50
Ya es más de medianoche cuando Francisco llega a la casa, luego de la ordenación de Ricardo. Ha comido, tocado las dos misas, y luego le han invitado a la siguiente parte del festín en casa de los abuelos de éste, donde el trago no se hizo esperar. Ignacio, al verle con aquella guisa, le ha reñido por su falta de formalidad, y le ha conseguido un traje azul, nuevo, que le sienta como un guante. Entre su inmenso guardarropa le ha conseguido unas zapatillas marrones y le ha robado a Manuel una camisa color cielo. Y en el espejo de la casa de los abuelos de Danna, se ha encontrado sumamente sofisticado.
-¿Estudiaste algo de vestuario?- le pregunta a Ignacio mientras regresan a la fiesta.
-No- responde el tipo, secamente, a la vez que se ajusta uno de sus gemelos.La abuela de Danna, a quien todos llaman "Mamá Betse", es una señora pequeña y regordeta, con un porte y elegancia que deslumbra a cualquiera, y un trato dulce y amable para con todos. Francisco no se ha librado de su abrazo, de su beso y de una buen pellizco en las mejillas. Se presenta como la abuela del padre, luego como la madre. Don Hernán también le ha saludado con un abrazo y le ha invitado a fumar un puro a escondidas de Mamá Betse. Tomó tanta champagne que perdió la cuenta. Hugo Torres acabó tan ebrio que tuvo que dormir en la mansión de los abuelos y él y Danna acabaron riendo sentados en el jardín.
Nunca antes se había sentido tan bien como hoy.
Al encender la luz del cuarto, encuentra a su hermana sentada en su cama. Se ve que ya lleva bastante rato esperando. Ella levanta la mirada y se topa con su hermano.
-No sabés la gritada que me dieron padre y madre por tu culpa.- susurra Mili, con voz triste.
-¿Qué?- el chico rueda los ojos -¡Les dije que tenía ordenación presbiteral y luego dos misas! Lo siento, de veras. Me invitaron a la fiesta del ordenado. Además, no me llevé ningún carro porque no sabia a qué hora iba a llegar.
-Pero viniste en uno...
-Es de la Curia. Me lo dió el ceremoniero episcopal cuando supo que ya no habían buses.
-Vaya...- Mili quiere gritarle pero no puede. Nota el traje que su hermano lleva, parece un novio- Espera, vos no andabas vestido así.
Francisco se quita el blazer y lo cuelga en un gancho.
-Tenés toda la razón. Era una ordenación presbiteral y yo me cagué en el código de vestimenta, así que los hermanos del sacerdote me vistieron de figurín y listo. Ahora, burlate, que te doy permiso.
-¿Era el sacerdote al que le ayudaste con la mudanza?Francisco se pone rígido. En un gesto que ha hecho por años, esconde las palmas de las manos y estira la espalda. Un gesto que ha hecho gracias al Corista. La mira a los ojos.
-Sí. Era él.
-No iba ningún sacerdote contigo en el carro- le acusa. -Solo iba una chica.
Francisco le sostiene la mirada. Su mente no lo engañó. Él la vió sentada en las gradas de la Catedral, pero la ignoró, pues ella ignora todo lo que él hace. Se encoge de hombros
-¿Y?
-¿Cómo qué "y"? Francisco, nos mentiste. Dudo que el sacerdote de la Catedral sea el que se mudó, si ya tiene años de estar ahí.
-Ajá, sí. Dime algo que no sepa.
-¿Ayudaste a la chica a mudarse? No me mientas.
¿Y qué si miento, Melissa? No te temo.-Déjame en paz.
-Francisco...
-¡Basta, Melissa, por el amor de Dios, basta! Yo no te pregunto qué mierda hacés con tu vida, ni con tus estudios, ni absolutamente nada. Esa chica ha vivido un verdadero infierno en los últimos diez años y me he dado cuenta de que la gente no es quién parece ser. Así que no quiero hablar más de eso. Yo veré qué hago con mi vida.- murmura secamente, empujando a su hermana hacia la puerta, le cierra en la cara y se tumba en la cama.Mili no responde más. Se siente derrotada. Su hermano se está adentrando en un terreno peligroso. La psicología lo ha demostrando mil veces: El amor puede ser muy idiota.
Mientras tanto, Francisco pone una canción en su celular y la reproduce en bucle. Se queda dormido así, vestido y con la canción sonando, con una sonrisa en sus labios.
ESTÁS LEYENDO
DELIRIUM ✨ (Todos Merecemos Amor)
Teen FictionFrancisco no es un muchacho cualquiera. Él ama la música, las canciones de amor y las flores. Él ha vivido el dolor de la humillación. Danna ha vivido una vida llena de dolor y exclusión. Sus padres no se preocupan por ella, y ella decide buscar am...