CAPITULO III

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Como por casualidad hoy me levanté tarde, cosa que me pasa casi todos los días, sé que tengo que mejorar esa parte, pero por ahora me apresuraré para llegar temprano y rogar a Dios que no me tropiece con nadie para no demorarme más.-¡Me van a dejar por fuera si no corro!.-Dije en voz alta. Cuando voy pasando por el parqueadero, me detengo para ver la belleza que esta frente a mi; Veo un chico de espalda pero la belleza no es esa, ¡sólo aclaro!, él no es muy alto pero tampoco tan pequeño, de buen porte, cabello castaño oscuro, piel trigueña, bueno es lo que alcanzo a ver, que está recostado de una camioneta nada más y nada menos que una Audi Q7 negra, ¡para mi es la gloria!, son muy pocas marcas Audi aquí en la ciudad, ¡me encantan!, ¡me encantan!, es mi marca de autos favorita, saco mi celular, con cuidado le tomo una foto sin que se dé cuenta, reacciono y salgo corriendo a clase antes de que me demande y me mate de paso la profesora del campus que anda observandome...

-Disculpe la demora profe, ¿Puedo entrar?.-Dije un poco asustada mientras esperaba en la puerta.

-Siga señorita Grimm, vamos apenas a empezar.

Yira me estaba guardando un lugar al lado de su silla como siempre, caminé hacia ella notando que todo el salón no paraba de mirarme como bicho raro...

-¿Cómo seguiste?.- Preguntó Yira toda preocupada.

-¿Pues como debería de estar? y ¿Por qué todos me miran raro?.-Dije un poco desconcertada.

-¿Cómo?¿No te acuerda?.-Gritó sin la más mínima prudencia.

-Ahora, tras de que llego tarde me van a sacar por tu algarabía, no me acuerdo de nada Y no me grites que no estoy sorda, ¿Acaso que debería de saber?.

-Osea, ayer te privaste en el pasillo...

-¿Qué? ¿Cómo así?, no recuerdo nada.-Respondí y me di cuenta de la gravedad del asunto.

-Y ¿tampoco te acuerdas que Tyler te llevó a tu casa y cuidó de ti por horas?!. Hablando de eso, ¡me debes una!.

-¿Qué?, ¿Qué?!.-Dije casi gritando.

-Señoritas por favor, me están distrayendo a los demás, si tienen tantas ganas de hablar, pueden ir afuera.-Dijo la maestra mientras señalaba la puerta.

-Tranquila profesora, no vuelve a pasar.

-Por Dios Vayolett, el golpe fue grave, mucho trancazo que te pegaste y ¡¿ni te acuerdas?!, debe ser una broma.-Dijo susurrándome al oído.

-No recuerdo nada Yira, Ahora sí que estoy preocupada, No sé nada, yo estaba bien ayer,  yo creo que estas confundida,  hasta fui a la iglesia.

-¿Enserio?

-¡Si!, Aja y ¿que fue lo que pasó?.

-¡No sabes tú pendeja!. Cuando te vi estabas besando el suelo.

-Tan graciosa, ¡es enserio!, y ¡no me digas así!.

-Sabes que es de cariño, pero mejor que te explique él.-Dijo mirando hacia la ventana-¡Ve! Que te está llamando.

-¿Tyler?.

-Sí, el mismo que canta y baila.

-¿Y que se supone que le diga?.

-¡Solo háblale!.

¿Tyler?, ¿Y ahora qué hago?, ¿que digo? si no me acuerdo de nada, ¡Dios mío, ayúdame!, tocará salir!.-Per permiso profesora!.-Mi cabeza está un poco confundida y envolatada por todo lo que había escuchado y ahora él, él está aquí, ¿Qué pitos toca él aquí?... Tantas preguntas inconclusas. Y para acabar de rematar, vuelvo y me tropiezo, ¡VAYOLETT!...

PERFECT TIME!!! ¡EL VERDADERO RETO DEL AMOR!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora