Que estás loca por tenerme... 🥸

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Uno en este momento se tendría de estar cambiando tranquilamente para irse a comer algo por ahí con su amado, pero este no era el caso. Hace media hora le venia jodiendo ota, junto con rodri, con licha también, el cuti de paso, nahuel ahí metido, y básicamente casi todos los pibardos que alguien podría nombrar.
¿Por qué lo estaban jodiendo? Buena pregunta; eran todas dudas de estos, sobre lo que pasó ahí en las duchas, las típicas de: cómo, por qué, desde cuando, que mierda les pasaba en la cabeza, si eso valió la pena y si hacerlo ahí también, y si había espacio para otro más. Lo ultimo fue preguntado por el mismísimo De Paul, el cual recibió un golpe del enano pelón que fue uno de los involucrados en esa escena.
Los trataba de echar con la mejor de las ondas, con un: „Váyanse a la mierda, hijos de puta, que ustedes no son unos periodistas. Lo que pasó, pasó y nada más" mientras los sacaba a patadas de la pieza, al mismo tiempo que empujaba a su compañero de cuarto fuera de este.
Una vez que ya los logró sacar a cada uno de sus amiguitos de toda la vida, tanto con su fuerza como mérito de la otra persona en sí, pudo gozar de un poco de paz.
Una vez observó a cada uno salir, se sentó sobre una de las camas, dejándose caer boca arriba, con la mirada perdida en el techo.
Ya habían pasado por todo esto, era un ciclo interminable, mientras más cercanos se volvían, más personas se enteraban. Era todo una mierda, así imposible enamorarse.
Pasó sus manos lentamente sobre su rostro, dejando salir un suspiro, que era más bien una queja que carecía de palabras.
Se quedaría ahí tirado por lo que restaba del día, pero su salida con el dibu se lo impedía. Ya había pagado caro ese restaurante choto, aunque siempre los pagaba caro la verdad. Se puso de pie, teniendo el torso desnudo, agarró de arriba del mueble la camisa que se encontraba planchada con anterioridad, y se la empezó a poner. Boton por botón, de manera lenta, dando una pequeña pausa entre cada uno de ellos para hacer las cosas másde película, se fue poniendo esa pieza del traje. Se sentía como una eternidad el tener que esperar a cambiarse y toda la bola, hundido en sus pensamientos, se vió de vuelta en la realidad cuando su teléfono empezó a vibrar sobre la mesita de luz.
Fue rápido al agarrarlo, sabia que era el dibu. Esperaba un mensaje afirmando su presencia en el exterior de su habitación o algo por el estilo, pero lo que leyó lo dejo atónito:

Dibujin 💖: Espero no te moleste que haya más gente de la esperada esta noche...
No me sentía bien festejando sin ellos, seguro me entendés.
*Inserten sticker rancio que podría llegar a usar un chabón de 30*

No entendía, ¿cómo que iba a haber más gente? Capaz invitó a uno de sus amigos, compañeros o familia, quien sabe. Aunque no seria lo mejor porque no le había consultado antes, pero por lo menos le estaba avisando ahora.
No quería tardar más tiempo así que, mandó un audio corto; "¿Quién más va a estar?".
Una vez que vió que se había mandado y llegado como correspondía, dejó el celular desbloqueado, de nuevo en la mesita de luz, donde anteriormente se encontraba.

Al colocar su ropa como debía, probar algo de la colonia que rodri tenia guardada y no peinar su calva por obvias razones, ya había dado por finalizado este proceso de cambiarse para salir. Se miraba en el espejo de la pieza, juraba que en ese momento no había nada más facha que él.
Tomó sus cositas, volvió a checkear el celular y vió que el dibu le había respondido el audio con una selfie, selfie en donde salía él, tan hermoso como siempre, y mandi, sus hijos, y su esposa e hijos... su esposa e hijos?!
No iba a decirle nada, tampoco iba a rechazar la cena o algo, simplemente iba a ir hacia el lugar con su mejor cara y después lo iba a agarrar al alto boludo que tenia como novio.
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Siempre era un texto inesperado por parte del otro antes de una juntada lo que sucedia como una rutina. A veces era de su parte el mensaje, en otras era de emi, pero siempre sucedia, sabia que tendría que preparase mentalmente siempre. Podría haber esperado, no sé, que le dijera que encontró al verdadero amor de su vida y se había escapado con este o que se encontraba en el juzgado esperando su sentencia por ser homosexual en Qatar. Todo podría llegar a ser mejor que esto, a Linda no la veía hace montón de esta manera y, para empeorar, la ultima vez que se encontraron comiendo en la misma mesa, fue cuando se encontraba hablando a escondidas con su arquerito, como amaba a su arquerito. En conclusión, sacando lo de la cachetada en los festejos, todo ahí había sido no tan bueno.

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