Capítulo |6|

129 8 0
                                    



Su cabeza estaba recostada en mi pecho y sus manos en rodeando mi espalda baja para sostenerme en su regazo. Estábamos en la tina y creo que ya había pasado una hora o más. Estaba inclinada hacia el filo de la bañera y no era para nada incómodo.

—¿Cual es tu apellido? — pregunto mirando el techo del baño.

— Evans.

— Tienes cara de Nate Evans – siento como sonríe sobre mi pecho. —¿y?, ¿no preguntarás el mío?.

— Ya lo se.

Frunce el ceño — Yo no te lo dije.

— El día del esguince, Dine dijo que la doctora Macabee lo reemplazaría.

– Oh. Espera, ¿eres ese Evans de los dueños de los restaurantes de sushi?

— Si.

— Ay, amo comer ahí. Son deliciosas.

Endereza su espalda y nos cambia de posición, ahora él estaba recostado contra la tina y yo sigo en su regazo con su miembro entre mis piernas, resultaba cómodo tenerlo dentro luego de haberlo hecho.

— Si quieres puedo llevarte.

Hago una mueca mientras niego — No, recuerda nada de comer juntos.

Rueda los ojos — Bueno, casualmente tu iras esta noche y yo estaré ahí.

Me rio — ¿Crees que me avergüenzas?, lo digo para no confundir las cosas.

— No entiendo Emma, solo es una cena.

— Es mejor así, me lo agradecerás cuando esto termine.

Ignore que no senti nada al decir eso. Wow, cuando esto termine. ¿Cuando lo hará?, él se podría aburrir de mí y de esto, y lo entendería. Nate se miraba como ese buen tipo que quiere algo serio y verte todo los días. Yo soy una impaciente, malhumorada casi todo el tiempo que odia el contacto físico tan seguido. Pero aceptaba que estaba siendo algo diferente con Nate.

Él no dice nada pero se que lo que dije le molesto y lo hirió, era tan evidente.

— No discutamos mientras estas dentro de mí, no es divertido.

— Eres tu quien daña el ambiente. —responde— Solo te invité a cenar y ya mencionaste la palabra terminar.

— Nate..— me interrumpe.

— Solo es comida, no es matrimonio, no es iniciar una relación. Solo es comida.

Muerdo mi labio inferior insegura.

— Está bien.

Lo tome de sorpresa y sonríe ladino y con su mano atrae mi rostro hacia él para besarme.

Salimos del baño y agradezco que se me ocurriera la gran idea de dejarnos algo de ropa en departamento, pues cuando no estamos enojados y si teníamos tiempo no salíamos de aquí.

— Necesito que me dejes en un lugar, ¿puedes?

Lo escucho detrás de mí mientras me pongo unos shorts de mezclilla.

— ¿Donde?

Busco una blusa sencilla para ponerme, tenía trabajo en la tarde pero le dije a Tina que me hiciera el turno pues yo ya le había cubierto y esta sería su forma de pagarme. Esta tarde iré con mi hermana a visitar a mi nuevo sobrino.

— La casa de un compañero, hay cosas que arreglarle a la maqueta que su gato arruino.

— Ok.

Me giro a verlo y ya está listo. Tomo mi bolso y salimos del departamento.

¿Qué problema tiene la edad? [CORTO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora