Cosita seria

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Salio muerta de risa de entre mis piernas con la cara empapada en mis fluidos a arrancarme la almohada de la boca y comerme a besos.

- Hiciste trampa
- ¿Trampa? --mire extrañada--
- Si, trampa, te tapaste la boca y no te pude escuchar
- Si no me tapaba, no solo despertaba a ya sabes --mirando hacia la habitación-- sino también a todo el barrio
- No importa es trampa y me va tocar castigarte
- ¿A mí? si yo me porte bien
- Si, a ti, pero tranquila que voy a tener compasión de ti

Mientras me jalaba de los pies para que quedara acostada del todo y se acercara a compartir el aroma y sabor de mi orgasmo.

- Eres increíble --dijo con ternura acariciando mi rostro--
- Créeme que la que se lleva ese adjetivo es otra

Me dio un fuerte abrazo y pude sentir como su corazón palpitaba muy muy rápido y como si quisiera evitar que lo notara se separó y volvió a arrodillar en el suelo sobre el cojín. Tiro todas las almohadas lejos.

- Para que no hagas trampa otra vez

Me levanto las manos y las empujo como tratando de decirme que no las fuera a bajar de ahi. Cerro los ojos y empezó a pasar sus manos con las palmas abiertas sobre mi cuerpo sin tocarlo, pero transmitiendo su calor. Cerré los ojos me dejé llevar por sus juegos y su canto nasal que me hacía entrar en un estado de relax.

Hasta que empiezo a sentir unas gotas heladas caer en mi esternón. Abro los ojos y ahi esta con esa cara de maldad. Había sacado uno de los hielos del termo y me estaba dejando caer goteras heladas marcando un camino hasta mi sexo.

- Todo hace parte del proceso
- Si claro --suspirando al caer una en mi clitoris-- esto no es un castigo más bien parece una venganza
- No las venganzas son frías --se rio coquetamente-- y lo que estas a punto de sentir no

Se metió el hielo a la boca y chupo uno de mis senos haciendo que mi pezón se endureciera como si fuera a estallar.

- Pues eso no solo esta frio, sino helado
- No me refería a sentir de inmediato

Se acerco para darme un beso jugando entre las dos con el hielo, hasta que se convirtiera en un pequeño cubo.

- Por favor no hables mas ¿sí? --casi suplicando con sus ojos-- lo único que quiero escuchar son tus gemidos

Afirme con mi cara. Ella volvió a tomar el termo y dio un trago hasta capturar otro hielo. Jugo con él por todo mi cuerpo como si lo estuviera puliendo dándole una figura alargada sin puntas filosas, me dio un beso, sonrió y volteo su cara dejando su oído en mi boca.

Empezó a jugar con el hielo en mi sexo, de arriba abajo dejándolo en mi clitoris se congelaba y escuchaba que me quejaba de dolor. Separo un poco mis muslos y luego empezó a introducirlo lentamente por mi sexo sin meterlo del todo, muriendo de risa cuando apretaba por el frio y volvía a salir. No se detuvo hasta que el hielo estaba casi hecho agua y lo introdujo en mi sexo empujándolo con su dedo índice y el calor de mi interior lo hizo evaporar de inmediato.

Se levanto mirándome a los ojos, acariciando con calma atenta a cada expresión en mi rostro explorando lo que me hacía acelerar la respiración y lo que no.

- Te tengo --se rio con maldad al encontrar uno de mis puntos débiles--
- Cuidado, en serio, eso no es buena idea
- ¿Por qué no si te gusta? --moviendo su dedo--

Me hizo gemir de inmediato y mi espalda encorvarse. La muy maldita no se le borraba esa sonrisa de maldad infinita.

- Me gusta, pero me vas a hacer gritar
- Esa es la idea

Me empezó a besar de forma apasionada mientras su dedo hacia delicias, se me escapaban los gemidos entre los besos y ella se moría de risa. Trate de acariciar su rostro con cariño y ella tomó mis manos casi molesta y las regreso al mismo lugar empujando mis muñecas contra el sofa.

- Esta bien, está bien --me disculpe--

Me agarre del borde del sofá para poder tener las manos ocupadas y no volver a interrumpirla.

- Asi me gusta, que seas una chica buena

 Me dio un beso y me pico un ojo, con su otra mano me cerro los ojos, me regaló un último beso y volvió a acomodar su oído en mis labios.

Su dedo entraba y salía sin dificultad, por lo general después de venirme me es un difícil volver a lubricar de esa manera, era como si ella conociera mi cuerpo más de lo que yo lo conocía. Sus otros dedos jugaban por fuera con mis labios y a ratos aparecía ese peligroso pulgar en mi clitoris y como en automático mi espalda se encorvaba.

Ya no sentía mi respiración regresar, se había apartado porque ya no necesitaba estar cerca para escuchar lo loca que me tenía y sentí su lengua tibia en me sexo. Metia el dedo y cuando me encorvaba ahi estaba su legua en círculos alrededor de mi clitoris terminando de hacerme enloquecer.

Otro dedo entro en acción haciéndole compañía con la palma de su mano hacia arriba movía sus dedos en mi interior como olas y por fuera su lamia mi sexo como si rompieran contra un muelle. Tuve un orgasmo un tanto extraño, no uno de esos que sale disparado y te deja sin aliento, sino uno placentero y pacifico que te deja peor de caliente y con ganas de que ya venga el proximo.

Sus labios se separaron, sus manos apretaban mis senos, mordía mis costillas y se moría de risa pasando sus uñas con cuidado de mi espalda hasta mi vientre haciendo que todo mi cuerpo se erizara. 

- ¡Qué mala! 

Su dedo meñique se deslizo hacia atrás y al sentirlo en mi trasero, fue suficiente con fruncir mi seño para que ella interpretara la señal como que ese no era el camino a seguir y no insistió. Se acercó a mi oído, lamiendo mi lóbulo dijo.

- ¿Confías en mí?
- Si
- Quiero que te relajes y que te dejes llevar
- Esta bien
- No pienses en nada ni en nadie, solo en tu propio placer
- Mhmm

Descargó la palma de su mano presionando mi clitoris, mientras que con sus dedos presionaba hacia arriba y se movían con suavidad.

- Peligroso, muy peligroso
- Shhh ya te dije que te relajes, si te gusta no lo reprimas, solo disfrútalo, déjate llevar

Con su otra mano palpaba mi vientre como en un examen médico, no sé qué demonios toco cerca de mi pelvis, me hizo brincar y aunque no la veía sabía que debía estar muerta de risa. Coloco la palma de su mano cerrada en ese punto y empezó a presionar hacia abajo.

- Samantha, Samantha, espera, espera, Sam por favor
- Si dices una palabra más me detengo justo en este momento
- Ohh dios, ooooohhhh ohhhh 

Empezó a mover la mano que tenía en mi sexo con más propiedad y fuerza, mis caderas se movían a su voluntad, sentí un calor intenso en mi interior casi que me quemaba, una necesidad de expulsarlo. 

Me apoyé en los codos levantando mi cabeza para poder verla. Cuando abri los ojos, su brazo estaba casi que temblando y su mano se movía frenéticamente en mi sexo. La mire con preocupación juntando mis cejas.

- No te contengas, deja que suceda --dijo con una cara de excitación tremenda mordiéndose los labios-- ya eres mía

Sus últimas palabras fueron el disparador de la locura. Me fui de para atrás, mi espalda se arqueó, mis ojos se perdieron en sus cuencas y me quedé sin respiración por unos segundos.

- AGGGGGGGGHHHHHHHHHHHHHHHHHH AGGGGHHHHHH HIIIJUUUEEEPPUUU....... AGGGHHHHHHHH Ahhhh Ahhhh Ahhh Ahhhhhhhhhh

Sentía como si me hubieran exorcizado y un demonio estuviera saliendo. No era capaz ni siquiera de contenerme, de ordenarle a mi cuerpo que ya era suficiente, como si se ese eterno orgasmo quisiera exprimir hasta la unica gota.

 No era capaz ni siquiera de contenerme, de ordenarle a mi cuerpo que ya era suficiente, como si se ese eterno orgasmo quisiera exprimir hasta la unica gota

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Ella es: SamanthaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora