Capítulo 9

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La larga espera de tres días había sido una completa agonía para él.

Trabajó duro para lograr distraerse un poco. Salir a esparcir algunas heladas antes del otoño por las cercanías, jugar con Anna y los niños del pueblo, incluso intentó ayudar a Elsa con su papeleo; lastimosamente, eso solo sirvió para hacerla sospechar de que algo estaba pasando.

Acaso, ¿Era demasiado lo que le había pedido a Pabbie?

Por supuesto que sí. La luna poseía un poder increíblemente fuerte sobre Jack y él lo sabía. Ese poder no se rompería con cualquier cosa.

No es que Jack esperaba que se rompiera, le gustaba ser Jack Frost; Solo quería, aunque solo fuera por unos momentos, poder darle a Elsa lo que ella quería.

"¿Qué pasa si ella en realidad no me quiere si todos pueden verme?' —Pensó, mirándola sobre el papel que tenía en las manos.

Había tantos pensamientos y preocupaciones corriendo de aquí para allá en su cabeza, que en realidad no había leído el primer párrafo del documento, ni siquiera estaba seguro de que trataba.

Levantó la vista disimuladamente, encontrándose con la sorpresa de que ella le había mantenido la mirada desde hace tiempo. Rápidamente le devolvió la sonrisa y regresó su atención a aquel pedazo papel, tratando de concentrarse en lo que decía y esperando que ella no le preguntara nada. Hizo una mueca cuando la escuchó ponerse de pie y caminar hacia él, arrebatándole el papel de las manos y dejándolo a un lado. Ella tomó sus manos entre las suyas y lo miró preocupada.

—¿Me dirás qué es lo que te pasa, Jack? Desde que llegaste tarde a palacio esa otra noche, has tenido la cabeza en otro lado los últimos dos días.

Él miró como sus cálidos ojos azules observándolo con preocupación. Luchó consigo mismo sobre si debía decírselo o no. Si funcionaba, estaría muy emocionada; al menos, esperaba que lo estuviera.

Pero, ¿Y si Pabbie solo le había dado falsas esperanzas? Había estado tan ilusionado para que al final, este plan no funcionara. Él sabía que tratándose de la magia, no debía prometerse nada; al fin y al cabo, él era solo un espíritu y ciertamente, había días en los que se sentía un desgraciado por eso.

Jack le mostró una sonrisa débil, frotando los brazos mientras reía.

—No me pasa nada, te lo prometo. Solo tengo que ir a ver a Pabbie esta noche. ¿Recuerdas que fui a preguntarle algo hace unos días? Me dijo que fuera a verlo hoy por la noche, y siendo sincero, estoy algo nervioso por la respuesta.

Elsa lo miró por un largo rato, jugando sin parar con su cabello. Él le dedicó una pequeña sonrisita burlona y lenta mientras sus cejas se fruncían por la frustración cuando se negó a contarle toda la verdad.

Dejó su cabello en paz, colocando su mano en su cadera para mirarlo seriamente.

—Muy bien, iré contigo entonces.

—Elsa, no sé si sea una buena idea. No quiero que te decepciones si al final él no puede hacer lo que te pedí. Después de todo, era algo que quería hacer para ti.

Ella pareció sorprendida.

—¿Para mí? Jack, no hay nada que necesite.

Jack sonrió.

—Por supuesto que lo hay. Y es por eso que estoy aquí. Para darte lo mejor de mí, para darte todo y mucho más.

—Entonces, ahora con mucha más razón pienso ir contigo —Dijo, cruzando los brazos sobre el pecho.

—Elsa.

—Jack, o voy contigo o llego yo sola, dime ¿Qué prefieres?

Jack la miró, sonriendo lentamente ante la determinación marcada en su mandíbula y ese brillo de terquedad brotando en sus ojos.

Frostbitten || JelsaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora