Y... Cómo te digo? El tiempo pasaba volando. Ahora mismo se encontraban festejando la victoria contra Polonia. Ahora sí, hagamos cuenta atrás. Empezaron con el pie izquierdo, perdiendo contra Arabia saudita por errores estúpidos, no solo de ellos, pero también del var. Todo mal en ese partido y la autoestima de la scaloneta había caído en picada, pero eso no los iba a detener. Después ganaron contra México, cosa que se hizo que la selección Argentina renaciera, empezaron a dejarlo todo en la cancha y se prometieron hacerlo así de ahora en adelante. Y en este día, como anteriormente fue mencionado, se encontraban festejando otra dulce victoria por parte del seleccionado argentino y por la clasificación a octavos de final, encabezando la lista del grupo C.
Estaban todos en la cancha festejando, recién había pasado media hora del fin del partido, en el cual se habían destacado Mac Allister y Julián Álvarez, los queridísimos goleadores del partido. La mayor parte de la scaloneta estaba festejando con ellos, cantando, gritando, tomando y revoleando a esos jugadores por el aire, agradeciendo el que estén ahí y los hayan llevado a la victoria. Obviamente no dejaron pasar desapercibido al Capi, a Messi tambien lo celebraban como un dios, el que no haya hecho goles en este partido no significaba que había jugado mal o algo, si no fuera por Messi y esas asistencias, ellos no seguirían en el mundial. Todos estaban concentrados en divertirse y festejar, menos Rodri y el papu, ellos dos se encontraban poniendo a prueba el plan que venían preparando desde que el papu fue a consolar al dibu después de jugar contra Arabia. Hablaron un poquito, de Paul le dió algunos consejos y alguna que otra palabra de ánimo para que se atreva a encarar al más joven. Cuando papu ya estaba confiando en si para poder ir a hacer de las suyas, Rodri le puso la mano en la hombro, haciendo que Ale se de vuelta y lo mire. Se fijó que no hubiera ninguna cámara directamente grabandolos y le dijo.
„Recorda, es ahora o nunca, porque si no vas vos, voy yo” y le alcanzó unas llaves de un coche que había rentado antes del partido, lo más disimulado que pudo. Gracias a eso vimos a un Rodri todo alentador jugando el papel de tarado, que le salía muy bien porque ya lo era, volviendo a unirse a los demás que estaban todavía gritando a todo pulmón y abrazándose los unos a los otros al saltar, y un papu confundido por lo que le decía, pero agradecido por la ayuda del otro.
Respiró profundo y se le fue acercando al tan preciado arquero titular, saltando y cantando, para que no se dieran cuenta los demás de sus intenciones. Ya se había vuelto costumbre que lo vaya a buscar al final de cada partido, pero hoy tenía un diferente tipo de celebración en la mente, algo que ni siquiera se le ocurrió a él sino a su fiel compañero. Cuando por fin estuvo al lado de emi, le agarró el hombro y se cubrió la boca para que las cámaras no lo enfoquen y descifren lo que dice.
„Che, precioso, estás para ir a algún lugar más íntimo?” susurró lo más alto que pudo.
„Mmm... Y que vamos a hacer?” le tiró una mirada de las pícaras que él sabía hacer, al ver la reacción del papu se rió un poco. Sabía las intenciones que tenía, ya sabía todo lo que estaba tramando, a veces se burlaba de lo obvio que era. Lo había visto cuando se encontraba hablando con De Paul sobre él, los dos se pasaban mirándolo y señanandolo a cada rato, quien no se iba a dar cuenta que hablaban de uno si hacían eso.
Sus compañeros los veían, sabía que algo raro estaba pasando, pero quisieron mentirse a si mismos diciendo que se contaban chistes y nada más. En cambio, Rodri les sonreía y les mostraba un pulgar arriba en forma de „Tienen mi aprobación”
„Y... Mira, no sé, yo tengo muchas cosas en mente que te quiero hacer, lo único que falta es que vos estés de acuerdo” le guiñó el ojo
„Mejor dejá de hablar y ponete en marcha. Ya a estas alturas tendrías que saber que siempre voy a estar de acuerdo con lo que digas”
