ENTRE ÁNGELES Y SOMBRAS (Editando) (NicoDiAngelo)

ME VOLVERÉ UN DISCO RAYADO

NOTA PREVIA DE LA AUTORA:

HOLLO... Mmm... Tengo que comenzar diciendo que este capítulo me ha salido medio random y no lo planeé de esta manera. Tal vez aburra, tal vez no. Pero espero lo disfruten.

POV Nico:

Marché a paso silencioso, sumido en mis pensamientos hasta la arena. Detrás de mí venían Will, ____ y Matías. Ninguno de ellos me hablo en el transcurso y para mí estaba bien, no estaba de humor para nadie esta mañana. Cuando llegué encontré a Jason inmerso en una pelea de espadas con Leo. Y sí, Leo.

Desde el comienzo de las vacaciones de verano Leo se había puesto a entrenar con esta arma recibiendo la ayuda del hijo de Júpiter por dos motivos. El primero es porque es un requerimiento indispensable para la supervivencia de un semidiós fuera del contexto que seas un usuario del fuego o no, y segundo -creo que también la principal- para impresionar a Calipso. Ella sí era buena en esgrima.

Calipso después de la guerra contra Gea fue rescatada por Leo de Ogigia, mediante formas que hasta ahora no entiendo. Los dioses como siempre vieron este acto con malos ojos, su molestia fue tanta que quisieron volver a Calipso a su antigua prisión y castigar a Leo por su osadía. Hefesto y otros dioses como Afrodita, Poseidón, Apolo, Hermes y Deméter; apoyaban a que no se les diera sanción.

Después de varias audiencias se decidió a partir de una idea de Atenea unida a una decisión colectiva con Calipso, que la hija del titán daría su inmortalidad a cambio de su liberación y la oportunidad de poder vivir. Esto fue suficiente para los dioses que aceptaron gustosos y todo volvió en calma.

Actualmente la hija de Atlas es considerada una semidiosa -pues a pesar de ya no ser eterna aún conserva sus dotes mágicos- y reside en el Campamento, justo en la cabaña de Hera. La diosa del matrimonio no mostró disgusto, debido a que por fin había alguien que cuidara e limpiara de su cabaña, aparte Calipso juro que como pago adicional le haría ofrendas a la diosa mensualmente. Esta decisión no le agrado en nada a Leo, pero lo acepto porque así la tendría cerca y aparte porque su novia lo amenazo dándole un sermón que era su decisión. Lo sé porque estuve presente durante esa discusión... de metiche, pero lo vi todo. También puedo sentenciar que con el beso que se dieron como reconciliación, que la cursilería del amor me dan arcadas.

-Jason -hablé llamando la atención de mi amigo luego de que este hubiera mandado a probar el suelo al hijo de Hefesto con un solo zarpazo de su espada directo a su tobillo. -Menuda pelea han tenido.

-Hey. Hola... -dijo cogiendo la mano de su amigo y jalando para ayudarle a ponerse de pie. -Hasta que al fin te dignas a aparecer. ¿Por qué te has demorado tanto? -poco a poco lo vi bajando el volumen de su voz mientras miraba atrás, yo seguí la dirección de su mirada y vi que observaba al grupo más lento del mundo.

-Sombritas. -hablo Leo medio soltando una carcajada colgándose de mi lado izquierdo, con su brazo detrás de mí cuello. Con su acción fue suficiente para distraerme. -Buenos días zombi.

-Sí. Un gusto para ti también Valdez. -Respondí empujándolo sin rodeos, quería que no me tocase. Valoro mucho mi espacio personal.

-Oh por todos los dioses -susurró con una mirada pasmada agarrando su cabeza, yo solo lo miré confundido. Luego se giró hacia un lado de la arena, pude ver que allí se encontraban Calipso y Piper hablando animadamente. - ¡Calipso! -Gritó llamando la atención de la nombrada, que lo miro expectante "No otro espectáculo-Pensé." - ¡Me ha saludado, es una señal! -suspiré rendido sintiendo como empezaban a nacer un gran deseo de querer cometer un asesinato en este momento.