Ya en mi tercera década juraba que mi vida era perfecta, hasta que apareció: Samantha.
Una noche, solo necesito una noche para derrumbar mi castillo de naipes, poner mi vida patas arriba y hacerme cometer las locuras que nunca imagine. Una noche, so...
No era la primera vez que discutíamos, eso es imposible cuando tienes una relación, pero sin duda esta fue la primera grande y decisiva.
Estábamos celebrando 3 años de novias y como de costumbre después de uno de sus conciertos y que me dedicara un par de canciones nos fuimos a rematar a nuestro escondite perfecto y favorito. Estábamos con varios de la banda que ya conocían de nuestra relación y con otros amigos.
El rollo empezó porque a uno de ellos le dio por invitar también a Ginna una de las bailarinas. Esa mujer era una cosita hermosa y deliciosa con un culazo de envidia. Si, si li acepto, la nena me atraía no lo niego, pero tampoco me iba a meter con ella.
Samantha no le gustó mucho la idea y menos que se sentara a mi lado. Yo trataba de restarle drama al asunto, pero Sam estaba empeñada en hacer mala cara. Aburrida de insistirle y cambiar su genio, dejé de prestarle atención tratando de integrarme con los demás.
El grave error y punto de inflexión, fue cuando me dio por aceptarle una invitación a bailar a Ginna. Wow que calor esa mujer en la pista, me llevaba y traía como le daba la gana, dábamos vueltas por aca y por allá y hasta nos hicieron corrillo para vernos bailar.
Cuando volví a la mesa me di cuenta de que Sam se había ido, estaba sentada en la barra bebiendo vodka directo de una botella.
- Sam ¿qué pasa?
Le dije bajando la botella de su boca colocándola en la barra. Ella me la arrebato claramente alcoholizada.
- Nada, déjame sola - ¿Estas enojadas? - No - Si, estas enojada - Que no, déjame en paz, me quiero emborrachar y punto - Sam, yo te conozco, ya suéltala - Que no me pasa nada --la vi como la miro a ella pasar he hizo mala cara-- - ¿Mi cosita divina esta celosa? - Elena, no estoy de humor, no me jodas - Chiii echo es jajjajaja
Trate de contentarla con un beso y lo rechazo volteando la cara
- Yo no soy ninguna idiota Elena ¿no creas que soy como tu esposo? - ¿What? Un momento ¿qué carajos te pasa? ¿porque me hablas así? - Porque yo, al contrario de él si me doy cuenta de las cosas - A ver ¿qué cosas Samantha? --enjarrando las manos en mi cintura-- - Esa cosa pelirroja que te ha coqueteado toda la hijueputa noche - Me ha coqueteado porque mi novia en vez de celebrar nuestro aniversario anda haciendo mala cara y ni me habla - No pues que chimba de celebración, te dije que nos fuéramos para la casa - Pero yo quería salir a bailar con MÍ novia - Exacto, siempre es como diga la reina y bajo sus condiciones
Ya iba viendo que andaba en son de pelea. No quería echar más leña al fuego y que esta pelea se convirtiera en algo peor.
- Amor --respire profundo-- venga y bailamos ¿sí? y nos damos unos besitos delante de todos bien rico, no se enoje, vamos --la jale de las manos-- - No, vaya, vaya, es más aproveche y si quiere también se la come - ¡Samantha no más!
La arrastre de la mano al corredor que da la entrada a los baños porque en la barra ya andaban todos parando oreja para cogerse el chisme y odio las personas metidas. La tarte con amor, trate de besarla para calmar las cosas y me rechazo.
- Me vas a decir de una vez que coño te pasa - ¿Vos crees que no es suficientemente duro para mi compartirte con alguien, como para ver que ahora también quieres que acepte que podés coquetear con esa vagabunda y yo no diga nada?
Si ahora todo tenía sentido, esta pelea era solo una excusa para algo mucho más profundo.
- Sam, vos me dijiste que estabas bien con que yo siguiera con mi esposo y que... - Si eso dije, por estúpida - Hasta me animaste a arreglar las cosas con él ¿no te entiendo? - Claro, porque me gusta verte feliz, sea como sea... pero me arrepiento, me arrepiento en el alma --se le salían las lágrimas-- porque esto me está carcomiendo por dentro - Ay mi vida --trate de acariciarle la cabeza, pero me quitó la mano con brusquedad-- - No voy a ser capaz Elena, no puedo... te amo con toda mi alma y mi corazón, pero no puedo seguir así, no puedo compartirte con nadie más, quiero y necesito que seas solo mía - Sam --le levante el rostro del mentón-- tenes razón, esto no puede seguir así
Se puso a llorar y se derrumbó en mi pecho pensando que todo se había terminado. La apreté con fuerza y le sequé las lágrimas dándole besos en las mejillas.
- Lo siento Elena, no te quiero perder
De la nada salió ese otro yo, esa fiera salvaje y arrolladora. Me arrinconó contra la otra pared besándome con desespero y pasión. Se metía entre mi escote y me agarraba de las nalgas levantando mi vestido.
Una persona estaba tratando de pasar para poder salir, cuando me dio por mirar de reojo me quedé helada cuando reconocí a mí cuñada. Trate de separar a Samantha a toda costa y ella no se detenía con nada.
- Clara, espera... yo, este, no ¿vos que haces aca? - Lo mismo que vos, por lo visto --lanzando una mirada de desprecio--
Se disculpo abriéndose paso entre la multitud y me costó unos segundos deshacerme de Samantha hasta que pude salir corriendo detrás y alcanzarla en medio de una lluvia torrencial a una cuadra de la salida.
- Clara espera --la tomé del brazo para que se diera la vuelta-- - No es mi problema, ustedes verán como lo arreglan - Clara yo... - Elena --me tomó de las manos-- yo quiero mucho a mi hermano, demasiado, pero le haría más daño si soy yo la que le cuento esto, así que espero que al menos tengas la decencia de decirle de frente lo que pasa - Clara... espera - Feliz noche Elena
Ella se fue y me quede ahi de pie, petrificada. Samantha me alcanzó y me derrumbe en sus manos.
- Sam, es la hermana de Juan - ¡Noooooo! - Si marica, HP ¿qué voy a hacer? - Le va a contar - No sé - ¿Entonces que te dijo? - Que tuviera las güevas para asumirlo - Elena, lo siento, pero es que esto en algún momento nos va explotar en la cara, no hay verdad que no salga a flote - Sam, no es el momento, te lo juro que no es el momento - No te quiero poner más presión Elena, pero debes tomar una decisión, sea la que sea sabes que cuentas conmigo --me dio un beso en la mejilla--
Ella con lágrimas en los ojos se perdió entre la multitud y yo me quedé ahi debajo de la lluvia tildada sin saber que hacer.
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