Capítulo 17

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Jack tomó a Jaime rápidamente de la sudadera apenas cruzar el portal, haciéndolos flotar; que el castillo de hielo aún se encontrara ahí no era cosa segura. ¿Habría desaparecido después de todos estos años, con décadas de cambios climáticos azotándolo y sin el poder de Elsa para mantenerlo?

No quiso ni respirar mientras sus ojos se acostumbraban a la oscuridad del entorno, girando en todas direcciones esperando ver algo.

—Aún está aquí —Escucho pronunciar a Jaime mientras una linterna iluminaba partes de la habitación.

Jack bajó su cabeza para ver a Jamie sosteniendo su celular, moviéndolo por los alrededores, dejando ver todas esas estructuras de hielo aún en su lugar después de todos estos años. Dejó escapar el aliento, descendiendo hasta poner ambos pares de pies sobre el suelo, intentando aclarar más su vista.

Jamie rebuscó en su bolsillo antes de sacar algo pequeño y entregárselo al peliblanco.

—Un encendedor. Mencionaste que guardaban velas aquí, no se si aún las haya.

Jack lo tomó, elevándose hasta el viejo candelabro, ese que había encendido hace ya tantos años, cuando Elsa lo observó por primera vez. Pasó saliva con fuerza ante el golpe de nostalgia y melancolía mientras se encargaba de encender los pocos restos de las velas que aún sobreviven ante aquel frío antes de regresar al suelo.

Jamie silbó suavemente, mirando todo a su alrededor.

—Wow —Dijo en voz baja, caminando con cuidado sobre el suelo resbaladizo.

—Sí —Respondió Jack, mirando a su alrededor con un conjunto de emociones librando conflictos internos—, eso mismo dije yo.

—Entonces, ¿Ella sólo —Jamie chasqueó los dedos —, y ya?

—Bueno es algo más complicado que eso. Implica delicadeza y un poco más de movimientos de manos —Sonrió —, pero principalmente, si, algo así.

Ambos se embarcaron en un tour por el lugar, señalando todos esos lugares donde ocurrieron aquellos acontecimientos contados en las historias de la noche anterior, riéndose de la estatua de hielo que se ocultaba en un rincón oscuro junto a la puerta principal y aquel dormitorio donde los muebles aún continuaban intactos aun después de dos siglos desde la última vez que se usaron.

El adolescente se maravillaba con algo diferente cada vez que giraba su cabeza, llegando a apagar la linterna de su celular para apreciar como el sol se asomaba lentamente por el horizonte y reflejándose contra la superficie del castillo.

—¿Estás listo? —Pregunto jack

Jaime tomó su mochila, colgandola sobre sus hombros antes de mirar al peliblanco con una sonrisa.

—¿Tú estás listo? —Regreso la pregunta, recibiendo la afirmación muda. El recorrido por el castillo se había vuelto cada vez más y más silencioso al punto de no escuchar nada más que la brisa helada de la montaña.

Jack giró sobre sus talones dejando ver una sonrisa bañada en melancolía, ofreciendo el otro extremo de su bastón al joven.

—Será mejor que nos vayamos antes de que salga mas el sol, no quiero tener que explicar el por qué un adolescente estaba volando por los aires.

—Sí —Rio tomando con fuerza el bastón —, en eso estamos de acuerdo.

Jack flexiono ligeramente las rodillas previo a que ambos salieran disparados por el aire, saliendo por una ventana del castillo. Las manos de Jamie se movieron rápidamente, sosteniendo con más fuerza aquella vara de madera mientras la distancia entre él y el suelo aumentaba de pulgadas a yardas en cuestión de segundos.

Frostbitten || JelsaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora