Lo Que Corresponde

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—Buenos días. Disculpe, pero no hablamos portugués. La señorita Díaz sólo puede comunicarse en inglés. Yo haré la labor de traductor.

Tengo que aguantar reírme porque Rick está hablando tan lento que parece que estuviera comunicándose con un niño o con un hipoacúsico. En un momento dado, giro la cabeza, me muerdo el labio inferior y hago uso de toda mi fuerza de voluntad para mantener la compostura.

Ok, then let's switch to English.

¡Cómo! ¿Está de broma este tío? Quién me llamo me dijo que no hablaba en mi idioma... Rick me mira como si le hubiera tomado el pelo.

—Disculpe, señor Santos, pero alguien me llamó diciendo ser el abogado de Kay y me dijo que no podía hablar en inglés —indico, un tanto indignada. No me gusta mucho que se rían en mi cara.

—Déjenme presentarme primero: soy Guilherme Nunes, socio presidente del bufete. Creí que sería más conveniente que yo tomara la responsabilidad de ayudarlos en el caso de la señorita Winters.

—Gracias. Mejor así.

De reojo veo a Rick respirar aliviado y relajarse. Estaba preocupado de que no pudiera asistirme con este tema. ¡Qué tierno!

—Lo mejor que podemos hacer en este momento en mantener la calma. —¡Gracias por la sugerencia! Estaba proponiéndome conseguir un arma y obligar a que soltaran a Kay—. Por lo que hablé con el Mr. Winters, su hija conserva la nacionalidad británica, por lo que facilitará contrastar sus datos con el Sistema de Información Schengen. Comprobarán sus huellas y su pasaporte británico con dicha base de datos por lo que, a priori, todo este proceso no debería de llevar más de unas pocas horas.

—¿Cómo es posible que la hayan confundido con una terrorista que es posible que tenga la edad de su madre? —Hay más de reproche que de necesidad de entender en mi pregunta.

—Ante la duda los cuerpos de seguridad prefieren pedir perdón a arrepentirse. Imagínese que si las autoridades aeroportuarias dejaran pasar a una persona en busca y captura y ésta atentara en la isla, sería un desastre que podría haberse evitado.

—Es totalmente comprensible —interviene Rick—. Lo que no tiene mucha lógica es que con todas las herramientas que tienen de reconocimiento facial, el cruce de datos que tienen con la Interpol y los propios datos de la señorita Winters, se la pueda confundir con la terrorista. Es más, en el caso de que esta persona se atreviera a viajar por estos medios convencionales, no creo que lo hiciera con un pasaporte con su nombre real.

—No deja de tener razón. No obstante, me remito a lo dicho antes: ante la duda, mejor disculparse. Siento que hayan tenido que pasar por esto. Quédense tranquilos que no sólo me contentaré con sacar a la señorita Winters. De acuerdo con la Ley de Responsabilidad Civil del Estado buscaré un resarcimiento por los daños y perjuicios.

—Usted sabe que sería un procedimiento muy largo. No creo que las señoritas Díaz y Winters estén aquí tanto tiempo como para esperar ese resultado.

Estoy impresionada por la seguridad de Rick. Casi no parece la misma persona. Yo lo pongo nervioso. ¡Estoy segura de que le gusto! ¡Perdón! Es un pensamiento un poco desubicado, considerando la situación...

—El señor del Río tiene razón —intervengo. Miro a Rick y le sonrío. Me gusta llamarlo señor del Río. Creo que lo voy a molestar así a partir de ahora—. Agradecemos el esfuerzo, señor Nunes. Con que la señorita Winters logre salir hoy, lo antes posible, nos conformaremos.

La reunión termina unos pocos minutos después. Nunes se disculpa varias veces por la mala experiencia inicial y espera que el resto de nuestra estancia sea mucho mejor. Querido abogado, no voy a decir que me alegro del encarcelamiento de Kay, pero si no hubiera sido por eso, nunca habría conocido a Rick...

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