Futuro Robado

Prólogo

Madelaine jugaba en la mesa del reservado del bar con un anillo, lo giraba distraídamente, mirando como se tambaleaba y caía para volver a levantarlo y hacerlo girar de nuevo.

-Bonito anillo -dijo la chica que estaba sentada delante suya

Madelaine levantó la mirada del anillo, se había olvidado por completo que no estaba sola, ¿le había dicho algo? ¿De qué estaba hablando?

-¿Lo quieres? Te lo regalo -dijo Madelaine arrastrando el anillo lejos de ella hacia la mujer

-¿En serio? -la chica la miró sorprendida-. ¿Estás segura? Se nota que es caro

-No tiene ningún valor

-¿Pero...? -la chica miró extrañada el anillo de oro blanco, era un modelo sencillo, pero tenía pequeños diamantes por toda la circunferencia, podría ser circonita, pero lo dudaba mucho

-Está de broma -dijo una rubia poniendo la mano sobre el anillo antes de que aquella otra mujer lo cogiera-. No te conviene, es robado

-¿Y tú quién eres? -preguntó la mujer que estaba junto a Madelaine molesta por la intromisión

-Su amante -dijo la rubia

-Yo no quiero saber nada de líos -dijo la mujer levantándose de la mesa

-Debes dejar de hacer eso -dijo Madelaine dándole un buen trago a su bebida, ¿qué era la cuarta? ¿La quinta?

-Y tú debes dejar de ligar con cuánta tía se te ponga delante

-No ligaba, ella se sentó -Madelaine volvió a jugar con el anillo recuperándolo de las manos de Eva

Eva Soriano, una joven cuatro años mayor que ella, a sus treinta y dos años, Eva era muy parecida a una adolescente, le encantaba la fiesta, sabía divertirse y hacer reír, algo que sería preocupante si no supiera hacer ya que era cómica. Pero desde que se habían conocido en el programa Tu cara me suena, Eva se había convertido en una de sus mejores amigas y un gran pilar.

-Ey, está bien, no pasa nada -dijo Eva al ver que Madelaine había comenzado a llorar en silencio

-La extraño, yo... -Madelaine volvió a hacer girar el anillo-, lo nuestro es como este anillo, giramos en torno a la otra, a una velocidad de vértigo, pero da igual lo mucho que lo deseemos, todo termina tambaleándose y... -miró cómo el anillo se tambaleaba hasta detenerse- se derrumba

-Ella...

-Ella se fue hace seis meses y no ha sido capaz de hacer ni una sola llamada. Sé que está viva porque Vane le revisa las cuentas bancarias y hay movimiento.

-Estuviste de acuerdo en que se fuera -dijo con cautela Eva

-Desde que Aitor, su hijo, se enteró de lo nuestro, se opuso, la estaba perdiendo Eva, ella misma se estaba perdiendo, apenas comía, estaba triste, sé lo que es una depresión, lo he vivido, ¿sabes que es discutir todos los días con la persona que amas? Ella creía que no podía entender lo que era perder a un hijo, se sentía dividida, necesitaba tiempo para ella y le dije que se lo tomara... pero ¡seis meses Eva! No me coge el teléfono, ni un mensaje, ni una llamada, nada, ella ya ha elegido

-¿Así que ya está? ¿Te das por vencida? ¿Todo se ha acabado?

-¿Sabes qué día es mañana?

-¿26? -dijo Eva extrañada por la pregunta, en ese momento pareció recordar algo más y su cara pasó de la sorpresa a la tristeza

-Exacto, era el día de nuestra boda -Madelaine se levantó de la mesa del bar dejando su anillo de compromiso sobre ella