El Peso de la Responsabilidad

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Llega uno de los momentos que, cuando mire atrás, me dolerá, no importa cuánto tiempo pase.

Nuestra casa... Mi casa ahora está tan vacía sin Erin correteando por ella, queriendo agarrar todo lo que está a su alcance y mostrando una sorpresa eterna por las formas peculiares y propósitos de los objetos que logra sostener con sus pequeñas manitas. Sus llantos desconsolados cuando ve que me voy a otra habitación y ella no va conmigo. O sus miradas llenas de intención cuando hace algo que sabe que no debería. ¡La extraño tanto!

El teléfono suena de nuevo. Estoy recibiendo más notificaciones que las que puedo soportar. Voy a tener que silenciarlas todas. Ahora entiendo el peso del reconocimiento. Me persiguen periodistas, agentes y fans por las redes sociales. ¡Fans! ¡Jamás tuve que preocuparme por eso! Es más, creo que jamás he bloqueado a tantas mujeres, hombres o bots que me mandan mensajes subidos de tono, spam o fotos pornográficas. Esto es tan sólo una fracción de lo que habrá sufrido Athena desde sus inicios. ¡Ahora entiendo que use un Community Manager!

Ya mi llegada al aeropuerto de Málaga fue todo lo desastroso que podía ser con representantes que no sé si eran más o igual de pesados que los paparazis que me sacaban fotos y trataban de extraer alguna información sobre mi relación con Athena.

Escuché cualquier barbaridad de pregunta, como las que me hizo el otro impresentable con Johnson. No entiendo por qué esa agresividad gratuita. No encuentro placer en el amarillismo que mucho de los medios se esfuerzan por compartir. En serio: ¡no he tenido que ejercitar más el autocontrol en mi vida!

Nada más resuelva esta discusión con Rocío, voy a tener que pensar en contratar a un agente o representante o las dos cosas porque no soporto más esta intensidad. Yo soy una persona que disfruta mucho de la soledad. No soy un ermitaño ni nada. Simplemente: no me da miedo estar solo. Cuando tengo que estar con amigos o familia lo disfruto como el que más. Sin embargo, extraño la calma del anonimato.

Estoy más animado porque al menos me quedaré con Erin hasta el fin de semana...

Otra vez el puto móvil vibrando. Reviso la notificación en el reloj y veo que es Marian:

No quiero mostrarte esto, pero tienes que verlo.

El mensaje va acompañado de un link que me lleva a una web que parece ser del programa que perpetra Roland Litmanen. Una entrevista a Gareth, el ex de Athena. Esto no puede ser bueno.

Te juro que no he podido verlo por completo. Si esto ha llegado a Athena tiene que estar destrozada. No lo pienso ni un segundo y la llamo. Si aquí son las cinco allí deben de ser las once. Creo que hoy todavía estaba libre. Mañana se reúne con Connor y Kay que le comunicarán cuáles son las fechas en las que el equipo de Killing Floor grabaría las escenas en las que ella participaría y las nuevas fechas para su gira Love and Live Tour —además de otros compromisos comerciales y la grabación de un nuevo single.

No sabes lo extraño que es verla a ella ahora en la tele o en los videos musicales. Antes no había una vinculación que nos uniera —más que en mis fantasías. Ahora la veo y sé que esa increíble mujer es mi novia.

¿Rick? —contesta Athena. Notar su voz triste, y que yo esté a miles de kilómetros de distancia y no la pueda abrazar, me jode más de lo que puedo decir.

—Hola, Thee. ¿Cómo estás, mi diosa?

¿Lo viste?

—Me temo que sí. Siento que tengas que pasar por eso.

No me van a dejar en paz. ¿Estás seguro de que quieres...?

—No termines esa pregunta, por favor —interrumpo—. Esos idiotas no van a arruinar esto. Me da igual lo que digan, porque yo sé quién eres.

InvitadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora