Capítulo 18

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Jack la miró antes de que sus ojos viajaran lentamente hacia aquel sobre amarillento que tenía en las manos. Mientras ella todavía mantenía la sonrisa, a él se le dificultaba el tragar al ver ese tipo de escritura tan fina y familiar que Henrik había usado para escribir esa simple palabra al frente del sobre.

"Papá"

Con cuidado, tomó el sobre sintiéndose observado con suma atención. Lo analizó meticulosamente, sintiendo la suavidad del papel en la yema de sus dedos con una tormenta de emociones rugiendo dentro de él.

—Puedes verme —Murmuro en voz baja.

Ella asintió, dejando que sus ojos se dirigieran hacia la entrada de la habitación, Anton y Caroline entraron para plantarse a su lado. La mirada de Jack viajó entre todos ellos, dándose cuenta de las sonrisas en sus rostros.

—Todos ustedes pueden verme —Soltó con incredulidad.

—Así es, abuelo —Dijo el anciano, sonriendo —. Soy Anton, el actual rey de Arendelle, esta es mi hija Caroline y ya conoces a Emma; Todos nosotros somos tus muchas veces tataranietos. Henrik escribió una carta muy especial para la familia, en ella explica que es lo que debíamos hacer en caso de que decidieras regresar aquí.

Jack volvió a mirar la carta, todavía aturdido la bomba de revelaciones que acababa de exportar.

—Esperen un segundo —Dijo Jamie, dando un paso adelante —, ¿Ustedes son de la realeza? Cuando Jack me dijo que el palacio estaba ofreciendo recorridos históricos, creí que la monarquía ya no existía en Arendelle.

Emma le sonrió.

—Te dije que conocía bastante bien palacio, ¿no es así? —Le guiño el ojo —Hay otra ala bastante grande en la que actualmente vivimos.

Una sonrisa cruzó por el rostro de Jaime, riendo entre dientes. Sus ojos volvieron a plantarse sobre ella.

—Entonces tú...

—Soy una princesa.

La sonrisa en él no desapareció hasta situar sus ojos en Jack; Ver a su amigo no dejaba de pasar la punta de sus dedos una y otra vez sobre esas cuatro letras impresas en tinta sobre el papel.

Esto era mucho más de lo que Jack esperaba encontrar cuando Jaime sugirió la idea de regresar. Aún tenía familia, una familia que se veía contenta de verlo de vuelta y ahora, esta carta que su hijo dejó para él.

—¿Jack? —El adolecente lo llamó en voz baja, dando un paso al frente.

El peliblanco dejó salir una risa, breve y algo áspera, observó a su familia una vez más, sintiendo una sensación de plenitud que llenaba su pecho.

—Yo... No sé qué decir —Dijo finalmente, encogiéndose de hombros —, al regresar aquí, ciertamente nunca espere encontrar nada de esto o a alguno de ustedes. Cuando Elsa murió, sentí mi mundo hecho trizas y en lo único que pensé fue en correr, correr lejos de aquí. Supuse que para este punto, todos se habían olvidado de mí, pero ahora, no sé, no sé qué decir, qué pensar.

Emma saltó, lanzando sus brazos alrededor de su cuello. Jack no lo esperaba, su cuerpo quedó rígido como primera reacción antes de sonreír de oreja a oreja y envolverla en un abrazo que la separó por centímetros del suelo. Ella se rió antes de alejarse de él, mirándolo con las lágrimas amenazando con brotar de sus ojos.

—Bienvenido a casa, abuelo.

Anton y Caroline se acercaron a ellos, uniéndose al abrazo.

—Tengo un hogar, una familia —Susurro Jack, ocultando su rostro en los hombros de sus nietos —, todavía los tengo.

Frostbitten || JelsaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora