¿Me Sigues?

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Hablar con Connor me tranquilizó un poco. Va a contactar con un colega abogado en Portugal que se pondrá en contacto con las autoridades aeroportuarias y verá qué necesitan para sacar a Kay de este lío. A pesar de que su hija había sido detenida, había mostrado una sangre fría que yo no tengo. Aunque tengo que reconocer que me controlé bastante. En otra situación me habrían llevado detenida junto con mi amiga. Yo suelo reaccionar muy emocionalmente. Mary me dijo que tengo que ser más racional. Son muchos los sesgos que distorsionan mi realidad —no te los enumero que si no te puedes morir de vieja.

—Te reservé una suite en el . Te llamaré ahí una vez sepa algo, si todavía sigues sin batería —dijo Connor—. No te preocupes, no es la primera ni última vez que pasa esto. En un rato os estaréis riendo de la situación.

—Gracias, Connor. Me siento un poco culpable. Yo...

—No lo pienses más, Athena. Relájate y disfruta de la isla. En breve Katherine estará contigo —me tranquilizó.

Creo que me va a ir muy bien almorzar en la habitación mientras espero cualquier avance. ¡Me estoy muriendo de hambre! Los nervios me abren el estómago y me puedo poner de muy mala leche si no como de forma urgente.

Que el maldito móvil esté sin batería me complica el traslado al hotel. Cuando no tengo un vehículo privado uso Uber —o similares—, de lo contrario, ir en taxi puede suponer que se aprovechen de mí y me den un paseo por toda la isla. Ya me pasó más de una vez y...

—¡Tienes que estar de broma! —exclamo, nada más salgo del aeropuerto y veo una fila de al menos cien personas esperando los taxis.

¡Esto es frustrante! No sé qué es lo siguiente que puede pasar —ya me da miedo incluso suponerlo, no sea que invoque a la fatalidad. Sí, ya sé que esta no es una forma racional de pensar. Todavía no soy capaz de automatizarlo. ¡Apenas empiezo con todo esto!

—Oye, ¿necesitas que te lleve?

Miro a mi derecha y me encuentro al tipo de antes mientras abre la puerta del coche que lo lleva. ¿Qué le pasa a este? ¿Se piensa que me voy a ir con él así por las buenas? Ni lo conozco, ni tampoco sé si realmente está subido en un Uber y que esto no sea un maquiavélico plan para secuestrarme. No tengo a un Liam Neeson o a Kay para que vengan a rescatarme si eso pasara.

Me dejó su móvil, perfecto. Se lo agradeceré eternamente, pero ¡ya está! C'est fini! È finito! This is the end! Owari! ¿Queda claro?

—¿Por qué iría contigo a ningún lado?

—Perdona, si prefieres te lo dejo y yo me pido otro. Mi aerolínea lo contrató para llevarme al hotel —dice, a la vez que me muestra dos papeles impresos con la reserva del hotel y del vehículo.

Racionalicemos, como bien me pide Mary. ¿Existe la posibilidad de que todo esté armado? Sí, pero es muy retorcido. Cierto es que yo no sería su objetivo inicial —no es posible que supiera que yo iba a venir a la isla—, sino una casualidad. En cualquier caso, su amabilidad es muy sospechosa. Si pretendiera algún mal contra mí, sería el criminal más estúpido del mundo. Todos me conocen. Además, tengo muchos focos e infinidad recursos que complicarían cualquier plan que tuviera en su mente de delincuente.

Quitando el posible riesgo contra mi integridad, hay un interés por ayudarme. ¿Quiere ligar conmigo? Tiene un anillo en su anular, aunque eso no indica nada —miles de casados han pretendido llevarme al huerto. Si ese es su objetivo la tiene clara. Tengo un posgrado en apartar babosos de mi camino. ¿Puede ser que sólo quiera ayudarme? No. Algo pretende. No creo en la filantropía al cien por cien. Siempre hay un interés de por medio.

—¿Por qué me ayudas tanto?

Ser directa me suele ayudar. Si no me gusta su respuesta lo mando a pastar y esperaré gustosamente a mi taxi. Tengo bastantes problemas y no necesito agregar uno más.

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