Capítulo |11|

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Emma

Amo y odio la navidad, son sentimientos encontrados que no tenían nada que ver. Mi padre -al no tener esposa con quien alebrestar y gastar dinero-, pasará la navidad aquí en Nueva York. Se quedaría en la casa de Gloria ya que era la única con algo estable, ni siquiera fue una opción ofrecer el apartamento donde vivía con los dos mejores amigos "fracasados", como él les dice. James estudio medicina veterinaria pero al final nunca ejerció su carrera, ahora es un periodista que se juega la vida sin experiencia pero era buenísimo para encontrar datos y Melanie dejo la medicina a mitad de la carrera.

En fin, me ofrecí a recogerlo en el aeropuerto ya que Gloria haría algo de comida para él.

Suspiro levantando mi mano para correr mi abrigo y poder ver mi reloj. No me gustaba esperar y está haciendo mucho sol.

Mi pobre padre era una persona inestable, cada que se sentía completamente bien en un lugar se iba de viaje, estaba acostumbrado a la mala vida, al sufrimiento y creo que yo salí un poco a él y me miedo que sea verdad.

Veo que las puertas portátiles se abren y mi padre que aún se conserva muy bien camina como si fuera el hombre más conquistador. Ruedo los ojos pero fue inevitable no sonreír.

Le echa un ojo a varias mujeres en el camino y al verme sube sus gafas negras a su cabello pintado de gris.

— Pero si es mi nena menor, la que me vino a recibir. — sonríe abriendo sus manos para abrazarme.

— Hola papá, que gusto verte de nuevo.

— Yo se mi vida que sin mi no puedes vivir. — pasa su mano sobre mis hombros para caminas al coche — hace unos minutos conocí a la mujer más hermosa del mundo, tenía unos ojitos verdes y labios carmesí. Ya está, es tu futura madrastra.

— ¿Qué?, papá, acabas de divorciarte y quedaste sin la mitad de tus cosas eh, para la próxima hazlas firmar un contrato.

— Pero mi vida, yo no tengo problema que se lleven el dinero, es más se lo merecen por haberme hecho feliz. — guarda la maleta en el baúl del coche y nos subimos quedando él en copiloto.

— Nunca aprendes Matt.

— ¿Sabes?, cuando te pones así, me recuerdas a tu madre; aburridas y gruñonas.

Niego y conduzco a la casa de Gloria. Nunca me ha molestado la vida libertina de mi padre, solo que él cree que se enamora pero solo le gusta la atención que le dan y no está bien.

Luego de dejar a mi padre me encamine a la universidad de Nate, hoy pasaré por él porque su auto está en el taller.

Me estaciono fuera de esta y le envío un mensaje, diciendo que ya estaba afuera. Lo veo salir junto con par de mujeres mientras veían un libro que él tenía en sus manos. Bajo el vidrio de la ventana y me apoyo en esta.

¿Como es esto posible?

Sonrió. Es que es un bombom.

No estaba molesta, de echo creo que ya me acostumbre.

Abro la puerta y salgo, cierro detrás de mí y camino hasta ellos haciendo sonar mis botas a propósito. Al llegar hasta ellos lo abrazo por el cuello y lo beso.

—¿Que?— Nate estaba confundido y al verme corresponde el beso pero sabía que aún estaba fuera de si, pero me encantó que lo haya hecho.

— Nate, amor te estaba esperando — digo separándome de él.

Nate palidece y su silencio hacía que las implicadas dudaran.

—¿Está es tu novia Nate?, parece medio chiflada.

Dice una y sonrió haciendo que Nate me abrace por la cintura.

— Claro que si — elevó mi cabeza para verlo —¿cierto mi amor?

Nate parecía estar en otro planeta pero asiente mirándome fijamente.

— Te amo — lo dice tan serio que me incomoda, veo a las tres chicas que aún me veían como bicho raro y les sonrió.

— ¿ya ven?, así que señoritas. Se los voy a robar, si tienen que estudiar vayan a una biblioteca.

Quito el libro de las manos de Nate y se los entregó, luego tomó la mano de Nate y nos llevó al coche.

— Para ser alguien que no quiere que nadie se entere, lo estas haciendo muy mal— dice Nate quien sigue mis pasos.

— Que dices, solo te hice un favor. Te vi en aprietos y te salve.

Nos detenemos al llegar a la puerta del copiloto.

— oh, si — hace que lo vea y mira sobre mi cabeza — espera, espera, creo que alguien viene — murmura cerca de mi, tomándome de la nuca para besarme, sonrió en el beso y ubico mis manos sobre sus muñecas que cubren mi cara. Me encantaba que hiciera eso, sus manos en mi cara deteniéndome para poder besarme a su gusto.

...

El plan no era venir al apartamento pero ese beso nos calentó demasiado. Ahora estábamos sobre la cama envueltos en la sábanas mirando hacia el techo.

— ¿Que harás en navidad?— pregunta.

— Trabajar y esperar que sea la media noche para escaparme e ir a la casa para abrir mis regalos.

Nate se ríe y le golpeó el estómago.

— Es definitivo, eres una nena atrapado en el cuerpo de una mujer.

— A todos nos gusta los regalos.

— A mi no, prefiero el dinero luego yo veré que compro.

Niego — Le quitas la magia a los regalos, por más pequeños que sean son lindos.

— Para alguien que le molesta que le regalen rosas estas muy emocionada por esto.

Ruedo los ojos — Te agradecí por las rosas, pero no soy una chica de rosas.

— Bueno, entonces te daré un regalo para navidad.

— Como veo me tocará darte dinero, no, mejor te daré un regalo y te lo aguantas.

—¿Así como tú con las rosas?

— Así como yo con las rosas — confirmó. Sonríe ladino y mi corazón salta alegre.

— Está bien.

Veo que se endereza y se sienta para tomar su teléfono y textear en el, mientras me pongo de pie y camino al teléfono de la habitación para pedir algo de comer, no creo que alcance a almorzar donde Gloria.

—¿Te gusta el pollo parmesano?— pregunto sentándome a su lado.

— Si, algo.

— Espero ese algo sea mucho porque pedí que nos subieran dos platos y una botella de vino.

Frunce el ceño para separar la vista de su teléfono y verme —¿Vino?, ¿que celebramos?.

— Está será nuestra cena de navidad ya que no nos veremos tan seguido.

—¿porque lo dices?— pregunta bloqueando su teléfono y dejándolo en medio de ambos.

— Porque tus padres volvieron y estarás rodeado de toda tu familia británica y yo haré lo mismo, James y Melanie se fueron a sus pueblos así que tampoco los veré a ellos.

— Pero podemos vernos a escondidas, mi familia a penas y notarán que no estoy.

— La mía si, somos solo cinco personas y no quiero que te pierdas de las festividades.

Frunce el ceño en desacuerdo.

Me parecía extraña la nueva actitud de Nate, yo también quisiera verlo más seguido pero sería imposible. Además sería bueno el distanciamiento de ambos por unas semanas (no por estará peleados), creo que ambos tenemos cosas por aclarar y más él ese momento que hubo en su universidad cuando me dijo te amo...fue raro, y me aterraba que esto pudiera dañar lo que tenemos.

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Maratón 2/4

¿Qué problema tiene la edad? [CORTO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora