Capítulo 16

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Había pasado cerca de una hora desde que Jack terminó de relatar su historia, y desde entonces no había hecho otra cosa más que sentarse en silencio frente a la ventana, observando la nieve caer a través del cristal. Durante esos largos y mudos momentos, la presencia de Jack parecía ser más vieja de lo que Jaime vio jamás, como si todo el peso de esos siglos por fin estuvieran cayendo sobre aquel marco de juventud.

El adolescente se centró en su computadora, revisando en silencio el correo electrónico y sus redes sociales, algo en lo que pudiera ocuparse. Girarse para ver a Jack unos segundos fue un reflejo, pasando saliva con pesadez cuando aún seguía tan estoico en la misma posición, sin mover un solo dedo. Intentó entablar una conversación con él un par de veces, pero por más que trato, la única respuesta que obtenía de él, era una larga línea de silencio ininterrumpido, notando como lo único que hacía, era observar el retrato que sacaba del bolsillo de su sudadera.

Esto lo estaba agobiando; prefirió volver a centrar su atención en la pantalla de su portátil y terminar de redactar un par de correos electrónicos. Aumentando su exasperación al no estar seguro de qué hacer después, bajó la mirada, encontrándose con la pila de garabatos ocupando gran parte del espacio en las hojas de su bloc de notas, un lápiz con la punta desgastada, el marcapáginas de tela y junto a ellos, el par de guantes que Jack se había puesto cuando usaba el portátil esta mañana temprano.

Miró por encima de su hombro, el peliblanco seguía perdido en sus propios pensamientos; regreso su vista a la pantalla, ingresando al historial de navegación y frunciendo el ceño cuando encontró el sitio al que Jack había entrado; aunque la pagina no estuviera en ingles, ingreso dándose cuenta de todos los productos que figuraban en aquella tienda en línea.

—Cuando me levanté esta mañana, esto es lo que estabas haciendo; Estabas enviándole flores —Dijo en voz baja, formulándolo más como una afirmación que como pregunta.

Jack lo miró lentamente sobre el respaldo de su silla, sosteniendo todavía entre sus manos aquel retrato.

—Si... No es nada como lo que yo solía hacer para ella, pero seguramente estos también le gustarían.

Jamie se quedó en silencio, mirando la diversa cantidad de arreglos florales que se mostraban en pantalla.

—Entonces, es por eso que tampoco querías que regresara a la casa de mi madre este fin de semana.

—Siempre fuiste un niño muy perspicaz, sin embargo,  nunca fue mi intención contarte todo esto. Tu pregunta de anoche, ciertamente me tomó por sorpresa; pero si, es por eso que no quería estar solo. ¿Es tan malo que después de tanto tiempo evitando pensar en ella y en todos, tenga el deseo de no pasar en soledad este aniversario?

Jamie se inclinó hacia delante, palmeando la rodilla de Jack.

—¿No has pensado en hacerlo tú mismo? Me refiero a llevarle tu mismo las flores —Soltó, recortando su espalda en el respaldo de su silla.

—No he estado allí en mucho tiempo, Jamie.

Jamie tomó su bloc de notas, alzándolo para que Jack lo viera.

—Esta es una gran historia, Jack. No puedes dejar que termine así, es un mal final.

Jack rio amargamente.

—Para tu mala fortuna, esto es la vida real, niño. E independientemente de lo mágico y extraordinario que pueda ser, junto con todo este asunto del Guardián Inmortal, no puedo solo desear que vuelva a existir o escribirla de nuevo en una historia; se ha ido, y ya he hecho un maldito buen trabajo al haber estropeado las cosas —Exclamó, metiendo una mano en el bolsillo de su sudadera, sacando un collar para mostrárselo a Jamie.

Frostbitten || JelsaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora