LA PROFECÍA

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POV ___:

Me encuentro guardando mis cosas en mi maleta para mañana poder salir al fin de esta prisión. Aunque el Hotel-Casino Lotus no había sido completamente malo como esperaba. Por raro que parezca todo era gratis, aquí los trabajadores siempre te trataban con cortesía y te regalaban una sonrisa. Demasiado extraño, pero no puedo quejarme.

No obstante, el lugar me había regalado unos espléndidos siete meses de descanso y paz; nada de estar pendiente de morir, nada de matar demonios y monstruos; todo paz y calma. Eso, la tranquilidad era algo a lo que no estaba acostumbrada; por lo cual al principio la agradecí y luego la detesté. Una vida sin riesgos y acción no era lo mío.

Por eso mañana me voy por mi deseo de aventura y por otro lado porque quiero ver a mi familia. Mi padrastro, mi madre, mi hermano y parabatai Hodge y mis revoltosos hermanos del Campamento Mestizo. Por Raziel, extraño sus bromas y descabelladas ideas.

Incluso esa vez que me hicieron participar en un parto... el de un hipocampo. Hasta ahora no se me quita esa imagen de la cabeza. No puedo negar que el hecho de ver a una nueva vida emerger no es hermoso pero no fue bonito escuchar al pobre chico arquearse sobre sí mismo para impulsar a sus hijos y mandarlos a nadar. Eso sí fue horrible. Sus gritos no saldrán de mi cabeza en décadas.

Escenas tan impactantes como esa, tan tristes o alegres como otras; son la causa de mi continua felicidad.

De pronto siento un aguijón en el pecho, la añoranza emerge invadiendo mis pensamientos. Logrando que vuelva a recordar la tarde donde mi padre biológico –exactamente un dios... créelo- vino por mí para protegerme. Evitando con su acción, le hicieran daño a mi familia a causa mía.


FLASHBACK

Todo aconteció en la casa de mi padrastro en Idris, una pequeña mansión escondida por las montañas, justo en la frontera del bosque de Brocelind. Un lugar donde nos encontrábamos rodeados de nidos de vampiros y clanes de hombres lobos, sin embargo ninguna pelea a sangre se daba lugar siempre y cuando los subterráneos no rompieran los Acuerdos.

Mi padre y yo estábamos en la sala, tratando de convencer a mi mamá para que me deje ir al lugar seguro, según mi padre. No tenía que exagerar tanto en hacer énfasis a esas dos palabras, la expresión y acentuación de su tono la asemejaba a que me iban a encerrar en los calabozos del Gard hasta el matrimonio. Él a veces puede ser exagerado.

- Enma, ______ tiene que irse. Esta casa ya no es segura para nadie.- Decía irritado por décima quinta vez mi progenitor divino paseándose por toda la habitación. Realmente me desconcierta un poco que se haya tomado la molestia de venir, solo para pedir permiso –el cual no necesita- para poder llevarme. Sin embargo, le agradezco que en parte proteja a mi familia, suficiente tienen con tener el oficio de nuestra raza. - Tiene que estar oculta.

-Habla claro, no puedo entender el punto de esto. Estamos en Idris, las salvaguardas nos resguardan de cualquier peligro. ¿Por qué me dices esto?- Decía igual de irritada, sentada como una dama en el sillón. A muy diferencia mía, ella estaba sentada como señorita yo estaba desparramada a su costado y con los brazos cruzados.- ¿Qué está pasando para que tenga que irse con tanta urgencia?

-Papá tienes que decírselo, con detalles. Sino no me dejará ir.- Le dije mirándolo a los ojos, presenciando ese par de verde mar que yo también poseo, aunque la diferencia es que los de él se agitan algo alterados en este momento, tal vez por la situación y por el tiempo que está perdiendo.

ENTRE ÁNGELES Y SOMBRAS (Editando) (NicoDiAngelo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora