My destiny ~ Jenlisa

Capitulo 4

Había pasado una semana desde que Jennie había conocido a Lisa, incluso aquella vez también conocido a Jisoo, la mejor amiga de la pequeña. Desde ese día, Jennie no había vuelto a ver a la pelinegra, lo que le daba un poco de tranquilidad, ya que no podía imaginarse que su pareja destinada fuera una niña de cinco años. Jimin y Nayeon parecían igual de sorprendidos que ella cuando empezó a aceptarlo, incluso le recomendaron no encariñarse tanto con la niña, ya que podría darle ilusiones de cosas que no iban a ocurrir. 

Jennie lo pensó y decidió que lo mejor sería alejarse de Lisa, la niña parecía segura de que ella era su omega, así que lo mejor sería mantener una distancia por el momento. Otro tema con el que Jennie tuvo que lidiar durante la semana fue con Kai, el chico estuvo buscando una respuesta de parte de la castaña, quien luego de pensarlo ya había tomado una decisión.

La campana que indicaba el final de las clases sonó y Jennie sonrió al saber que podría irse a su casa de una vez por todas. Nayeon caminaba junto con ella hacia la salida, Jimin no podría llevarlas esa tarde por lo que caminarían a sus casas.

- ¡Jennie! ¡Espera! - la castaña se giro para ver como Kai se acercaba a ella con una sonrisa.

- Te estaba buscando, nosotros tenemos una conversación pendiente.

- ¿Sobre la feria? - el chico asintió emocionado.

- Si, ¿Decidiste que irías conmigo y me dejarías cortejarte? - Jennie suspiro ante las palabras del chico.

- Jennie... - la mencionada se giro a ver a su amiga que le señalaba hacia su izquierda, dónde varios metros más alejada se podía ver a una pequeña pelinegra con las mejillas llenas de lagrimas y sus manos apretadas en pequeños puños.

- Kai ¿Podemos hablar en otro momento? - el chico bufo molesto.

- ¿En serio Jennie? ¿Otra vez me dejarás por esa niña? - Jennie frunció el ceño por el comentario del chico.

- ¿En serio estás celoso de una niña Kai? - Nayeon parecía estar igual de indignada que su amiga por la actitud del chico.

Jennie ignoró a los dos chicos que se pusieron a discutir, se acercó y arrodillo delante de Lisa que miraba el suelo mientras sorbia su nariz. La castaña sintió como su lobo se desesperaba por saber que le ocurría a la niña, pero sabía que no podía tomar decisiones apresuradas.

- Lisa, ¿Qué pasa? ¿Por qué lloras? - la pelinegra se negó a mirar la chica delante de ella - Pequeña, ¿alguien te hizo algo? - la voz de la omega sonó un enojada al pensar en aquella posibilidad.

- No me has buscado en toda la semana, todos los niños de mi clase dicen que no me quieres porque eres mayor que yo - la pelinegra soltaba más lagrimas y sus pequeños ojos se encontraban rojos, lo que partía el corazón de la castaña al no darse cuenta que el alejarse de Lisa no solo le afectaba a ella, sino también a la pequeña que se preguntaba que era lo que hacia mal.

- Lisa, sé que no he ido a verte en toda la semana y lo siento, realmente no sabía que eso te iba a afectar tanto - la pelinegra alzó un poco la mirada y dudo unos segundos antes de abrazar a la castaña, quien se sorprendió, pero sonrió antes de corresponder el abrazo.

- ¿Entonces no me haz cambiado por ese chico? - Jennie frunció el ceño ante la pregunta y se separo un poco de la niña para poder verla mejor.

- ¿Qué quieres decir?

- Tú no quieres ser mi alfa porque soy menor tú, pero él si tiene tu edad y quiere estar contigo, además quiere llevarte a una feria, ¿Quién no querría ir a una feria? - Jennie se rio por los celos de la pequeña delante de ella.

- No voy a salir con él si es que te hace sentir mejor - Lisa sonrió por aquellas palabras - pero tampoco puedes ser mi alfa Lisa - la pelinegra borró su sonrisa - Pero te puedo proponer que seamos amigas.

- ¿Podríamos ir juntas a la feria? Las amigas vas juntas a las ferias - Jennie sintió como su lobo se emocionaba al ver la emoción de la pequeña. 

- Si podemos ir juntas a la feria, pero solo si tú papá acepta - la pelinegra asintió feliz antes de salir corriendo hacia la salida. Nayeon se acercó a Jennie que seguía en la misma posición.

- Tengo que admitir que eso se vio adorable - la castaña se paro y suspiró, ambas empezaron a caminar para irse a sus casas, aunque Jennie tenía muchas cosas que pensar en esos momentos.

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