Manos peligrosas

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- Suéltame las manos --me decía entre besos-- porfis
- Ni de riesgo
- Te prometo que no le hago nada malo
- Yo sé, por eso es que no las quiero soltar

Sonreí, coloque mis manos a los lados y sin dejarme de besar se ría como una bruja malvada.

Me acariciaba los brazos con la yema de sus dedos, bajaba por mis hombros y mi espalda, me tomó de las caderas metiendo sus manos debajo de los hilos de la tanga dándoles una buena apretada.

- Me encantan
- Si ¿te gustan mis nalguitas?
- Me gustas toda tu, pero créeme que a esas delicias más tarde se ganaran su mordisco
- Ah --levanté una ceja-- ¿más tarde? ¿acaso tienes planes que no conozco?
- Yo sí, te quiero comer de los pies a la cabeza
- ¿También te sabes esa canción? --en tono burlón en referencia a la canción de Maná--
- Hágase la graciosa y se la tarareo con la lengua
- Uy que miedo me da

Sus manos subieron por mi espalda produciendo escalofríos dibujando figuras con sus uñas, produciendo espasmos en mi respiración, desviándose por mis costillas tomando mis senos, pasando su pulgar por mis pezones.

- Esta bien --riendo algo sorprendida y excitada-- está bien, mejor me quedo calladita

Nos empezamos a besar super sensual, la forma delicada en que sus manos se hacían cargo de mis senos era increíble, los acariciaba de una forma especial y sabia en el momento justo cuando apretarlos para hacerme gemir.

- Shhh --dijo mirando hacia la habitación--
- Mhmm --afirme con mi cara mordiéndome los labios--

Se quito su camisa sin parar de besarme, luego fue levantando lentamente la mía hasta que sentí sus pezones erectos jugar con los míos.

- Ay Sam ahhhhhh
- Shhhh
- No puedo, en serio que no puedo
- Nos va a escuchar
- No me importa

Obviamente que si él se llegaba a levantar y me descubría en esas me iba a morir, pero como lo conocía de ahí no se iba a levantar hasta pasado el mediodía, ni con un terremoto se iba a despertar.

Me fundi en sus besos y fue la unica forma que encontré de ahogar un poco mis gemidos. Literalmente me estaba llevando al cielo con todo lo que hacía. La forma en que buscaba que nuestros cuerpos se rosaban, la forma en que me hacía arquear la espalda con sus manos, la forma en que me besaba y su lengua que hacía lo que le daba la gana con la mía.

- Tienes un espejo
- ¿Qué? --pregunte extrañada--

Me detuve por unos instates y la miré a los ojos a ver si era otra de sus bromas, pero lo estaba diciendo completamente en serio.

- ¿Lo dices en serio?
- Si, un espejo, quiero verte y que me veas
- Un espejo dices, justo en este momento
- Si justo ahora que aún podemos detenernos un segundo

Me levanté y terminé de quitar la camisa, ella suspiro y se pasó la lengua mirando mis senos.

- Wow
- Esta loca
- Demasiado... pero no quiero que se me olvide esta noche nunca

Me levanté, descolgué el espejo del baño y lo coloqué sobre dos sillas del comedor con la asistencia de Sam hasta encontrar el ángulo correcto.

- Aunque si lo que quieres es recodarlo para siempre --levante mi teléfono con una risa picara--
- Demasiado pronto --negando con decepción--
- Si lo sé, sabía que esta vez no ibas a caer, pero tenía que intentarlo
- Además me gustan más los videos en mi mente, de ahí nadie los puede borrar, ni mucho menos robar

- Aunque si lo que quieres es recodarlo para siempre --levante mi teléfono con una risa picara--- Demasiado pronto --negando con decepción--- Si lo sé, sabía que esta vez no ibas a caer, pero tenía que intentarlo- Además me gustan más los videos e...

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Ella es: SamanthaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora