Frostbitten || Jelsa

Capítulo Final

—Te lo digo, Elsa. Difícilmente creerías cómo se ven las cosas hoy en día, en especial las ciudades; Tanta gente y los edificios de ahora no hacen mas que construirlos mas y mas grandes, los llaman Rascacielos, y algunos realmente parecen hacerlo —Sonrió, alzando la mirada al cielo —. Desearía que estuvieras aquí para verlo, estoy seguro de que te encantaría.

Desvió su atención de forma breve a sus espaldas, sintiendo que su sonrisa se desvanecía, transformándose en un ceño fruncido; Anton y Caroline seguían ahí pero a primera vista no había rastros de Jaime o Emma. Con la seguridad de que Jaime no podría haberse ido sin él, tomó su bastón del suelo y se apresuró hasta el par.

—¿Emma y Jaime, donde están? —Cuestiono, mirando todo alrededor, percatándose de la sonrisa en el rostro de Caroline.

—Oh, a esta hora ya deben haber llegado al claro. Partieron poco después de que llegamos, tardaran en volver.

Jack sintió una sacudida recordarle la espalda.

—¿Al claro?

—En el bosque a las afueras del reino —Agregó Anton, haciendo que el rostro del peliblanco ahora reflejara una expresión de pánico —. Se rumorea que es el claro de los Trolls, pero seguramente solo sean cuentos que los ancianos le cuentan a los niños antes de dormir.

—¿No dieron razones? —Observando un punto perdido a la distancia.

Anton y Caroline se miraron.

—No, pero sin duda parecían muy emocionados por alguna razón.

Jack tragó saliva con una sensación de temor que brotó desde el fondo de su pecho.

—Tengo que ir tras ellos. Ustedes quédense aquí, por favor; Yo me encargare de traerlos de vuelta.

Una vez en el aire, dejó que la corriente lo envolviera, y aprovechó para girar sobre sí mismo, evaluando su entorno y buscando el mejor rumbo. Tras orientarse con precisión, sus ojos se posaron en el oscuro y denso bosque que se extendía en la distancia antes de dirigirse al bosque.

—¿Qué diablos están haciendo? —Cuestiono para sí mismo.

Inconscientemente introdujo su mano en el bolsillo de su sudadera, rozando con la yema de su pulgar aquella runa. Por experiencia propia sabía mejor que nadie del peligro que llevaba tratar con los Trolls.

A medida que avanzaba y el borde del bosque se hacía cada vez más cercano, el viento, que rozaba sus oídos con insistencia, comenzó a jugar con su percepción. Por momentos, parecía transformarse en algo más que un simple susurro; era como si intentara engañarlo, susurrándole fragmentos casi olvidados de una vieja canción. Las notas, suaves y etéreas, se deslizaban entre las hojas y ramas, despertando en él una vaga nostalgia.

La sensación de pánico se agrava, haciéndolo detenerse en el aire.

¿Y si todo esto solo trataba de una trampa de Pitch? Rápidamente comenzó a cuestionarse si es que podría manejarlo sin el apoyo de los otros guardianes; No tenía el tiempo de informarles o esperar a que aparecieran, así que no le quedaban muchas opciones más que intentar apañárselas solo.

Respiro hondo, dejando que el aire llenara sus pulmones mientras aceleraba su vuelo hacia el bosque, impulsado por la inquietud de encontrar a Emma y Jaime a salvo. Sus pensamientos parecían multiplicarse, y la tensión en su mente aumentaba, llenándola de un sinfín de preocupaciones antiguas. Los recuerdos que creía enterrados surgían con fuerza, uno tras otro, como ecos de tiempos oscuros que insistían en regresar. Aquellos viejos temores y malas experiencias, enterrados pero nunca olvidados, volvían a rondarlo.