Invitados

No Soy Mala

—Tiene que quedar claro que nada va a pasar entre los dos —sentencia Connor.

Me llamó para ver cómo estaba y me está aconsejando que desmienta a la prensa por medio de un comunicado en mis redes sociales.

—S-sí... nada va a pasar...

—Athena, ¿tienes algo que decirme? Una cosa es lo que vayamos a comunicar, pero si tengo que hacer un control de daños, necesito saberlo todo.

—Me gusta. Me gusta mucho Rick. Estuvimos a punto de besarnos, pero él me frenó. Quiere hablar con su mujer antes de hacer nada.

Connor no dice nada. Casi puedo escucharlo meditar en todas las posibles formas de responder o reaccionar a la exagerada reacción de la prensa. Yo les he dado el fuego y ellos no más tienen que tirar los litros de gasolina que quieran.

—¿Es posible que pase algo, entonces?

—Espero que sí. —No puedo irme con medias tintas con él—. No sé cuándo, pero deseo que algo pase.

—¿Tenéis planeado veros de nuevo?

—No. Desde que entramos cada uno al hotel, cada uno por su lado, no hemos hablado. Es posible que quedemos de nuevo antes de irnos.

Tras abrirme con mi psico, he aprendido que Connor sólo quiere lo mejor de mí a nivel profesional y que, siga o no sus consejos, él necesita conocer todo lo que se me pasa por la cabeza y pueda afectar a mi trabajo. La mala prensa que me puede dar estar con un hombre casado puede impactar en mi futuro laboral, de acuerdo con los cánones moralistas y machistas de los gerifaltes de muchas firmas y compañías en casa —si un hombre hiciera lo mismo, no habría tanto problema, míralo sino a Gareth firmando contratos publicitarios por todos lados. Sólo se acuerdan de la sororidad cuando les conviene a unas cuantas...

—Mi consejo es que evitéis que os fotografíen en más actitudes cariñosas hasta que, al menos, del Río no resuelva su situación sentimental. Y, en el presente caso, no comentes nada en tus redes sociales. No puedes desmentir algo que vas a confirmar en el futuro con toda probabilidad. Tu credibilidad y transparencia deben de quedar fuera de toda duda.

Aquello me tranquiliza. Connor no me recomienda no volver a verme con Rick. Él sabe que poco puede meterse en mis relaciones, salvo en su impacto laboral. Aún así, siempre me aconseja tomar ciertas precauciones cuando estoy en pareja. Si bien suena frío y profesional, yo logro percibir que su preocupación por mí, como persona y no como cliente.

—Ten cuidado, Athena. Si crees que él vale la pena, sigue adelante, pero piensa siempre dos veces las cosas antes de hacerlas.

—Gracias, Connor. Así haré.

Kay regresará en cualquier momento, de no sé dónde, y nos arreglaremos para dar una vuelta y cenar. No puedo evitar meterme en los portales de noticias y ver nuestras fotos inundando sus portadas. No esperé que esto se propagara tan rápido y tan fácil...

—¿Qué es esto? —Una ventana emergente me avisa de un video en vivo en ¡Málaga! ¿No es esa la ciudad de Rick?—. ¡Oh, Dios! "Declaraciones en directo de Rocío, ¡la futura ex de Ricardo del Río!". ¡Pero qué diablos!

No puedo evitar abrirlo y ver a esos buitres carroñeros bombardeando con preguntas a Rocío. La veo triste, con unas gafas de sol cubriendo sus ojos —muy probablemente— rojos de llorar por la sorpresa. Uno tras otro lanza preguntas mientras ella trata de meterse en el coche:

—¿Sabías que Ricardo te estaba siendo infiel con Athena?

—¡No pueden decir eso! ¡No ha pasado nada! —exclamo indignada.