Remate

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Como ya estábamos a puertas cerradas, a la perra aquella y sus amigos les toco pagar la cuenta y tomar rumbo a la salida, algo que sinceramente me encantó y me dio tranquilidad, así ni en los baños se iba a encontrar esa HP. 

Algunos otros también se fueron desapareciendo y al final quedaron un grupo más pequeño, un parche más fraternal y descomplicado. Bebían como locos, ese montón de case cuarentones juraban que sus cuerpos iban a aguantar igual que antes. Yo tampoco es que me hubiera contenido demasiado, no tanto como ellos, pero si para llegar a un estado de alicoramiento en el que terminé haciéndole los coros a Samantha.

Era bastante tarde, pasadas unas cuantas horas de la media noche y la policía pasó por el restaurante. Amablemente le dijeron al dueño que ya los vecinos se estaban quejando y pues ni modo, se acabó. 

Estábamos ahi en la puerta todos se andaban despidiendo, el man que estuvo tocando la guitarra toda la noche y cantando no paraba de hablar con Samantha que de comportaba extrañamente algo tímida.

Resultaba que le daba pena decir que estaba sin dinero, porque las nenas con las que había ido se suponía que la iban a llevar y de verdad nunca regresaron, además había dejado el bolso en el carro de ellas para no encartarse y dentro sus papeles, billetera y teléfono. Este man que no tiene pelos en la lengua y menos borracho de una le empezó a buscar quien la podía llevar, pero ninguno iba por su sector, ni siquiera cerca.

Nosotros igual vivíamos cerca por decirlo cerca, habíamos ido caminando para poder beber tranquilos y aunque no la podíamos llevar sin siquiera preguntarle a mi esposo, decidí ofrecerle algo diferente. 

- Sam --dije con más confianza-- parce, nosotros vivimos cerca si quieres te quedas en el sofa
- ¡Perfecto! --contesto emocionada--
- Eso sí, nos vamos en el carro de nando --haciendo la mímica de caminar con los dedos de mi mano derecha--
- Mejor, así nos da tiempo de fumarnos un cigarro
- Genial, aunque ya no me quedan --mostrándole la cajetilla vacía--
- En el camino vemos

Solucionado el problema, todos se despidieron haciendo promesas de borrachos de repetirlo más seguido, pero los que ya tenemos unos años encima sabemos en que quedan esas promesas.

Solucionado el problema, todos se despidieron haciendo promesas de borrachos de repetirlo más seguido, pero los que ya tenemos unos años encima sabemos en que quedan esas promesas

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Ella es: SamanthaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora