Capítulo 19

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Emma parpadeó, confundida.

-¿Trolls? ¿Te refieres a esos que habitan en el claro?

-Sí, ¿los conoces? -Preguntó Jaime emocionado, subiendo un poco el tono de su voz.

Emma lo miró con confusión hasta que algo pareció maquinar en su mente, creandole una sonrisa en sus labios.

-¿Enserio crees que pueda funcionar?

-No estoy seguro, pero eres miembro de la familia real, tal vez eso haga la diferencia.

Ella asintió antes de acercarse rápidamente a su abuelo, susurrandole palabras al oído. El hombre se giró, observandola sobre su hombro antes de dedicarle una mirada fugaz a Jaime, su expresión no intentaba esconder su desacuerdo con el plan.

El adolecente apenas escuchada como comenzaron a hablar rápidamente en noriego, haciendo que Emma hiciera un gesto infranqueable y su abuela colocara una mano sobre el hombro de su padre, uniéndose al debate antes de que aquel hombre inclinara la cabeza.

Emma dejó un beso en su mejilla para rápidamente abrazarlos a ambos y regresar con Jaime.

-Vámonos.

-¿Qué fue todo eso?

-Se supone que está prohibido acercarse al claro de los trolls.

-¿Pero?

-Pero les explique es esto califica como una excepción. ¿No me digas que pensaba ir allá tú solo?

Más les valía que esta loca idea funcionara.

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Jack respiró hondo, arrodillándose ante aquella lápida, envejecida, agrietada y deteriorada por el paso del tiempo, pasando sus dedos sobre el nombre tallado en piedra; dejándose caer sobre la superficie del suelo levemente cubierto de nieve, dedicando una mirada al cielo.

-Ay, Elsa. No tienes idea de cuánto te he extrañado todos estos años -Dijo, cerrando sus ojos cuando los rayos del sol lograron trasminar entre las nubes, dándole un toque de luz a todo el lugar -. Han pasado tantas cosas desde que te fuiste. Aun tenemos nietos, ¿puedes creerlo? -Continuó entre risas -Henrik se aseguro de que todos me recordarán. Deben haber al menos unas cien cartas ahí arriba esperando a que las lea.

Sacudió la cabeza, espabilando.

-Y también está Jaime. Ese pequeño, bueno, ya no es tan pequeño; lo conocí hace unos diez años. Me ayudó a recordar que aún tenía la capacidad de preocuparme por las personas; en cierto modo me recuerda a ti -Rio con amargura -. Tú sacudiste cada pieza de mi mundo cuando me dejaste. No estaba listo, aunque dudo que alguna vez lo hubiera estado -Suspiro -. Tengo tantas cosas que contarte, y creo que el punto de partida correcto, es empezar por lo que sucedió después de que tu... D-de que tu murieras.

&

Emma reía al bajar rápidamente por las escalinatas del palacio, atravesando aquellos pasillos donde colgaban antiguos tapices y pinturas de la familia. Mezclados como plebeyos, ella se abrió paso entre la gente con Jaime a sus espaldas, dirigiéndose al bosque.

-¡Espera!

Jaime gritó, llamando su atención cuando pasaban frente a la tienda de arte.

-¿Qué pasa? -Pregunto, tratando de recuperar el aliento.

-Tomemos esa foto primero. La de su boda -Dijo, jadeante, apoyándose sobre sus rodillas, intentando tomar algo de aire.

Emma lo observaba con duda y curiosidad, tomando las llaves de su bolsillo, buscando entre todas la correcta.

Frostbitten || JelsaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora