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*Gemido*

—Hmm~ Merlina~ — Enid no podía ver qué pasaba, solo podía sentir, concentrarse en lo que su cuerpo percibía, y vaya que se sentía impotente.

Pensaba que honestamente no era el momento de un juego nuevo, quería que Merlina entrara en ella y calmara el calor que sentía por dentro. Pero la morena no tenía la intención de escuchar sus quejas.

Merlina comenzó con su recorrido de besos sobre la piel de la rubia, mientras sentía el cuerpo de la menor estremecerse debajo de ella, impaciente, pero eso no causaría que se apresurará, llegando hasta la parte baja de su abdomen, para luego retirar su ropa interior, que estaba mojada por los jugos de amor de la menor.

Enid al sentir la cálida respiración de Merlina, estimulando su intimidad, intenta cerrar las piernas, pero solo consigue atrapar entre estas a la morena.

— No te muevas innecesariamente, o me detendré — dice está, para luego lamer la entrada.

— Ahh~ —la repentina sensación sorprende a la rubia.

Una vez más, la lengua de Merlina se aventura en los lindos y rosados pliegues de Enid, saboreando el líquido, y llendo cada vez más profundo, un concierto de dulces gemidos inundaban la habitación, con su respiración agitada, y sus piernas temblorosas, lo siguiente que sintió la rubia, fue la lengua de Merlina expandiendo su entrada, para entrar en ella, cada vez más, más profundo. Sentía que en nada se correría, solo por recibir un oral.

Merlina al sentir como la vagina de Enid comenzaba a palpitar, decide jugar con su clítoris, acción que impulso más a la rubia a gemir, y nombrar a la otra, en busca de compasión. El juego se volvió agresivo, acelerando el proceso y llevando a la rubia al orgasmo.

Mientras Enid lucha por respirar apropiadamente, Merlina pasa su lengua por sus labios, saboreando el néctar de su menor, con su mano, acaricia levemente por encima de sus labios, sus otros labios, acción que provocó que Enid se contraiga ante la sensación.

— Espera...Ah~ E-estoy acabando de venirme ~ — dice la chica, luchando por liberar sus manos.

Merlina no acata su pedido, y continúa, suavemente, para luego meter un dedo, cosa que alteró mucho más a la rubia, quien sentía estar viviendo una tortura al no poder hacer nada, mientras Merlina jugaba con su cuerpo. La mayor inserta el segundo dedo y comienza a penetrar de manera constante, los gemidos de Enid se volvían más fuertes, tirando de aquel lazo que retenía sus manos, sentía como sus garras salían a la luz, no creía poder seguir así.

Merlina~ p-porfavor, lo necesito~

La voz de Omega de Enid intentaba lograr algo, que Merlina se compadezca de ella y le de lo que quiere, no podía seguir esperando, efectivamente era una tortura. Merlina al escuchar aquellas palabras solo aumento la agresividad con la que embestía a la menor.

Hmm~ Ah~ Merlina~

Cuando la chica estaba por correrse otra vez, los movimientos de Merlina se detuvieron, y se retiró de su rostro aquella corbata, junto con el lazo que la ataba. Enid solo la miro, algo confundida por lo repentino que fue aquello, para sentir como encima de su vientre como algo la golpeó tres veces, al bajar la mirada, solo nota la descomunal erección de la morena, quien ya no planeaba esperar más tampoco.

— ¿Lo quieres? — pregunta Merlina, con el rostro claramente ruborizado.

Si~ mételo. !Ah!~

Merlina inserta lentamente su miembro en ella, agitando la respiración de la menor, para luego entrar en un solo movimiento, mientras se movía, la lengua de Merlina invadió la boca de la rubia, quien buscaba alguna forma de calmar un poco el ruido de sus gemidos.

Colmillos 🖤 Wenclair Donde viven las historias. Descúbrelo ahora