y gracia de el espíritu Santo.

Después de una breve reunión estratégica con la pelinegra, Dedos había quedado a cargo de vigilar a Enid, asegurarse de que el atacante no sea lo suficientemente idiota, como para andar cerca de ella incluso en el día. Dado que la morena tenía sus sospechas, porque solo los amigos de Enid y Lily, saben al respecto de el secreto que ambas guardaban, quería asegurarse de que el motivo de aquel ataque no sea chantaje. Y si lo era, ¿Por qué?, ¿Que buscaban?, ¿Que podrían conseguir de eso?.

Pensarlo era mucho más emocionante que seguir asistiendo a sus clases complementarias, así que luego de jugarse la nota final con su profesor al poner en duda su conocimiento y lograr provocarlo, cómo solo un Addams puede, este quedó ridiculizado ante la chica, que ya no debía asistir más a clases al obtener una puntuación perfecta.

Dedos siguió a Enid a todos lados, durante todo el día, mientras está no lo notará, él era su sombra, otra parte de el ambiente para ella.

El día transcurrió de manera normal, nada sospechoso, por ahora.

— ¿Y?, ¿Que ocurrió? — Pregunta la morena, quien llegó a casa mucho más temprano de lo normal, sentada en la mesa de la cocina.

Dedos comienza a explicar, que no sucedió nada fuera de lo normal, a parte de el hecho de que la Omega tenía el extraño pasatiempo de buscar a escondidas a la morena por todo el campus.

Merlina asintió, si la persona que atacó a Enid no era alguno de sus amigos, entonces el ataque fue personal, hacia la pelinegra. Pensar eso solo la dejo con pocas opciones, pero sabía dentro de ella que no se equivocaba, y con respecto al acoso de Enid, talvez debía de hacerle un regalo hoy, por haber pasado el día como cualquier otro, sin levantar sospechas.

— Te quedarás aquí — le dice Merlina a Dedos, una vez que se levanta y toma una taza de café — ocuparas mi estudio en este tiempo — Merlina le dedica una sonrisa algo espeluznante — me alegra tenerte aqui, amigo.
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Enid llega a la habitación, comiendo una dona con glaseado de fresa, algo contenta, cómo si lo que está pasando le gustará más de lo que debería, bueno, talvez un poco. Al adentrarse un poco más en el lugar, nota la presencia de cierta Alfa, leyendo un libro en el comedor, camina cerca de la chica, y la mira por encima de el hombro, su libro parecía hablar en un idioma que no entendía, así que siguió caminando hasta llegar a la habitación.

La chica comienza a desvertirce, aflojando su corbata, desabrochando su falda, sintió como un escalofrío le recorrió la espalda, y se gira,para notar la mirada de la morena en ella, observando cada movimiento. Enid no dice nada, la mira algo nerviosa para luego continuar, dejando caer su falda, tirando de su corbata hasta que esta se deshace en su delgado cuello, empezó a respirar más fuerte, más rápido, la sensación de ser observada mientras se desvestía era algo nuevo, pero estimulante, lentamente fue desabrochando su camisa, de abajo hacia arriba, y se detuvo justo en su pequeño busto, respiro profundo, para luego mirar a la mayor, quien le arquea una ceja, sin entender la razón por la que paró.

— ¿Quieres quitarlo tú? — Pregunta Enid, señalando al botón que faltaba en su camisa.

La morena se acercó, sin apresurarse, mientras más cerca estaba, más nerviosa se ponía la rubia, quien no entendía el motivo de esto, ya que lo habían hecho dos veces.

— Dijiste que cuando estés cerca de el celo, seré la primera en saberlo — Dice la pelinegra, tomando a la menor por la cintura y acercándola a su cuerpo — No lo pude notar ayer, porque tú olor a vergüenza era mayor, pero ahora, puedo percibirlo claramente, tu olor a deseo.

Enid se aferra fuertemente a la camisa de la mayor, era la primera vez que pasaría su periodo de celo tan cerca de un Alfa, en anteriores ocasiones estaba en casa, encerrada en un lugar lleno de Omegas, a excepción de su padre. Controlando su celo con inhividores y fuertes sesiones de masturbación, esos días eran pesados por no contar con la ayuda de un Alfa, pero siempre se mantuvo bajo control. Pero ahora es diferente.

No solo estaba al lado de un Alfa, ese Alfa era Merlina Addams, clase S, y para colmo, estaba marcada por la mencionada, lo que sin duda la hacia sentir más deseo de el normal, más necesidad, sentía que las feromonas de la morena se estaban volviendo adictivas, necesarias, al tenerla tan cerca era más sencillo sentirlas, así que, ya casi fuera de sus sentidos, tomo el rostro de la mayor, y la beso, su beso, no titubeó para volverse agresivo a penas rozó los labios de la otra. Con sus manos de manera apresurada, intentan levantar la camisa de Merlina, quien le concede su deseo levantando los brazos para facilitar el procedimiento.

Mientras continúa con su beso que gritaba estar necesitado, siente las manos de la morena rozar suavemente su cintura.

—Hmm~ el gemido ahogado por el beso de Merlina demostraba lo sensible que estaba en ese momento la rubia.

Merlina la levanta, Enid le rodea con sus piernas la cintura, aferrándose a ella, acariciando la parte tracera de la cabeza de la morena, y hundiendo sus manos en su oscuro cabello, deshaciendo las trenzas de Merlina. La morena la coloca lentamente en su cama, mientras continúan con su beso, terminando de desabrochar el último botón, dejando a la vista el pequeño bracier negro que llevaba la rubia.

— ¿Negro? — dice la morena, un poco impresionada de la elección de alguien a quien le gustan las cosas coloridas.

— Pensé que así te gustaría más~ — le responde Enid, acariciando las mejillas de la otra, moviendo su mano hasta sus labios, para poder sentirlos.

Merlina podía notar, como cada vez estaba más caliente la menor, así que, sentía la necesidad de proteger su dominio como el Alfa, recordando que a Enid le gusta mucho tomar el control. Merlina quita de el cuello de la rubia la corbata que colgaba de este.

— Ah~ ¿Que harás con eso? — pregunta Enid, al notar como merlina se la quitaba.

Merlina, rodea los ojos de la rubia dejando a oscuras su visión. La chica lleva sus manos hacia su cara, algo impresionada, pero es detenida por la morena que le levanta ambos brazos, y los ata con su cinta para el cabello.

— Esta vez seré yo quien tome el control, no quiero quejas ni demandas, solo serás una espectadora, tú cuerpo el protagonista, y yo la villana que le haga la vida imposible — dice la morena, trazando con sus dedos delicadamente por encima de el pecho de la rubia, provocando un quejido en la otra — puedo hacer lo que quiera contigo, Porque soy tu Alfa.

Enid arquea la espalda cuando escucha eso, solo podía pensar en lo que pasaría, si el escucharla decir eso ya era una delicia para su zona baja, con que otra cosa la morena la sorprendería.

— Adelante~ Puedes hacer lo que quieras conmigo~
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Continuará....

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Colmillos 🖤 Wenclair Donde viven las historias. Descúbrelo ahora