Capítulo 14

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Bajó los escalones de su casa y llamó a la puerta de al lado, sin importarle la hora y que seguramente Madelaine estaría durmiendo. Siguió llamando insistentemente, sin importarle si quemaba el timbre, Madelaine le abrió con cara de adormilada y extrañada de verla

-¿Alguna vez me has mentido? -preguntó Mónica en cuanto la puerta se abrió

-Buenos días a ti también -dijo Madelaine bostezando y calmandose un poco, al ver a Mónica tan temprano pensó que había pasado algo grave-. Sí

-¿En el nombre de la persona que amabas?

-Sí -a Madelaine se le aceleró el corazón, ¿era posible que hubiera recordado algo más?

-¿Cómo te llamas en verdad? Madelaine Petsch era la mujer a la que amabas, ¿verdad? ¿Has venido a vengarte?

-¿Qué? -Madelaine se espabiló de repente-. ¿De qué estás hablando?

-Entiendo que quieras vengarte de mí, ¿pero por qué meter a mi hijo en esto? -Mónica la miraba seria

-Mónica, no tengo ni idea de lo que estás hablando, necesito un café... -dijo Madelaine entrando, dejando la puerta abierta para que Mónica entrase-. ¿Quieres un café?

-Quiero la verdad

-No sé de qué verdad me hablas Mó, no sé de qué venganza hablas o no sé si es que tu amnesia está empeorando

-¿Qué hace él aquí? -dijo la cantante mirando a un gato que restregaba su lomo contra su pierna

-Se cuela a veces -dijo Madelaine esperando que el café acabase, era más rápido en la cafetera, pero no iba a ser ese día el que se arriesgara a que le explotara de nuevo

-¿Quién eres? Y no más mentiras -pidió Mónica

-Madelaine Petsch

-¡He dicho que sin mentiras! -Mónica alzó la voz cansada de que le mintieran

Madelaine fue hacia una percha donde estaba colgado su bolso, lo abrió, derramó todo su contenido en la mesa. Sacó una cartera

-Soy Madelaine Petsch -dijo la aludida entregándole el dni, sacando su pasaporte, mostrándole todos los documentos donde la acreditaba con ese nombre

-No es posible... -dijo Mónica mirando todos los documentos como si pudiera averiguar si se tratase de una falsificación.

Mónica se sentó en el sofá, con la cabeza gacha entre sus manos, ¿se estaba volviendo loca? No, no era posible, lo había visto por Internet, no eran ideas suyas...

Madelaine se puso de cuclillas delante de Mónica, agarrándose a sus piernas para mantener el equilibrio, le levantó la cara para poder mirarle a los ojos

-Te juro que no te mentiré, pero necesito que me digas a qué ha venido eso para poder ayudarte

-¿Soy una asesina?

Madelaine se cayó de culo ante la sorpresa de la pregunta

-¿Estás preguntando eso en serio? -Madelaine se puso en pie viendo que no había ningún atisbo de broma en la voz de Mónica-. Mó, eres incapaz de matar a una mosca

-¿Me conocías de antes? No a Mónica Naranjo, solo a Mónica -Madelaine se quedó pensando por un segundo lo que hizo que Mónica se levantara molesta-. Ahí está esa cara, ¿por qué todos tenéis que pensar las cosas antes de responderme? ¿Buscáis la mejor mentira para contarme? ¿Qué es lo que me ocultáis?

-Te conozco, era fan de la cantante, pero tuve la suerte de conocer a la persona y convertirme en su amiga -dijo Madelaine

-¿Y cómo sé que es verdad y no una mentira que acabas de pensar?

Futuro RobadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora