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— Buenas noches, Addams.

No voy a negar, que me paralice frente aquella chica de cabello corto rubio, que me miraba con algo de rencor. Sentía que talvez, estaba metida en problemas.

— No esperaba que vinieras hoy, por lo que está un poco desordenado — dijo la chica, jugando con su flequillo— pero adelante, déjame ayudarte con tus cosas.

Merlina se acercó para luego extender su mano hacia el equipaje de la rubia, pero en cuanto la rubia vio el gesto, alejo sus cosas y entro a la casa, empujando a la pelinegra.

— No te preocupes, puedo hacerlo sola.

La mirada fría de la rubia se veía diferente a la provocadora del día de la fiesta.

— Creí que vendrías después de que te marcará.

— Es menos trabajo si solo me mudo y me muerdes, Lily ya le contó a la directora Weems sobre el hecho de que somos pareja, así que no hay necesidad de tanta formalidad.

Dijo la rubia para luego colocar sus cosas al lado de el sofá de el recibidor.

— Ya debes de saber lo que está pasando, y lo que haremos para remediarlo, así que no necesito darte explicaciones innecesarias.

De alguna forma, la Alfa se sentía atacada, por aquellos comentarios tan fríos de la Omega, pero mantener la calma era una buena jugada, sabía que ella estaba en todo su derecho de estar enojada, así que solo mantuvo la boca cerrada, y la escuchó.

— Espero seas capaz de colaborar y no arruinar el plan que tu propia amiga propuso, mientras tanto, recuerda que después de morderme ambas nos haremos cargo de las necesidades de la otra, tanto afectivas como....sexuales — al decir eso, la rubia no pudo evitar sonrojarse un poco, igual que la pelinegra.

— Lo se, me esforzaré para que todo vaya bien, y salgamos de esto lo antes posible.

Al escuchar eso, la rubia comprime sus puños, era algo que ni ella misma entendía, el porque aunque sentía que la odiaba, no quería del todo que se alejara de ella, llegó a la conclusión de que talvez su loba interior se había  acostumbrado a la esencia de la Alfa y ya no quería dejarla.

— Te quedarás en mi habitación, yo dormiré en el sofá, cualquier cosa que necesites solo dímelo.

— Soy invitada no puedo dejar que duermas en el sofá.

— Y yo no puedo dejar que mi Omega duerma en el sofá.

— ¿Mi Omega?

— ......Es solo un decir, después de todo, lo serás por 6 meses.

Una marca temporal, dura aproximadamente 6 meses, el Alfa muerde al Omega de manera superficial, sin comprometer sus glándulas, aunque es temporal, es casi igual que una marca de verdad.

— Entonces,¿lo hacemos?

Pregunta Merlina, un poco nerviosa, porque sería la segunda vez que marcaba temporalmente a alguien.

Por otro lado, Enid no pudo evitar alterar el significado de esas palabras y ponerse muy roja, al escuchar a la pelinegra decir esa frase con tanta calma.

— Cómo la última vez actúe de manera egoísta, dejaré que decidas como quieres que sea — continúa diciendo, cómo justificando su propuesta.

La rubia la miro, y bajo la mirada, solo para asegurarse de que lo que estaba por decir no suene extraño.

— La verdad es que, desde que dejaste tu aroma en mi, e tenido un desequilibrio en mis feromonas, quería saber si me dejarías estabilizarlas.

El Alfa se sonrojó, sabía lo que eso significaba, pero no opuso resistencia y solo se sentó en el sofá, y con sus brazos invitó a la pelocorto a acercarse.

— No creas otra cosa, es solo que esto sería mejor que la otra opción — aunque su voz sonaba en calma, su corazón estaba latiendo muy rápido.

La Omega se subió sobre la Alfa, mirándola con sus ojos algo temblorosos, hundiendo su cara en el pecho de la Alfa, respirando profundo, aquel tranquilo, y atractivo olor a manzanilla. Cuando los Omegas tienen un desequilibrio en sus feromonas debido al olor del celo de un Alfa, pueden equilibrarlas oliendo la esencia del mismo Alfa.

— Intenta que no duela demaciado — dijo Enid, con su cara mucho más roja, y entre respiraciones entre cortadas y jadeos. El estado de la Omega alteraba los sentidos de la Alfa, pero no podía perder el control, debía actuar con serenidad.

Movió el cuello de la camisa de la Omega, que seguía con la cara acurrucada en su pecho, y se acercó, la Omega sintió su respiración en su cuello, y pudo sentir como un escalofrío le recorrió la espalda.

Merlina se acercó, lamió gentilmente la nuca de Enid y mordió.

* Gemido*

— ¿Estás bien? Pregunta Merlina algo asustada — ¿Enid?.

La rubia levanta la cabeza de la camisa de la otra, dejando una fina línea de saliva unida a la camisa, parece que la mordió por el dolor.

Merlina la vio, toda vulnerable, con los ojos llorosos, y una mirada asustada. No pudo evitar sentirse mal, y abrazo a enid con toda la delicadeza que pudo.

Enid, aunque sorprendida por la consideración de Merlina, solo se deja llevar y se acurruca en su abrazo. Para luego quedarse dormida.
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Al día siguiente la rubia abre los ojos, acostada en la cama de Merlina, se sienta en la cama, y extiende su mano hasta su cuello, solo para confirmar que estaba marcada.

— Veo que despertaste — dice Merlina mientras se acerca con una crema en las manos — Te aplicaré esto, es para que la marca cicatrice más rápido, después de todo, la herida de la mordida es muy sensible.

— Enid sin protestar solo se baja la camisa, y le muestra su cuello a la otra.

Merlina al ver la marca en el cuello de la pelocorto, solo sintió como su lobo daba vueltas en círculos de la felicidad, supuso que los Alfas debían sentirse siempre así, cuando marcaban a una Omega. Pero no recuerda haberse sentido así cuando marco antes.

— El desayuno está listo, no sé que cosas te gustan así que solo prepare tostadas y huevos. Cuando termines de desayunar no vamos.

Merlina se levanta y camina hasta su estudio, Enid hace lo mismo y se dirige hacia la cocina. Al mirar el desayuno preparado por Merlina solo pudo pensar en lo tierna que fue por dejarle tostadas con forma corazón junto a un jugo de fresa.

Era algo que no se esperaba de la amargada Alfa, de alguna madera ese pequeño gesto hizo que se sintiera cálida.
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— Ya estoy lista — dice Enid en la entrada, mientras espera a la pelinegra.

— Bien, entonces vámonos a clases.

De esa forma, Merlina cierra la puerta de la habitación y suben juntas al elevador. Pero ambas sabían, que la verdadera guerra, estaba por empezar.
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La sigueñaaaaaa, ja la bi si vaba uhhhhh, na mentira 🤣, vamos que se vieneeeee.

Ta luegoooo 🤙🤣

Colmillos 🖤 Wenclair Donde viven las historias. Descúbrelo ahora