Confesión

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Tres meses sin vernos, tres meses sin saber nada de ella, tres meses aguantando la mirada inquisitiva de Clara en cada reunión familiar o comida en la casa de sus padres. Tres meses de duda e indecision, tres meses escondiendo la cabeza debajo de la tierra como un avestruz esperando que desapareciera el peligro.

En la cena de navidad con su familia Clara me confrontó en una de las habitaciones y me dio un ultimatum para que fuera yo la que lo hiciera antes de terminar el año. Al día siguiente abriendo los regalos en nuestra casa debajo del árbol me di cuenta que tampoco era justo con él.

Toda la mañana estuve buscando las palabras adecuadas para no hacerle daño, algo que iba a ser imposible. Mientras el preparaba el almuerzo, tomé impulso envalentonada y sin escape, decidí enfrentarlo de una vez por todas.

- Juancho ¿podemos hablar?
- Claro mi vida

Apago las cosas que tenía en la estufa y nos sentamos en el maldito sofá donde mi vida cambio para siempre.

- Juan, no sé cómo decirte esto, pero... 
- Ya sé --lo mire extrañada--
- ¿Sabes qué exactamente?
- Lo tuyo con Samantha

Me quedé helada, no sabía ni que pensar ni mucho menos sentir, era como una mezcla entre nervios y tranquilidad extraña.

- ¿Tú sabes que...?
- Si --afirmo sin sorpresa en su cara--
- Pero ¿cómo si...? ¿Desde cuándo?
- La noche que se quedó acá creí escuchar unos gemidos y bueno pensé que había sido alguna alucinación por la borrachera, si sospechaba, pero no me encajaba esa imagen tuya con otra mujer así que preferí no decir nada. Los días después de eso estuviste bastante rara y distante, todo te molestaba... pero en el momento en que recibí esa llamada por parte de ella, en vez de que vos misma lo hicieras, fue cuando mi cabeza empezó a unir cabos y, aun así, me resistía a creerlo

Hasta ese momento me di cuenta de que la ingenua era yo por creer que iba a poder ocultarle algo así a una persona que me conocía tan bien.

- Juancho --tartamudeando nerviosa-- yo... yo quise decírtelo, pero no fui capaz --me tapaba la cara avergonzada--
- No fue, necesario. Tu buen genio y humor cada vez que la veías era la confirmación que faltaba para darme cuenta
- ¿Por qué nunca me dijiste nada?
- Ele --se le quebró la voz-- porque te amo y porque pensaba que estabas viviendo una etapa y ya, no sé, que querías experimentar algo diferente y luego volverías a ser la misma... cuando ya me di cuenta que --sorbia por la nariz-- no, de que no, preferí hacerme el idiota
- Juancho, ya han pasado...
-  3 malditos y muy largos años, lo sé, en los que decidí que prefería compartirte a perderte completamente, al menos --se quebró en llanto-- ella era una buena mujer y sabía que te trataba bien

Lo abrace con fuerza y se desplomo en mis brazos a llorar como nunca lo había visto, vulnerable y derrotado.

- Yo te amo mucho Elena, demasiado
- Ay Juancho, lo siento, de verdad, siento mucho haberte herido así

Algo en él me conmovió, no por poco llevábamos 10 años de matrimonio, pese a cualquier cosa él había sido un esposo intachable y espectacular. Esa misma noche decidí tratar de rehacer mi vida con él y olvidarme de ella.

 Esa misma noche decidí tratar de rehacer mi vida con él y olvidarme de ella

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Ella es: SamanthaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora