Capítulo 10

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-¿Me pongo en el sofá o prefieres en otro sitio? -preguntó Mónica

-¿Por qué... estás desnuda?

-Para mi retrato

-¿Desnuda? Se te olvidó mencionar ese pequeño detalle

-¿Supone algún problema?

-¿Podrías vestirte, por favor? -Madelaine le dio la espalda, ¿de dónde había sacado el autocontrol para no lanzarse hacia ella? Había extrañado su cuerpo demasiado, ya iba a costarle dibujar solo su cara, ¿pero desnuda? ¿Cómo iba a autocontrolarse?

-Lo siento, no quería hacerte sentir incómoda -dijo Mónica avergonzada

Mónica recogió el vestido y se lo puso apresuradamente, ya no necesitaba ese retrato, ni siquiera Madelaine era capaz de mirarla desnuda, tenía la confirmación que había estado buscando, ya no era atractiva, si ni siquiera su marido la veía así, ¿por qué le importaba lo que pensara una desconocida? Y lo supo en el mismo momento en que se lo preguntó, porque esperaba que lo de Óscar fuera por tantos años de matrimonio y no por ella, porque deseaba sentirse deseada y atractiva, porque ella al mirarse en el espejo se repugnaba al no reconocerlo y esperaba que en el fondo estuviera equivocada, pero no era así.

-Mañana te pagaré los materiales -dijo Mónica incapaz de mirar a la cara a Madelaine y se fue hacia la puerta

-Espera Mó -Madelaine le cogió la mano antes de que se marchara-. Lo siento, me ha sorprendido, no esperaba girarme y verte desnuda -Madelaine se puso frente a Mónica al ver que no se giraba, le cogió la barbilla obligándola a mirarla a la cara-. No tengo ningún problema en hacerte el retrato, solo déjame ajustar un poco el lugar

-No hace falta, he cambiado de idea, era una mala idea...

-Mó, por favor, quiero pintarte -Madelaine comenzó a andar hacia dentro y suspiró aliviada al ver que Mónica la seguía-. Será mejor hacerlo arriba, para evitar tener mirones en las ventanas y que tu hijo no te vea desnuda si la da por mirar por la ventana. Además, arriba hay menos corriente, no quiero que me odies si te resfrías y tienes molestias en la garganta

-Ya no es tan importante, ya no canto

-Me debes una canción -le recordó Madelaine-, y ya que hay sorpresa en el retrato, también elegiré el lugar donde me cantarás

-Estás aprovechándose de la situación

-Un poco -admitió Madelaine con una sonrisa

Mónica sintió cómo todo su cuerpo se relajaba al ver aquella sonrisa, no sabía porqué Madelaine le transmitía tanta paz, apenas la conocía y sentía que podía confiar en ella, hasta tal punto de desnudarse frente a ella y dejar que la pintara, no lo habría hecho con otro, ni siquiera con un profesional, pero aquella mujer tenía algo que le hacía sentir segura.

La cantante vio una de las habitaciones vacía, Madelaine había movido todos los muebles llevándolos a la pared dejando todo el centro despejado, después de haberla visto bailar sabía el motivo de aquella distribución, pero se alejaron de esa habitación y fueron a por otra, donde la habitación estaba tal y como la habría alquilado.

-Es mi habitación, pero está al lado contrario de tu casa, si pegamos la cama en aquella dirección, nadie podrá verte aunque se asomen a la ventana y entrará la claridad suficiente para poder dibujarte -comentó Madelaine-. Pero Mó, ¿estás segura? Nunca he hecho un desnudo, quizás te decepcione el resultado

-Si estás dispuesta a hacerlo quiero que lo hagas tú -dijo Mó

Madelaine puso la calefacción en el cuarto, movió la cama y puso algunas lámparas cerca de la cama encendiéndolas y viendo que daban más luminosidad. Cogió el bloc de dibujo donde haría el boceto.

Futuro RobadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora