¡Feliz Cumple!

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—¡Feliz cumple, Thee! —exclama Kay, entrando a los gritos a mi dormitorio y haciéndome despertar con el corazón en la boca.

—¡Otra vez, Kay! —reprocho. Me dejo caer de espaldas sobre el colchón de nuevo y me llevo la palma a mi cara—. Así no puedo pretender llegar a los treinta viva...

—¡Qué exagerada, nena! Mira lo que te traigo.

Por un momento esperé que de su mano llevara a Rick, pero no sostenía más que una bandeja con un capuchino y pan recién horneado con su mantequilla y mermelada. Ese es el desayuno típico que suele tomar Rick. Yo suelo cargarme con energía y sabores con medio burrito, huevos revueltos, chorizo, aguacate, arroz y frijoles. Sí. Es un desayuno potente, pero que me deja saciada para mis largas mañanas donde el almuerzo puede llegar a ser un concepto atemporal o etéreo.

—Buen detalle, pero creo que en dos horas estaré muerta de hambre de nuevo.

—¡Una buena excusa para darnos otro homenaje! Además, hoy tienes el día lleno.

—¿Ni en mi cumpleaños puedo estar tranquila?

—Me temo que no, cari. Tenemos un retraso considerable en contratos publicitarios.

—Siento que me está hablando tu padre o Denise. Esta cara tuya no me es muy familiar.

—Yo soy su hija del todopoderoso y su palabra sale por mi boca —dice mientras adopta una postura de virgen María.

—¡Qué falta de respeto! Anda, dime que tengo para hoy.

—A las diez tenemos cita con Puma para las fotos de la próxima temporada Otoño/Invierno del segmento casual de la marca. A la una, nos esperan en el estudio para que apruebes el arte para el nuevo single que has grabado y la versión de radio. Y, a las cinco te espera Frances Allbright para entrevistarte.

—Se me va a hacer eterno...

—A las siete ya estarás libre para que festejemos tu cumple. Estarán Theresa, su marido e hija, tu madre, su novio y tus hermanastros y, mi padre se pasará un segundo por aquí también para mostrarte sus respetos. Será todo bastante familiar.

—¿Connor está aquí? Si me dices que vino por mí, lloro.

—No te diré que sí, pero tampoco que no. Quería verte live y de paso tiene un par de cosas que resolver, contratos que firmar y artistas a los que tentar.

—Quiero que esté Rick —comento con tristeza. Su falta me duele, me entristece y mis miedos se aceleran hasta que no recibo un mensaje suyo. Trato de no atosigarlo. No quiero volverlo loco. Está siendo todo muy difícil—. Lo extraño mucho. Hasta agosto me dijo que no podía venir por su puñetero trabajo.

—¿Es cierto que va a firmar con Penguin?

—Sí, eso parece. Van a editar todos sus libros y quieren hacerse con los derechos de La Diosa de la Muerte. Aunque él quiere publicarla en Wattpad, Penguin, quien también edita las novelas más famosas de la plataforma, prefiere llevarse la exclusividad al papel. Entonces, entre una cosa y otra, tiene que transferir todo el conocimiento al sustituto de su compañía antes de dejarla.

—¡Qué locura! Le cambiaste la vida.

—Él me la cambió a mí, de forma más sustancial.

—El tiempo pasa volando, Thee. Cuando menos lo esperes, estará apareciendo tras una puerta.

Miro a la del dormitorio como si eso fuera una señal, pero no ocurre nada. Hoy no recibiré ese tipo de sorpresas.

Suspiro, me levanto de la cama y empujo a Kay que estaba moviendo perchas de un lado para otro de mi armario.

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